La edición copera de 1907, celebrada en el Hipódromo de Madrid, tuvo un final cruel para el Athletic. El torneo, que pasó de disputarse en formato triangular para dar cabida en una liguilla de todos contra todos a cinco de los once equipos que se inscribieron inicialmente en el campeonato, tocó a su fin con un controvertido partido de desempate entre el Athletic y el Real Madrid que cayó del lado de los blancos.
La competición, ya desde la liguilla, estuvo marcada por la polémica, pues el Athletic llegó a impugnar dos de sus resultados por alineaciones indebidas de sus rivales de turno, pero el empate a puntos en la cabeza de la tabla con el Real Madrid le abocó a un decisivo partido de desempate que se llevarían los blancos con un solitario gol del verdugo Prast en el minuto 80.
La final, no obstante, no acabó ahí, pues debido a un comportamiento impropio del público madrileño asistente al encuentro, el Athletic llegó a impugnar también la final. Las quejas bilbainas, sin embargo, no prosperaron y el cuadro blanco mantuvo su condición de campeón haciéndose con el título en propiedad por sus tres campeonatos consecutivos, todos a costa de los bilbainos. Al Athletic solo le quedó la resignación, pues para más inri había arrancado la Copa de 1907 con una victoria frente al propio Real Madrid por 3-2 con doblete de Simmons y un gol de Goyoaga. No bastó.