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Gipuzkoa

“70 franceses que defendieron San Sebastián murieron junto a Plymouth en un barco-prisión”

El historiador publicará en 2024 el libro "Aquel verano de 1813", en el que recopilará los hechos de hace 210 años
José Mari Leclercq, ayer miércoles, en la sala de actos de la calle San Jerónimo, donde pronunció su conferencia.
José Mari Leclercq, ayer miércoles, en la sala de actos de la calle San Jerónimo, donde pronunció su conferencia.

Hoy jueves se cumplen 210 años del incendio de 1813, cuando Donostia, que estaba en manos de los franceses, fue arrasada por las tropas angloportuguesas dentro de la Guerra de la Independencia. La trágica jornada formó parte de un largo asedio de dos meses y medio, del que siguen conociéndose nuevos datos. Algunos de ellos fueron revelados ayer por el historiador José María Leclercq en la conferencia “La última defensa de la fortaleza de Urgull. Franceses en las prisiones británicas”. También figurarán en el libro “Aquel verano de 1813”, que se editará en 2024, un “guiño al turismo actual, con aquel turismo no deseado”.

¿Qué sucedió con los prisioneros franceses, tras dejar la ciudad? 

Hasta ahora, todas las historias del asedio de San Sebastián terminaban con la capitulación de los defensores franceses y el desfile con honores militares. Parecía que luego fueron felices y comieron perdices, pero no fue así. Había dos clases de prisioneros. Por una parte, los oficiales, que estaban internados en un pueblo, podían salir en un horario e incluso tenían una paga semanal. Y, por otra, la plebe. Estos soldados fueron internados en la prisión de Mill, en el puerto Plymouth, y luego los metieron en 'hulks', que eran navíos de guerra fuera de servicio. Como lo que quieren poner en Inglaterra ahora para la inmigración ilegal, pero con con barcos de guerra viejos.

¿Cómo eran las condiciones de aquellos barcos de prisioneros? 

–Metieron aquellos barcos en el estuario de Hamoaze y se quedaron ahí los pobres chavales, en naves para 400 personas donde llegaba a haber 1.500, porque llegaban de todas las campañas napoleónicas. Estaban en un barco sucio, sin ventilación ni alimentación adecuada. De los que estuvieron en San Sebastián, he encontrado que murieron al menos 70 de diarreas, pulmonías, fiebres... Como no había ventilación ni iluminación, sabían que había un muerto porque empezaba a oler. No era algo que hicieran solo de los británicos. Los españoles hicieron lo mismo con los prisioneros de Bailén. Era una época muy dura.

¿Cuánto tiempo duró aquella cárcel marítima? 

–Estuvieron prisioneros hasta la capitulación francesa de 1814, unos siete u ocho meses. Tras la defensa de San Sebastián, los franceses quedaron prisioneros y los llevaron desfilando en formación, entregaron las armas y los británicos los embarcaron en Pasajes.

¿Cuántos franceses y angloportugueses batallaron en Donostia?

–Al principio del asedio había unos 3.400 franceses, pero en la capitulación había 1.200. Los demás fueron muertos o heridos. Estaban al mano del general Louis Emmanuel Rey, que defendió la ciudad dos meses y pico. Por esta defensa se le concedió grabar su nombre en el arco del triunfo de París. En el caso de los británicos, estaba la quinta división al mando del general Graham, más otros que llegaron, y se calcula que eran entre 7.000 y 10.000 hombres.

¿Cómo fue la última defensa de Urgull?

–Mucha gente cree que los últimos días, cuando se escaparon los franceses a Urgull, estarían tranquilos, pero sufrieron muchísimo. Porque tenían problema de agua, había más de 2.000 personas y no había árboles por lo que el enemigo veía todo. No tenían cuarteles a prueba de bomba y dormían a la intemperie. Y los británicos les lanzaban fuego granizado, como el de ahora en las guerras.

La población donostiarra sufrió mucho en aquel asedio. ¿Hay cifras concretas?

–Los fallecimientos de donostiarras se produjeron cuando empezaron a saquear. Pero, según los testimonios de 79 personas que tiene el Ayuntamiento, los muertos en la última semana no llegan a cien. Aunque uno ya es mucho, hay que tener en cuenta que hubo innumerables maltratos, mujeres violadas, heridos... Pero el gran problema vino luego. Hubo una gran dejadez, con cadáveres sin enterrar hasta dos meses dos después, pozos llenos de cuerpos... Los donostiarras, que habían perdido sus casas, estaban a la intemperie, sin ropa y sin medicinas, con los cuerpos maltratados y las mentes aplastadas. Llegó el invierno y con él una epidemia de cólera, tifus y fiebres y murieron 1.500 donostiarras desde finales de 1813 a principios de 1814. 

¿Eran los donostiarras afrancesados, como señalan algunos para justificar el ensañamiento en Donostia?

–Es una idea que los historiadores han rechazado en general. Siempre se ha dicho que era la excusa que dieron los británicos para justificar lo que hicieron. Pero una parte de la población sí apoyó a los franceses, que estaban en la ciudad desde 1808. He encontrado varios documentos en los que queda claro que una parte de la población, sin generalizar, sí apoyó a los franceses directamente. De hecho, un comandante de ingenieros francés, llamado Pinot, dijo que sería difícil encontrar en Francia una ciudad tan abnegada y dedicada a la causa como San Sebastián. En otro documento, cuando se rinden los franceses, los oficiales dicen que el general Songeon se ganó el apoyo del pueblo donostiarra.

2023-09-01T05:34:03+02:00
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