100 de los 123 guardas de medio ambiente de Navarra colaboraron en los incendios que azotaron Comunidad Foral en junio. “En estos incendios hicimos un llamamiento a todo el mundo que estaba de descanso o de vacaciones. Acudió la práctica totalidad, porque si quitas unos cuantos que tenían covid y otros que estaban muy lejos, acudieron todos”, explica Gloria Giralda, directora del servicio de Guarderío de Medio Ambiente.
La labor de los guardas respecto a los incendios van desde hacer el seguimiento de las actuaciones que llevan a cabo en Prevención a ayudar en el terreno a los bomberos una vez se declara uno. “Tenemos la competencia de colaboración en la extinción. Aportamos el conocimiento profundo del medio, y también de la gente de la zona. Cuando llegamos nos ponemos a las órdenes del director de extinción y les explicamos por dónde se pueden meter y por dónde no. Puede haber una pista, pero igual está mal y tienes que saber si por esa pista puede andar un camión o un todoterreno, si vas a poder dar la vuelta... También aportamos el conocimiento de los espacios naturales y los hábitats. Depende del tipo de incendio, porque si son como los de junio hay que ir, como se hizo, a salvar los pueblos, pero en otros igual hay una especie determinada que vive en una zona y a lo mejor se puede decir de intentar perimetrar esa zona”, explica la directora.
Guarderío también trabaja en las zonas afectadas en un incendio forestal, evaluando los daños, entre otras cosas. “Hay que ver cuánto terreno ha quedado afectado, cuántas hectáreas de forestal, de pasto... Después, en algunos casos puede haber un aprovechamiento forestal. Hay árboles que, aunque se hayan quemado por fuera, su madera todavía se puede vender. Luego se valora, junto a los técnicos de Medio Ambiente, qué es lo más conveniente para la zona, ya sea repoblar o dejarlo a la evolución natural”, explica.
En cuanto a qué hacer para evitar nuevos incendios de esta magnitud, Giralda destaca “la prudencia y la responsabilidad”. “La semana del 18 de julio hubo unas condiciones terribles otra vez, incluso peores que las de junio. Todo el mundo fue muy responsable y se extremaron las precauciones. Eso es lo que tenemos que hacer de aquí a final de año, pensar cada uno en qué tipo de actividad puede propiciar un incendio y evitarla en todo lo que podamos. Eso no soluciona todo, porque puede haber incendios por muchas causas, pero sí podemos reducir las posibilidades al mínimo”.