Solo hizo faltar combinar un poquito de inquietud y muchas, muchas ganas e ilusión por aprender a tocar un nuevo instrumento para que hace 25 años se juntaran, de forma totalmente inesperada y fortuita, la pareja de gaiteros de Lodosa; Alfonso Baigorri, lodosano de 25 años por aquel entonces, y Roberto Baztán, andolense de 31.
Fue Baztán el que se enteró de que en Lodosa había un joven que también estaba empezando con la gaita y decidió contactar con él. De hecho, recuerda, corría el año 1995 cuando comenzaron con sus primeros ensayos; al vivir ambos en Pamplona llamaron a Javier Lacunza, al que consideran uno de sus mentores, y empezaron a quedar un día a la semana en un local de la calle Navarrería.
El propio Lacunza decidió derivarlos a Carlos Ruiz, de los gaiteros Deierri, en Estella, y con él estuvieron formándose otro año entero hasta que finalmente, en julio de 1997, debutaron en Lodosa. Para guiarles y marcarles el ritmo con el tambor, rememoran con cariño, estuvo Gonzalo Cantero, de 17 años y componente y compañero de la txaranga Aburrecalles de Baztán y Baigorri (trompetistas ambos).
“Tras dos años estábamos preparados para salir a la calle”, explican, “aunque recuerdo que tuvimos que ensayar en una bajera andando porque no sabíamos tocar si no era en parado”, apuntilla Baztán entre risas. En su puesta de largo, que fue con unas dianas, estuvieron acompañados por los gaiteros estelleses Carlos Ruiz, Víctor Peral y Ángel Latasa.
Después de Gonzalo, con el tambor estuvo varios años Javier Sanz que, en ocasiones, iba acompañado de Iker Baztán, el actual tamborilero del grupo lodosano. Y es que, con apenas 8 años, y tras dejar de lado su instrumento de juguete, salió a tocar de forma oficial con los gaiteros. De eso han pasado ya 14 años.
Finalmente en 2008 Elena Labairu, encargada del grupo de danzas de Andosilla, se puso en contacto con ellos para proponerles tocar también allí; desde entonces actúan en ambos municipios.
RECUPERAR TRADICIONES
Para las últimas generaciones, explica Baigorri, “escuchar o ver a los gaiteros por las calles es lo normal, pero antes no era así. Estamos muy satisfechos porque hemos recuperado una tradición que se había perdido y porque hemos logrado que la música de gaita lleve sonando en Lodosa 25 años”.
De acuerdo con ambos músicos, “la gaita es un instrumento muy inestable, con notas que son muy difíciles de ejecutar ya que, al final, estamos hablando de un trozo de madera y de dos cañas; hay notas para las que tienes que jugar con la boca y la presión. Sin embargo, a nivel de embocadura se ha evolucionado y estudiado mucho. Nosotros cada día aprendemos algo nuevo; esto es un aprendizaje constante”.
Aunque ambos tienen experiencia musical y tocan o han tocado en txarangas y bandas, “con la gaita no tiene nada que ver; la responsabilidad es tremenda porque si uno falla, se cae todo el grupo. La concentración tiene que estar todo el rato al cien por cien, no te puedes despistar”. De hecho, revelan, cuando tienen que tocar con otros gaiteros “se suele reducir el repertorio. Lo cierto es que siempre buscamos a gente de nuestro grupo y que más o menos toque las mismas piezas para que así sea más fácil ensamblar”.
Todos los años, eso sí, renuevan el repertorio, tanto con temas clásicos que existen para gaita como con composiciones propias como las que ha escrito Iker; ‘La jota de la Ensartidora’ o ‘Santa Cruz’ con el objetivo “de no estancarnos y de seguir mejorando”, alega Roberto.
Además de acudir a concentraciones de gigantes y a eventos a los que les invitan, en Lodosa, por ejemplo, están presentes en las fiestas patronales de julio y en las de Las Angustias, en la Exaltación del Pimiento que será este sábado, en el Olentzero y en San Blas. Además, este año salieron en la feria de las oportunidades de la asociación de comerciantes.
Por otro lado, en Andosilla tocan en la jornada gastronómica, en las fiestas de enero, en las del Puente, en las de la Juventud y en las patronales, así como en la concentración que hay en Arnedo, y también participan en un concierto anual que ofrecen junto a la banda, la comparsa y las dantzaris. Todo ello sin olvidar que salen en el chupinazo de San Fermín, van a Murieta, y han estado presentes en Fitur (Madrid), en la celebración del Rey de la Faba (con la Peña Muthiko Alaiak), en Donostia, San Adrián, Viana, Mutilva, Aoiz, Mendavia, Burlada y Falces, entre otros muchos lugares.
“Es algo que merece la pena y, aunque ahora se amontonan las actuaciones, lo disfrutamos muchísimo”. Eso sí, si se tienen que quedar con una sola actuación, ambos lo tienen claro: la del 6 de julio. De hecho, si algo les queda en el tintero y supondría un broche de oro a su trayectoria sería tocar en Pamplona, en San Fermín, con la comparsa de gigantes.
A la hora de actuar “me gusta todo, no hay nada que me incomode, ni siquiera tener que ir y venir de Pamplona”, explica Baztán, mientras que Baigorri asegura que “lo más satisfactorio es cuando tocas algo de cierta dificultad y suena bien”.
Una de las piezas más comprometidas, cuentan, es El baile de la Era que han tocado en Lodosa, Andosilla y Estella porque, de acuerdo con Alfonso, “tiene una mayor dificultad y, además, se le suma la baja frecuencia con la que la tocamos, solo una vez al año. Después, también hay piezas de concierto a las que hay que dedicarles más tiempo”.
Con la temporada enfilada creen que, como mucho, pararán una semana para coger aire pero después seguirán quedando cada miércoles; “es más divertido ensayar juntos que tener que tocar por separado”.
EL ANIVERSARIO
La fecha elegida para conmemorar esta efeméride tan especial será el 8 de octubre. Los músicos lodosanos han invitado a gaiteros de diversas zonas de la Comunidad foral con los que tienen relación y la idea, desvelan, es tocar unas dianas, almorzar, hacer un vermú musical por los bares de la localidad ribera, comer y después, si se tercia, estar por las terrazas del Paseo hasta la hora del toro con soga.
De cara al futuro “está claro que nos gustaría celebrar los 50 años de andadura, pero veremos. De momento, y por si acaso, festejaremos todos los aniversarios que vayan viniendo”, ríen.
Por último, aprovechan la ocasión para agradecer a los Ayuntamientos de Lodosa y Andosilla “su apoyo durante todos estos años”, así como la dedicación de Javier Lacunza y Carlos Ruiz. Además hacen una mención especial a los lodosanos Gerardo Vela y Damián Carrascón, y a los Gaiteros de Tafalla Aldamara Gaiteroak, así como a los de Pamplona, Marcilla, Artajona, Puente la Reina, San Adrián y Calahorra, músicos con los que siempre tienden puentes.