Osasuna sigue insaciable fuera de casa y mantiene un expediente intachable como visitante, contando sus partidos por victorias. Frente al Villarreal acudió a la ayuda de la gesta el Chimy Ávila. El delantero argentino salió en el tramo final del partido y marcó en el primer balón que cayó en su poder, suficiente para decidir un encuentro en el que la fortuna se alió con la resistencia de los rojillos en el segundo acto. A un primer tiempo solvente en defensa y con picante en el ataque, que se tradujo también en un gol en su haber, anotado por Lucas Torró, siguió un segundo de atasco puro y duro y asfixia también. Hubo empate con un gol espectacular de Gerard Moreno, pero también dos lanzamientos a los palos, intervenciones acertadas de Sergio Herrera, carrera detrás del balón ante un rival que hizo andar con la lengua fuera muchos minutos€ Es decir, todo lo que hay que saber hacer y saber sufrir lejos de casa frente a un rival con calidad a raudales, para descorchar el champán en el último suspiro y celebrar la fiesta por otra victoria.
Osasuna hizo muchas cosas bien para ganar en Villarreal aunque los méritos del equipo de Emery fueron superiores como para no quedarse con alguno de los puntos, si no los tres en los momentos de exposición de su fútbol decidido y de vértigo de circulación de la pelota. Los rojillos también han vivido encuentros con la cara burlona en el otro lado, en los que el recuento de méritos propios no sirve para taponar la herida una derrota.
Osasuna continúa como un equipo intratable lejos de su estadio y con una racha de tres victorias consectuivas se ha puesto en órbita en la clasificación, codeándose con los grandes del torneo y, lo que es lo principal, abarrotando el granero de puntos y más puntos por si llega la escasez y adelantando así el trabajo.
La victoria en el campo del Villarreal dio para ser desmenuzada. Osasuna estuvo muy bien en el primer tiempo. Con un plan de partido de ejecución intachable, los tres centrales con los que dotó Arrasate al equipo le redundaron en solvencia defensiva y otras posibilidades para el ataque. Más sueltos los medios centros, Moncayola y Torró hicieron muchos kilómetros mirando la portería rival. De hecho, a Torró le tocó abrir el partido con un gol de pura ambición. Cuatro jugadores de Osasuna estaban al remate en la jugada que inició Nacho Vidal con un centro profundo que bajó con la cabeza Manu Sánchez hasta posiciones accesibles a sus compañeros.
El Villarreal también se empeño en la primera parte en un juego lentísimo, con paseos de balón a ritmo de tortuga y ello favoreció el trabajo defensivo de Osasuna. La clase del equipo castellonense no necesitaba circular a toda pastilla porque tuvo un par de intentonas a larga distancia, a disparos de Parejo al principio y Trigueros al final, resueltos por Sergio Herrera. Tan necesario como marcar es sostenerse en la pelea con un marcador posible de atender.
El panorama cambió radicalmente en la reanudación porque el Villarreal metió por fin velocidad a su fútbol y Osasuna sufrió. En un visto y no visto, Pedraza armó un centro y Gerard Moreno teledirigió a la red el balón en la ejecución de un gol de alta escuela. Era el inicio de un atasco exagerado, con los rojillos defendiéndose panza arriba, tolerando el primer disparo de la noche al poste, firmado por Pedraza, y sin sacar la cabeza del agujero. Sergio Herrera siguió en su papel, manteniendo al equipo en la batalla, la de la resistencia. Ahí cayó lesionado Kike García y en cinco minutos en el campo Chimy Ávila volvió a sentir el dulce sabor del gol. Manu Sánchez había hecho una presión altísima, sacando fuerzas de alguna parte ya que corría el minuto 87 de partido, y una acometida llevó a un error de Mandi y a que el argentino por fin se encontrara ejecutando lo mejor de su oficio, el gol. En el descuento, Sergio Herrera no flaqueó: salvó primero a su equipo ante Gerard y después con la ayuda del poste en la última ocasión. Para ganar fuera hay que tener una parte de fortuna, pero es básico que todo el mundo esté en su sitio.
Ficha técnica:
1 - Villarreal: Rulli, Foyth, Pau Torres, Mandi, Alberto Moreno (Pedraza, m.46), Capoue (Coquelin, m.46), Parejo, Manu Trigueros (Alcácer, m.77), Danjuma (Chukweze, m.77), Yeremy Pino (Moi Gómez, m.77) y Gerard Moreno.
2 - Osasuna: Sergio Herrera, Nacho Vidal, Unai García, David García, Juan Cruz, Manu Sánchez, Torró, Moncayola, Brasanac, Rubén García (Javi Martínez, m.68) y Kike García (Chimy Ávila, m.81).
Goles:
0-1, m.26: Lucas Torró. 1-1, m.56: Gerard Moreno. 1-2, m.87: Chimy Avila.
Árbitro: Adrián Cordero Vega (Comité cántabro). Mostró tarjeta amarilla al local Capoue y a los visitantes David García, Sergio Herrera, Unai García, Lucas Torró y Chimy Ávila.