3.916 km de vías bien vigiladas en Navarra

La Red de Carreteras de Navarra está en buenas manos. 24 personas se encargan de controlar y vigilar el correcto funcionamiento y estado de los 3.916 kilómetros de longitud de las vías de la Comunidad Foral, y coordinan la gestión de los recursos para resolver las incidencias. Todo ello se hace desde el Centro de Control de Conservación de Carreteras, situado justo al lado del Palacio de Navarra, que funciona las 24 horas del día, los 365 días al año.

El año pasado atendieron 6.304 incidencias, lo que supone una media de 17 sucesos diarios, entre servicios de atención ciudadana, gestión de recursos e información de resolución. Por distritos, en Pamplona es donde más ocurren, un 25% del total, concretamente, seguido por Irurtzun, con el 19%. A continuación está Tudela, con el 15% de las incidencias, y muy de cerca le siguen Oronoz-Mugairi (14%) y Tafalla (13%). Cierran la lista Estella-Lizarra (10%) y Aoiz (5%).

Cada uno de los distritos tiene su correspondiente Centro de Control, que gestionan las posibles incidencias de sus zonas, así como los servicios de quitanieves y alumbramiento de la red. Aun así, todo está centralizado en el de Pamplona, y la tendencia es que cada vez asuma más competencias, sobre todo, por la eficiencia a la hora de solventar los problemas. Como curiosidad, el primer centro que se abrió en toda la Comunidad Foral fue el de Belate, ese que tiene una escultura de varios caballos saltando al borde de la NA-121-A.

Asuntos que atienden

Nada más comenzar la visita de este periódico al centro, las trabajadoras que prestan atención a las incidencias reciben un aviso desde Tudela, por un corzo que se encuentra en la vía. Íñigo Etxegarai, jefe de la sección de Vialidad de Obras Públicas, explica que la presencia de animales en la calzada es uno de los incidentes que más atienden. Concretamente, supone el 32% de las incidencias, sobre todo, referidas a jabalís y corzos. De ellos, 55 animales estaban vivos y 1.356 muertos. Entonces, en las pantallas de la sala se enciende un aviso alertando de presencia de ganado suelto en la carretera en la zona de Roncal.

Los inconvenientes más comunes, sin embargo, son los relacionados con la retirada de objetos y limpieza de la calzada, el 38%, lo que unido a las afecciones que pudiera haber por temporal suman casi la mitad. “En invierno tenemos muchas llamadas por nieve, principalmente en la zona norte, pero también por hielo o caída de árboles a la calzada”, cuenta Javier Moreno, jefe de negociado del Centro de Control e Instalaciones de Obras Públicas. “Más que árboles, sobre todo caen ramas”, matiza. En menor medida atienden accidentes (11%), daños en la vía como pueden ser los baches (5%) y cortes por obras (4%).

Las responsabilidades del Centro de Control, comentan entre ambos, son de lo más variadas. Proporcionan información actualizada en todo momento sobre el estado de las carreteras, visible para todos los ciudadanos en la página web del Gobierno de Navarra. Ahí se puede observar si alguna vía está cortada, si sólo lo está un carril o qué esta sucediendo en las carreteras de la Comunidad Foral a tiempo real. Además, gestionan los paneles luminosos de alertas que pueden observarse sobre la calzada, miden el volumen de tráfico e intentan optimizar los recursos para la conservación y control de la red viaria, minimizando los costes económicos.

Controlar el alumbrado de las vías interurbanas también está dentro de sus competencias. Deben procurar la optimización energética y controlar el consumo en tiempo real. Moreno enseña en la pantalla de su despacho una prueba que realizaron recientemente, en la que disminuyeron la cantidad de luz sobre la carretera para ver si era adecuada. Así, pueden detectar si la iluminación es excesiva y reducirla para ahorrar energía. “Generalmente, la cantidad de luz la disminuimos en las horas nocturnas de poco tránsito”, puntualiza.

Túneles, lo más controlado

Si algo llama la atención del Centro de Control de Conservación de Carreteras es el volumen de imágenes en tiempo real que reciben de los túneles de Navarra, en comparación con videocámaras de otros lugares. En 2022 se produjeron 183 incidentes en estos pasos, de los que más de la mitad ocurrieron en los túneles de Belate (41%) y Almandoz (18%), en la NA-121-A. En los de Ezkaba sucedieron el 12% de las incidencias, en El Perdón el 7% y en el de Yesa el 5%. Lo demás se reparte por el resto de túneles que atraviesan los montes de Navarra.

“Tenemos un software que recoge todas las imágenes de las cámaras y las va analizando fotograma a fotograma”, apunta Etxegarai. “Si hay un cambio que nosotros no percibimos, salta un aviso y el operador de aquí discrimina si hay que actuar o no”. En caso de que haya que actuar en túneles, “tenemos unos protocolos que van desde el cierre del túnel, el cierre de un carril o avisar con semáforos para el mensaje variable, por ejemplo”, aunque reconoce que “lo más peligroso en un túnel sería un incendio, que ese es el único caso en el que el operador no confirma nada, sino que el sistema salta automáticamente”.

Moreno, entonces, cuenta la anécdota de cuando una mujer dio a luz en el mismo túnel de Belate. Por eso bromean en el centro de que este paso tiene una tasa de mortalidad negativa, al no haber muerto nadie en accidente, pero sí nacido una persona. Ocurrió en mayo de 2013, cuando ante la inminencia del parto, el padre decidió atravesar el túnel cortado para llegar rápido al hospital. Al final, la niña nació ahí y fue trasladada a Iruña con su madre, ambas en buen estado.