El argelino Benchohra Bakthil, de 27 años, lo pudo contar de milagro en este periódico y en el juicio en el que se juzgó a su agresor. Solo por dosis de azar resulta posible que el joven recibiera en marzo de 2021 una cuchillada que requirió de 35 puntos de sutura en el tórax y otra en el brazo que exigió 20 puntos más y que se haya podido recuperar de sus lesiones y no fuera asesinado. Fue atacado por un joven argelino de 26 años, que lleva desde el momento de la agresión en prisión tras haber sido detenido por la Policía Foral. Ahora, la Sección Primera de la Audiencia le ha confirmado una condena de 6,5 años de cárcel por dos delitos de lesiones con instrumento peligroso (dos años y medio por el botellazo y cuatro años por la cuchillada) que ya le impuso el Juzgado de lo Penal número 3. Tendrá que indemnizar con 320 euros a una víctima y con 11.330 euros a Bakthil, después de que se le aplique la agravante de alevosía y la atenuante de trastorno de personalidad por su adicción a las sustancias tóxicas.
La resolución declara probado que hacia las 19.30 horas del día 5 de marzo de 2021 el acusado comenzó a discutir con un primo suyo cuando se encontraba en la terraza de un bar. Bakthil se acercó para mediar entre ambos y que la discusión no fuera a mayores, pero a pesar de ello, el acusado golpeó a su primo con una botella de cerveza en la cabeza. Le produjo una herida incisa con importante sangrado en la región frontal de la sien derecha, además de un traumatismo craneoencefálico y herida en cara. Requirió para su curación de tratamiento médico quirúrgico y tardó en sanar ocho días.
Acto seguido, el procesado, con clara intención de causar graves lesiones a Bakthil después de que hubiera mediado en la discusión, se dirigió a un bazar situado en la carretera de Corella y ahí adquirió un cuchillo jamonero con una hoja de 30 centímetros y unos cúteres. Le llamó por teléfono y le dijo “te voy a matar, te voy a mandar con tu madre”, que había fallecido diez días antes.