Osasuna disipó los nubarrones en los que andaba envuelto en los dos últimos partidos de Liga y respiró a pleno pulmón en El Sadar, ante el Espanyol, un rival que ofreció muy poco para puntuar y que solo vivió abrochado al resultado mientras los rojillos vivieron en la oscuridad. Osasuna completó un primer tiempo horrendo, metido en un atasco monumental, en el que el equipo que entrena Diego Martínez se sintió en la pelea sin ofrecer casi nada.
Ni en los mejores deseos se puede pensar en el cambio radical que obraron Arrasate y los suyos en el segundo tiempo. El equipo pesado y sin brújula de la primera mitad dio paso a un torbellino por la banda izquierda. Pilotado por Abde, Osasuna se desmelenó por ese flanco y en la primera conexión con Budimir se zanjó el encuentro. El marroquí centró y el croata, hombre boya en un mar de defensores pericos, atrapó un testarazo marca de la casa y se acabó.
Terminó el atasco, el amontonamiento sin rumbo en torno al rival porque se siguió explorando la ruta del gol y el equipo catalán fue superado y zarandeado Osasuna hizo después muchas y mejores cosas que el Espanyol para redondear un resultado mucho mejor, pero finalmente no fue necesario que se plasmara en el marcador entre la ausencia de un plan de ataque por parte de su rival y un par de buenas intervenciones obra de Aitor Fernández, uno de las novedades del equipo.
Arrasate ejecutó un cambio radical en su equipo, con siete hombres de refresco respecto a la última alineación. Un montón de variantes que pasaron de ofrecer una sensación de nula efectividad en el primer tiempo, a convertirse en un ciclón en la reanudación. Si el técnico busca problemas para hacer las alineaciones por la competitividad entre los jugadores, unos cuantos futbolistas ya le han puesto en un brete para el siguiente encuentro. Sin olvidar que brillan 16 puntos en la clasificación, que se han quitado los fantasmas.
Si lo mejor del partido ha sido el paradón de tu portero y las andanzas, a ratos, de tu extremo, es que las cosas no van del todo bien. Osasuna y Espanyol escenificaron una primera parte muy sosa, con ausencia de juego y ocasiones, y con un montón de faltas, 23, que ayudaron a espesar todavía más el encuentro. El equipo de Arrasate vivió un atasco monumental frente a un Espanyol que estuvo cómodo en este partido sin fútbol. Abde fue el único que por el lado rojillo sacó del tedio al aficionado. El extremo protagonizó varias arrancadas rumbosas por la banda izquierda y rozó un gol monumental tras superar a tres contrarios y toparse con un defensa aguafiestas en su remate final. Fue una luz en la oscuridad. El Espanyol estaba todavía más apagado y solo acertó a acercarse en una oportunidad con peligro. Cabrera remató con la chepa un servicio sobre el área y Aitor Fernández sacó el balón camino del fondo de la portería en una intervención fantástica. Y no pasó nada más.
Lo que en absoluto estaba previsto es que tras el paso por los vestuarios se desatara la tormenta. Lo más efectivo para su equipo fue el centro que le regaló a Budimir en la jugada del gol, pero Abde fue un auténtico martirio para el Espanyol. El extremo marroquí le dio una marcha más a su juego y firmó una actuación sobresaliente, exuberante en recursos y habilidades, en la que combinó su acertada faceta de asistente de sus compañeros, con la búsqueda del gol. Antes de que Abde se lanzara contra todos, Aimar estuvo a punto de anotar el segundo gol de Osasuna en una buena combinación con Rubén García.