Fichajes, salidas, promociones desde el filial... Los veranos son siempre época de cambios en las plantillas de los equipos, y en la Real, en esta ocasión, la metamorfosis está resultando bastante acusada. Queda más de un mes para que el mercado eche abajo la persiana el próximo 31 de agosto y los precedentes hablan bien a las claras de que no se puede dar nada por seguro hasta el cierre definitivo. Sin embargo, parece claro también que la entidad txuri-urdin ha completado con celeridad la mayor parte de sus deberes y que los movimientos que se puedan producir de aquí en adelante, sí se dan, serán ya puntuales. ¿El balance hasta la fecha? Seis relevos y un rejuvenecimiento extremo de la escuadra de Imanol.
A día de hoy, integran la primera plantilla realista 23 futbolistas, si incluimos en la misma a Álex Sola y Beñat Turrientes. La promoción de ambos desde el Sanse no tiene carácter oficial, pero la gestión del club apunta directamente a ella y además existen pistas en la página web de la entidad. Todos los potrillos que trabajan actualmente a las órdenes de Imanol (Olasagasti, Ander Martín, Karrikaburu o Naïs Djouahra) integran ahí la lista de jugadores del filial, todos excepto dos, los propios Sola y Turrientes. El lateral, además lució ante el Toulouse el dorsal 2 que deja libre Zaldua, mientras el centrocampista está llamado a cubrir el hueco de Jon Guridi (traspasado al Alavés).
25 años de media
Si tomamos como referencia la nómina de efectivos que el entrenador tuvo a su disposición durante la segunda mitad del pasado curso y con la que la Real certificó un nuevo billete europeo, hasta la fecha se han producido seis cambios en el equipo. En el lateral derecho, la pujanza del citado Álex Sola deja sin sitio a Zaldua. La salida de Jon Guridi es cubierta por Turrientes. El rol desempeñado por Brais Méndez en el primer amistoso del pasado sábado apunta a que el gallego aterriza en la Real para ejercer de Rafinha. Y finalmente está la revolución acometida en las posiciones de ataque, tras las marchas de Portu, Januzaj y Sorloth. Dentro de un perfil polivalente, Momo Cho y Take Kubo vienen a ocupar las plazas de belga y murciano. La vuelta del noruego al Leipzig, mientras, hace hueco al otro fichaje del verano txuri-urdin, Carlos Fernández.
Más allá de que las características de los jugadores entrantes no resultan ni mucho menos idénticas a las de los salientes, los movimientos ahí quedan. La lectura que pueda hacerse de ellos en lo cualitativo siempre entrará en el terreno de lo opinable. Pero un análisis más frío, en lo meramente numérico, depara una conclusión llamativa y clara respecto a los efectos que el mercado está teniendo en la Real. La plantilla txuri-urdin vive inmersa en una fase de rejuvenecimiento extremo, hasta el punto de que los seis cambios descritos han implicado la reducción de la edad global del grupo en 37 años. Cada futbolista nuevo tiene una media de 6,16 años menos que el jugador al que está llamado a sustituir.
Silva e Illarra, veteranos
El camino adoptado es de una sola dirección, sin vuelta atrás, y además dibuja un panorama dentro del que los dos realistas más veteranos encaran una temporada a cuya conclusión expirarán también sus respectivos contratos. Asier Illarramendi a sus 32 años y David Silva con 36 son los dos futbolistas más veteranos del equipo, y su presencia en él hace crecer una media de 25,04. Este guarismo, en cualquier caso, cae respecto a la pasada campaña gracias a los mencionados cambios, y también merced a la única salida del club que no ha visto llegar a un recambio, la de Nacho Monreal. El año pasado, a estas alturas del verano, la situación física del navarro frenó la posible marcha de Aihen y aceleró la incorporación de Diego Rico, por lo que el club tiene bien cubierta una demarcación de lateral zurdo también reforzada en clave de filial. En enero, el mexicano Jonathan Gómez aterrizó en Donostia para recalar en el plantel del Sanse, donde continuará.
Mientras, el núcleo duro de Zubieta en el vestuario comienza a trasladarse claramente a esa generación de 1997 (y alrededores) que componen los Mikel Oyarzabal, Igor Zubeldia, Ander Guevara y Aihen Muñoz. Con Aritz Elustondo (1994), Robin Le Normand (1996) o Martín Zubimendi (1999) como otros pilares fundamentales, y siempre bajo el paraguas del brazalete que porta el propio Asier Illarramendi (1990), la situación evidencia que la en su día esperanzadora quinta de 1995 no ha terminado de cuajar en el club. Tras las marchas de Sangalli y Guridi, sus únicos exponentes actuales en la entidad, Martín Merquelanz (lesionado de gravedad) y Jon Bautista (llamado a salir), no apuntan a tener protagonismo en un futuro. Y curiosamente, el miembro de aquel histórico equipo que disputó la Youth League 2013-14 superviviente en la escuadra actual no nació en 1995, sino un año después. Se trata de Andoni Gorosabel, cuya competencia de la época era Josu Ibarbia (Álvaro Odriozola actuaba más adelantado, como extremo).
Lesionados: Barrenetxea y Oyarzabal
Con 23 futbolistas en nómina y el gigantesco sustento que siempre significa el Sanse, existiría material suficiente para encarar con garantías una dura temporada. La única duda que quedaría a este respecto alude a la situación de Ander Barrenetxea y Mikel Oyarzabal, dos futbolistas que dejan atrás sendas lesiones y cuyas situaciones, en cualquier caso, resultan distintas la una de la otra. El extremo donostiarra sufrió una gravísima rotura muscular, con arrancamiento a nivel ligamentoso, el 2 de enero en Mendizorrotza ante el Alavés. Tras operarse entonces en Finlandia y regresar a tierras nórdicas hace un mes para recibir luz verde definitiva, ya completa parte de los entrenamientos con el grupo y su reaparición se encuentra relativamente próxima. Más lejana, mientras, se antoja la de Mikel Oyarzabal, quien padeció una rotura de ligamento cruzado a mediados de marzo. Las previsiones más optimistas situarían la vuelta del eibartarra a los terrenos de juego en torno a las fechas navideñas.