Los violentos incidentes desatados en Pamplona en febrero de 2021 a raíz del ingreso en prisión del rapero Pablo Hasel por injurias a la Corona y enaltecimiento del terrorismo ya tienen final, al menos en parte. Los sucesos se desencadenaron en varios puntos de Pamplona y este miércoles el Juzgado de lo Penal ha impuesto cuatro condenas de entre 9 meses y 2 años de cárcel, por amenazas, desórdenes públicos, atentado y lesiones a cuatro jóvenes por los incidentes ocurridos en el Casco Viejo y en Mendillorri. Tres de ellos han tenido que pagar importantes cantidades de dinero por los policías lesionados, por tres coches patrulla golpeados, por otros 8 vehículos de particulares afectados, por contenedores y por daños en una fachada. Se les ha aplicado la atenuante de reparación del daño. Sin embargo, dos jóvenes no han aceptado la conformidad propuesta y sí se está celebrando el juicio contra ellos por los incidentes en el barrio de la Rochapea.
Los hechos sucedieron la tarde del 20 de febrero de 2021, cuando se celebró una manifestación con inicio en Plaza de Recoletas y terminación en el Paseo de Sarasate de Pamplona, convocada bajo el lema “Pablo Hasel libertad, por la libertad del proletariado frente a la democracia burguesa”, en la que participaron unas 400 personas. En el Casco Viejo de la ciudad se había establecido un dispositivo de seguridad por Policía Nacional, en previsión de que se produjeran disturbios como venía ocurriendo en fechas anteriores y en otras ciudades con motivo de la detención de Pablo Hasel.
Ya durante la manifestación algunos encapuchados comenzaron a increpar a los Policías, gritando eslóganes tales como: “policía asesina, perros”. Mientras Agentes de Policía Nacional protegían el acceso desde la calle Chapitela hasta la Plaza del Castillo de Pamplona, el acusado M.A.A., procedente de calle Chapitela y Mercaderes, participando en la manifestación, profería fuertes voces que sobresalían de la masa de manifestantes, gritando: “Maderos de mierda, txakurras, vamos a salir del casco viejo y os vamos a matar”. Minutos después, cuando los manifestantes accedían desde la Avenida de Carlos III a la Plaza del Castillo, el acusado comenzó nuevamente a arengar a los manifestantes gritando “hay que matarlos, vamos a por ellos”, arrojando una lata de cerveza hacia un vehículo de las Unidades de Intervención Policial, impactando en el mismo. A continuación, usando un cono de obra a modo de megáfono volvió a arengar a los manifestantes gritando: “vamos a por ellos, hay que matarlos”, siendo detenido por Agentes de Policía Nacional.
Al término de la manifestación, un nutrido grupo de jóvenes, "con ánimo de alterar la paz pública y causar daños en bienes y mobiliario urbano", comenzó a lanzar objetos contundentes a Agentes de Policía Nacional y Policía Foral, tornándose en grupos muy violentos que se fueron adentrando en las calles del Casco Viejo de Pamplona, formando barricadas, incendiando contenedores y lanzando continuos ataques a los agentes uniformados que trataban de restablecer el orden, utilizando piedras, botellas, adoquines, tapas de alcantarilla y papeleras. Entre los jóvenes que se encontraban en la calle San Miguel de Pamplona lanzando piedras, botellas y adoquines a los Agentes de Policía Nacional se encontraban los acusados P.E.E. y A.O.U. quienes, con ánimo de atentar contra el principio de autoridad, arrojaron piedras y otros objetos contundentes contra la fuerza policial que se encontraba en el cruce de la calle San Miguel con Calle San Antón.
A consecuencia de los disturbios producidos en el Casco Viejo de Pamplona se causaron daños en cinco contenedores de la calle Florencio Ansoleaga por valor de 1.980.59 euros, cantidad reclamada por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona. El incendio de los contenedores afectó a la fachada del portal 20-22 de la calle Ansoleaga, causando daños por valor de 4.434 euros, reclamados por la comunidad de vecinos afectada. Esa misma noche se produjeron también numerosos disturbios en el barrio pamplonés de Mendillorri, donde grupos de jóvenes, "con la finalidad de alterar la paz social", cruzaron contenedores en la vía pública y arrojaron objetos contundentes contra vehículos de la Policía Nacional.
Sobre las 21.45 horas en la calle Concejo de Sagaseta el acusado A.C.M., como integrante de dichos grupos de jóvenes que alteraban el orden público, acompañado de otras dos personas, comenzó a cruzar un contenedor en la calzada, momento en que fue interceptado por dos agentes de Policía Nacional, ofreciendo gran resistencia a la detención.
Mientras el acusado era custodiado por otro agente, consciente de que se trataba de un agente de la autoridad en el ejercicio de sus funciones y de manera sorpresiva, le propinó un golpe arrastrándole y tirándole al suelo, golpeando su rodilla derecha. El acusado intentó darse a la fuga, siendo interceptado oponiéndose fuertemente a su reducción. Uno de estos policías sufrió lesiones consistentes en esguince de rodilla derecha y contusión en brazo derecho, presentó 102 días de perjuicio personal básico y 66 días de pérdida temporal de la calidad de vida moderada, sufriendo como secuelas la agravación de una artrosis previa.
A consecuencia de los altercados y del lanzamiento de objetos en el barrio de Mendillorri tres vehículos de Policía Nacional sufrieron daños por valor de 9.254,11 euros, formulando reclamación. También se causaron daños en tres contenedores de calle Concejo de Elcano y Calle Concejo de Sarriguren por valor de 2.275,71 euros, cantidad reclamada por la Mancomunidad.
Los que han ido a juicio son dos jóvenes acusados de incidentes en el barrio de la Rochapea, donde un nutrido grupo procedió a colocar barricadas, incendiar contenedores y arrojar objetos contundentes a los Agentes de Policía. A los procesados se les acusa de circular en un coche, acompañados de otras dos personas, siendo uno conductor y el otro, el copiloto. Los acusados circulaban por las calles del barrio de la Rochapea, dando instrucciones a los manifestantes sobre cómo actuar, indicándoles dónde se encontraba la policía en cada momento. Concretamente, según la acusación de la Fiscalía, el copiloto del turismo sacaba su cabeza y parte de su cuerpo por la ventanilla y chillar a viva voz: “Bloquead esa entrada para que no entre la policía (en la zona de Capuchinos), les cortamos el tráfico, tened cuidado que vienen del Grupo de San Pedro, huid hacia Ansoáin”. Los acusados, conscientemente según el Ministerio Público, circulaban a velocidad muy reducida para obstaculizar que los vehículos de policía pudieran realizar su trabajo de forma eficiente hasta que fueron interceptados por la policía en la calle Divina Pastora de Ansoain. Sobre las 22.00 horas un indicativo de Policía Municipal de Pamplona estaba siendo atacado en la confluencia de calle Divina Pastora con Avenida de Villava por unos cincuenta individuos encapuchados, que les estaban lanzando objetos, volcando y quemando contenedores, para a continuación huir y dispersarse en dirección Ansoáin.