Eugene Maurice Orowitz, más conocido por todos como Michael Landon, tuvo su primer papel destacado en todo un clásico de la televisión, la serie Bonanza. Y justo un año después de que esta dejara de emitirse en la NBC, el actor, escritor, productor y director recibió el encargo de dar forma a una nueva serie que tomara el relevo de la anterior. Así nació La casa de la pradera, que apareció en la televisión estadounidense un 11 de septiembre de 1974.
Por estos lares tardamos unos meses en conocer a los Ingalls, aquella familia sencilla y todo bondad que en busca de un mejor futuro se establecen en un pequeño pueblo de la frontera del Oeste americano. TVE comenzó a emitir la serie ya iniciado el año 1975 en las sobremesas de los domingos, justo después del Telediario, cuando este era mucho más corto.
En aquella cabecera en la que las niñas de la familia corrían ladera abajo conocíamos a todos los miembros de la familia. Una familia, eso sí, que creció cuando la serie fue avanzando en sus 208 episodios totales. El matrimonio Ingalls lo formaban Charles y Caroline, encarnados por Michael Landon y Karen Grassle. Sus hijas, Mary, Laura, Carrie y Grace, fueron interpretadas por Melissa Sue Anderson, Melissa Gilbert, Lindsay y Sidney Greenbush y Brenda y Wendi Turnbaugh respectivamente.
La familia protagonista de La casa de la pradera sufrió todo tipo de calamidades. Seguramente la más recordada por todos, la ceguera de Mary, la hija mayor, tras padecer la escarlatina.
Adaptación libre
El contrapunto lo ponía, entre el resto de habitantes del pueblo, la familia Oleson. en la que destacaba, por su protagonismo en la serie, el personaje de Nellie, interpretado por Alison Arngrim. Resultó curioso, en medio del gran éxito de la serie, que este último personaje fuera catalogado como uno de los más engreídos de la televisión (hasta la actriz que lo interpretó llegó a escribir un libro titulado Cómo sobreviví a Nellie Oleson y aprendí a amar que me odiasen) mientras que Charles Ingalls, todo bonhomia, encabezaba las clasificaciones del mejor padre televisivo de todos los tiempos.
No faltaban, claro está, el reverendo y el doctor como personajes característicos de aquellas historias del Oeste, aunque esta se pareciera muy poco a las historias con sheriff, saloon y pistoleros.
La casa de la pradera abarcó nueve temporadas que se despidieron a principios de 1983. Pero su éxito fue tal que llegaron a producirse hasta tres películas basadas en su historia. Una historia original que era la recogida en las novelas autobiográficas de Laura Ingalls Wilder, que murió en 1957. Unos libros que contaban los avatares de los primeros colonos de Estados Unidos durante el siglo XIX.
Aunque la adaptación que Michael Landon llevó adelante para la serie televisiva distó mucho de lo que se contaba en las obras originales. La casa de la pradera potenciaba los valores del trabajo, la honestidad, la familia, frente a unas historias reales mucho más oscuras.