Vitoria – Solo el 28% de las mujeres del sector agroalimentario tiene altas responsabilidades en las explotaciones agrícolas y ganaderas de la UE. Consciente de los obstáculos a superar y para revertir las negativas cifras, el consorcio europeo de innovación y tecnología acaba de lanzar un ambicioso programa para poner fin a esta brecha de género en el que se ha colado el negocio de la vasca Begoña Julián que, junto a otras nueve seleccionadas, opta a premios de hasta 10.000 euros.
La iniciativa Goxo-rrubi, consiste en producir y distribuir alimentos de forma sostenible. Su producto estrella son las fresas y cuenta con una parcela en Donostia donde practica la agricultura ecológica con venta directa al público. También lleva sus alimentos a mercados, a otros clientes y a algunos restaurantes.
De esta forma, los proyectos agroalimentarios de diez mujeres son apoyados por el organismo europeo EIT Food dentro de una iniciativa que se organiza de forma simultánea en ocho países comunitarios. Son negocios puestos en marcha por mujeres hace menos de dos años. Las elegidas obtienen apoyo continuo durante seis meses para avanzar en sus ideas, formación online y entran en una red exclusiva con acceso a mentores y emprendedoras del sector. Lanzado por primera vez el pasado año, se ha seleccionado a diez mujeres de Cataluña, Galicia, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Euskadi, Madrid, Valencia y Andalucía.
Junto a Begoña Julián, desde Barcelona llega el negocio de Sofía Furlotti, impulsora de Gastrocampo, una comunidad que conecta a pequeños agricultores, procesadores y artesanos con restaurantes y tiendas. Desde Galicia, Andrea Arias está al frente de A Santa Viña, una bodega que busca recuperar y elaborar vino tostado gallego de bajo impacto ecológico y alto impacto social.
Insectorium es un criadero de Castilla-La Mancha donde se cría y comercializa un pequeño insecto, el Tenebrio molitor, del que su impulsora, Virginia da Cunha aprovecha todo: la larva, viva o deshidratada, para la alimentación de animales; el gusano se comercializa como estiércol y el exoesqueleto, rico en quitina, es una sustancia de interés para las industrias química y farmacéutica.
Saray Maestro de la Fuente ha desarrollado Maybein en Valladolid, una aplicación de restaurantes que da una segunda oportunidad a las reservas canceladas.
La apuesta de Verónica Robredo, de Madrid, es Green Foods Co, una plataforma web que ofrece una suscripción semanal a una cesta de la compra con todos los alimentos necesarios para seguir una dieta 100% vegetal.
Bajo el nombre de Aitana Espirulina se esconde Inés Carballo, de Alicante. Se dedica a la producción artesana y sostenible de espirulina, que se utiliza como complemento alimenticio. Claudia Quesada, junto a su madre y su hermana, ha creado La fuente vegana, un comercio electrónico centrado en el queso vegano.
Dulcinea Ortiz, de Toledo, está detrás de Biofood, un comercio electrónico de alimentos orgánicos locales. Y Laura Franco ha sido seleccionada con Gallinas nómadas. Consiste en la producción y comercialización en Cataluña de huevos orgánicos, de gallinas con acceso a pasto fresco diario.