6.800 metros cuadrados para la nueva zona comercial de Pamplona

Navarra Suma aprobará la semana que viene el proyecto urbanístico en la avenida de Zaragoza, donde se levantará una zona comercial, una residencia o un hotel y dos edificios para oficinas.

En la reunión de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona celebrada este miércoles el concejal delegado Juan José Echeverría indicó que el expediente será aprobado en la Junta de Gobierno Local del próximo lunes y después se dará traslado al Pleno para su aprobación provisional (la definitiva corresponde al Gobierno de Navarra).

Lo previsible es que tenga el visto bueno del Ayuntamiento, ya que el grupo municipal del PSN ha respaldado desde el principio su tramitación, que incluyó la modificación estructurante del plan urbanístico que permitió reactivar un proyecto paralizado desde hace años.

De nada han servido las protestas de los comerciantes y asociaciones vecinales de Azpilagaña, Iturrama y Milagrosa ni las iniciativas de EH Bildu y Geroa Bai, que para tratar de minimizar el impacto en el tejido comercial y social de los tres barrios quisieron incluir la construcción de viviendas.

El terreno en cuestión se ubica en el límite entre Pamplona y Galar, entre la avenida de Zaragoza y la avenida de Navarra, junto al centro de atención animal y la nueva gasolinera que conecta con la calle Sadar. Abarca una extensión de 61.185 metros cuadrados.

La nueva zona comercial tendrá una superficie de 6.871,74 metros cuadrados. Se levantará en el espacio comprendido entre la gasolinera y el edificio destinado a residencia comunitaria. Tendrá una altura máxima de PB+1 y una edificabilidad de 9.656 metros cuadrados.

La parcela destinada a residencia comunitaria, donde se permitiría construir un hotel, dispone de una superficie de 2.680,62 metros cuadrados y una altura de planta baja y siete plantas elevadas (B+7), lo que le confiere una edificabilidad total de 9.100 metros cuadrados.

En el frente de la avenida de Zaragoza se proyecta la construcción dos edificios con una anchura de 20 metros y una altura de B+7, adecuada para usos de oficinas.

Se trata de dos parcelas de 1.571,72 y 1.249,40 metros cuadrados, que en conjunto ofrecen una edificabilidad de 9.945 metros cuadrados.

Sería el lugar destinado para acoger las oficinas de CCOO y UGT si prosperan las conversaciones que el Ministerio ha mantenido hasta el momento, que ya cuentan con el visto bueno de las dos organizaciones sindicales cuando abandonen el edificio que ahora ocupan en el centro.

El nuevo planeamiento mantiene la gasolinera (2.499 metros cuadrados) y el centro de animales (3.708 metros cuadrados) y contempla 13.808 para el parque, 2.222 para una plaza y 12.129 de áreas peatonales.

El documento que será aprobado por la Junta de Gobierno Local recuerda que la estructura viaria del Plan Municipal prevé la prolongación de la calle Sadar hasta su encuentro con la avenida de Navarra, aunque el expediente no incluye construir la glorieta al quedar fuera de su ámbito de actuación.

El proyecto ha sido promovido por Elsario SL y Jamyda Patrimonios SL, propietarios mayoritarios del suelo.

El Ayuntamiento, después de reactivar el expediente, se vio obligado a paralizarlo por mandato del Gobierno de Navarra por carecer del preceptivo proceso participativo.

Finalmente se hizo, pero no hubo uno sino dos; el primero fue a cargo del Ayuntamiento y el segundo de los promotores, con solo 24 horas de intervalo entre ambos.

Los responsables municipales pudieron escuchar los argumentos contrarios de vecinos de los barrios más próximos y de los comerciantes al considerar que el nuevo espacio comercial iba en contra del comercio minorista y de una ciudad sostenible.

Para los asistentes, destinar un espacio periférico de la ciudad a un uso comercial y de oficinas puede convertirlo en un polo de atracción comercial y por ese motivo, propusieron sin éxito aprovechar ese espacio para revitalizar la Milagrosa destinándolo a uso residencial o a actividades relacionadas con las universidades e instalaciones deportivas.

Las actas recogidas del proceso participativo citan el desacuerdo con el procedimiento empleado y lo calificaron de "mero trámite" por la coincidencia temporal entre ambas sesiones.