No hay Sanfermines sin churros de La Mañueta. Sin baile de la alpargata ni cánticos en el encierro. Sin gigantes, sin pañuelicos, sin nervios ni celebración. Pero hay tantas ganas que hoy, 25 de junio, la ciudad se ha vestido de fiesta por un momento para ultimar los preparativos que –después de dos años guardados en un cajón–, han vuelto a despertar esos anhelados ‘momenticos’. Pelos como escarpias, piel de gallina. Y una cuenta atrás que parece no llegar nunca.
Lo canta la jotera Susana Nagore, que dice que “no sabe qué es emoción quien no ha corrido el encierro. Cuando al sonar el cohete se acelera el corazón”. A los pies de la hornacina de San Fermín, engalanada para la ocasión con los pañuelos de las 16 peñas y el escudo de Iruña, han acicalado Santo Domingo para una cita muy especial. Y es que se han cumplido 60 años desde que a unos cuantos corredores se les ocurriera encomendarse al Santo antes de correr delante de los toros y la Federación de Peñas les ha rendido homenaje.