ES de conmemorar y celebrar. Cumplir medio siglo siendo un referente en el la docencia del euskera y creando una cultura euskaldun en una ciudad como Bilbao tiene su mérito. Por ello ayer lunes el Ayuntamiento de la villa con su alcalde, Juan Mari Aburto, a la cabeza, quiso homenajear al euskaltegi Bilbo Zaharra y su trayectoria con una recepción en el principal salón de actos municipal.
Porque este centro educativo que ha contado con varias ubicaciones a lo largo de este medio siglo de historia fue el primero que empezó a euskaldunizar vecinos de Bilbao.
Así lo recordó el alcalde en su intervención poco antes de que entregara a los responsables actuales de la entidad una placa conmemorativa.
Aburto concretó en su intervención ante los asistentes la “importancia y la gran labor” de Bilbao Zaharra y subrayó “el compromiso de quienes empezaron hace ya 50 años, porque su trabajo, esfuerzo y determinación han sido claves para que miles de bilbainos y bilbainas hayan aprendido euskera, manteniendo viva nuestra lengua, nuestra cultura e identidad”.
Atendieron bien las palabras del primer edil alguno de los irakasles que conocieron aquellos primeros duros años de docencia en condiciones que nada tienen que ver con las actuales. Ahí estaban Sabin Egileor Totorika, Koldo Zuazo, Aitor Argarate, Agustin Txurruka y Peru Alberdi. Este último tomó la palabra para agradecer el reconocimiento explicando como “todos los que estamos aquí nos subimos al tren del euskaltegi en diferentes momentos de estos 50 años”. Alberdi desgranó un montón de anécdotas personales en un centro que “para cuando yo me subí el tren ya era grande y antes que yo ya habían pasado otras estaciones”.
Recordó cómo en septiembre 1976, con 19 años y con el título D de Euskaltzaindia recién obtenido bajo el brazo, le ofrecieron trabajo “en las escuelas de euskera de Bilbo Zaharra” aquellas que “la gente llamaba las clases de Euskaltzaindia o de la Academia”.
Las escuelas de San Francisco fueron el primer lugar donde impartió clase a 14 personas y rememoró cómo ya desde el primer momento se dio cuenta de que la docencia no iba a ser sencilla.
Comentó cómo varios empezaron su presentación diciendo: “Marta naiz, Joseba naiz, Nerea naiz… A pesar de empezar desde cero, todos saben decir su nombre. Era fenomenal eso demostraba que tenían interés”, aseguró con una sonrisa.
Sin embargo, otros dijeron ni naiz Sergio, ni naiz Arantza, ni naiz Emilio… “De repente se encendió la alerta roja en mi interior. ¿Son iguales ni naiz Arantza y ni Arantza naiz?”, se preguntó entonces reconociendo terminada la primera clase que “este trabajo no va a ser tan fácil como pensaba hace solo media hora antes”, concretó ayer lunes.
En la recepción también estuvieron profesionales jubilados y jubiladas que desarrollaron su carrera en Bilbo Zaharra así como el actual staff directivo del euskaltegi, su máximo responsable, Jon Maguregi; la directora económica, Elena Fernandez; el profesor y responsable de las actividades culturales, Paulo Alberdi, y el profesor Julen Pagazaurtundua.