El capo de la mafia siciliana Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, detenido en Palermo (Sicilia) después de 30 años huido de la justicia, será sometido al denominado '41 Bis', el duro régimen carcelario que, pese a las críticas de organizaciones humanitarias, se ha utilizado en Italia desde los años 80 con los peores jefes mafiosos.
El decreto ha sido firmado hoy por el ministro italiano de Justicia, Carlo Nordio, quien ha asegurado que con esta medida se pretende "garantizar" que el Gobierno "conjugará el derecho a la salud con la seguridad absoluta" en el cumplimiento de la condena "de un peligroso exprófugo que fue capturado con mucho esfuerzo después de muchos años".
Messina Denaro, considerado el último padrino, heredero de la Cosa Nostra más despiadada y prófugo desde 1993, condenado a varias cadenas perpetuas por numerosos homicidios y atentados, fue detenido ayer, lunes, en las proximidades del hospital privado La Maddalena de la capital siciliana, al que acudía para tratarse de un cáncer de colon que padece desde hace un año.
El 41 Bis, cuyo objetivo es aislar al "capo" e impedir que continúe llevando las riendas de la organización mafiosa desde la cárcel, ha servido de epílogo inflexible para los peores jefes mafiosos hasta su muerte, como los antecesores de Messina Denaro, Salvatore 'Totó' Riina y Bernardo Provenzano, que estuvieron 24 y 38 años prófugos, respectivamente.
El reo vive en una celda individual sin contacto con el resto de presos, sin acceso a las zonas comunes; solo en algunos casos se le concede un par de horas al aire libre, siempre solos, y está sometido a una vigilancia continuada por agentes policiales que no pueden mantener contacto con otros funcionarios.
Además, puede recibir -solo en algunos casos- una visita al mes de una hora de sus familiares, separados por una mampara blindada, sin posibilidad de contacto físico, y además se controlará toda su correspondencia y no tendrá acceso a libros o revistas.
Según los medios italianos, el jefe mafioso aterrizó anoche en un vuelo militar en el aeropuerto de Pescara, en la región central de Los Abruzos, donde la hipótesis más acreditada es que haya sido trasladado a la prisión de máxima seguridad de la capital "L'Aquila", donde se encuentran un centenar de reclusos bajo el régimen del llamado '41 Bis', en el que es imposible tener contactos con el exterior.