¿Qué ha supuesto para usted la Medicina? “Para mí ha significado todo. Se va perdiendo un poco pero la Medicina es una devoción. El médico es una mezcla de sacerdote y atleta. Tiene que estar en buena forma, pero tiene que entregarse a los demás. No se pueden estar contando las horas y los minutos para marcharse del puesto de trabajo, no se pueden regatear esfuerzos, hay que ser buen compañero, saber ser solidario, hay que tener empatía, tanto con el resto de estamentos como con los pacientes y sus familias”, responde el cirujano pediátrico Carlos Bardají Pascual, que ha operado a más de 45.000 niños y niñas. El Colegio de Médicos ha homenajeado este jueves a los 75 profesionales que se han jubilado este 2022 en Navarra y cuatro de ellos nos cuentan su experiencia.
Socorro Lizarraga Mansoa
Médica de Familia
“Hay que aprender a tratar el final de la vida”
Socorro Lizarraga Mansoa, de 65 años y natural de Ancín, se decantó por la Medicina de Familia porque “quería hacer algo para ayudar a la gente. Me ha gustado muchísimo mi trabajo, poder ayudar poniéndome en el lugar del otro; un poco desde la empatía y no desde el paternalismo, viendo más a las personas que a las enfermedades”. Y es que, apunta, “muchas veces cuando los pacientes acuden a consulta no es por problemas físicos. En ocasiones vienen contándote un dolor o malestar, pero en realidad lo que hay detrás es un sufrimiento psíquico”.
Tras realizar la especialidad, Lizarraga estuvo casi 15 años en Huarte y, tras otro periodo de 2 años en Sangüesa, recaló en Berriozar, donde ha ejercicio 15 años hasta su jubilación el pasado junio. “He estado varios años de directora del centro de salud. Me tocó cuando la covid-19 y fue un horror”, confiesa, refiriéndose a los continuos cambios de protocolo.
La pandemia, según prosigue, provocó una “sobrecarga que se ha sobrellevado con un sobreesfuerzo de todo el personal sanitario –Medicina, Enfermería, Trabajo Social y Administración– que luego a veces no se ha visto recompensado”. No obstante, aclara que “no se trata de que te den parabienes o no sé qué, sino de haber tenido algunos detalles como permitir más licencias, algunos permisos más...”. De hecho, lamenta que “me da mucha pena el desencanto que veo y la sobrecarga laboral”, que hace que “compañeras que están muy motivadas con la Primaria acaban ahora tan cansadas que es muy difícil pedirles más cosas, reclamarles más”.
En cambio, una de las mayores satisfacciones que le ha proporcionado este trabajo ha sido “poder atender bien al final de la vida”. “Es un campo que no te enseñan. Cuando yo hice la especialidad no se pasaba ni por Paliativos, pero empiezas a trabajar en un pueblo y te tocan también” estos procesos. Para hacerlo bien, decidió formarse y, posteriormente, comenzó a dar talleres a compañeros, labor que continuará tras su jubilación. Y, en esta “buena atención a la muerte”, sostiene que “poder tener la Ley de Eutanasia me parece un punto más”.
Carmen Fuertes Goñi
Médica de Familia
“La Primaria está en una situación complicada”
La andolense Carmen Fuertes Goñi, médica de familia de 65 años, explica que “somos especialistas en personas, en familias, y la verdad es que es muy satisfactorio acompañar a la gente, intentar curar y, si no se puede, acompañar”. Tras acabar la especialidad en 1985, se incorporó al centro de salud de la Chantrea, donde ha estado “30 años, quitando 4 años que estuve coordinando a los residentes y organizando un poco la docencia”.
En 2016 le pidieron colaborar en el Plan de Salud de Navarra y cuando acabó, en 2020, el rector de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) “me solicitó si podría ayudar en el montaje de Medicina y ahí he pasado mis últimos años”. Una tarea que “ha sido como un sueño”, confiesa. “Me he dedicado sobre todo a la organización de lo que es la formación de los estudiantes”, explica, queriéndoles transmitir un “enfoque más humanista, de medicina integral y personalizada”.
A partir de ahora, la doctora Fuertes colaborará con la UPNA como profesora invitada, así como con la asociación de defensa de la sanidad pública a la que pertenece y con otras entidades. Respecto a la situación actual de la Atención Primaria, la ve “muy difícil”. Tras indicar que ya antes de la covid-19 “necesitaba una reforma importante”, afirma que la pandemia “ha sido un mazazo y creo que realmente ahora está en una situación muy complicada, muy débil y necesitada de recursos tanto económicos como personales”, de modo que “se requiere invertir y darle una vuelta; es el reto que se queda para las nuevas generaciones”.
Fermín Castiella Lafuente
Medicina preventiva y salud pública
“Me hubiera gustado abordar más el tema del tabaco y del alcohol”
Fermín Castiella Lafuente, pamplonés de 66 años, se ha dedicado a la gestión de programas de promoción de salud y de prevención en la administración foral. “Se habla siempre que es mejor prevenir que curar; pues nosotros estamos en la parte del mejor”, ilustra este especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, que ha trabajado como coordinador del programa de Sida, como director del Plan Foral de Drogodependencias, como subdirector de la Agencia Navarra para la Dependencia y, los últimos 4 años, en la estrategia de envejecimiento del Instituto de Salud Pública.
Entre las mayores satisfacciones de su carrera, destaca “la posibilidad que tuvimos de crear con el Plan de Drogodepencias una estructura de trabajo comunitaria con amplia participación de profesionales de las entidades locales y de las organizaciones no gubernamentales. Una red muy potente que ha sido muy importante para abordar un fenómeno tan complejo como el del consumo de drogas”. Así, si bien hace un balance “positivo” de su actividad laboral, reconoce que siempre se quedan espinas. “Me hubiera gustado abordar más el tema del alcohol y, sobre todo, el del tabaco”, cuyo consumo “es un problema de salud pública de primer orden y hay que hacerle verdadero caso”.
Carlos Bardají Pascual
Cirujano pediátrico
“El médico es una mezcla de sacerdote y atleta”
Tras 44 años de profesión, el cirujano pediátrico Carlos Bardají Pascual se jubiló en verano con 68 años, de los cuales los 32 últimos ha ejercido como jefe de servicio en distintos hospitales. “He acabado en Pamplona, que es donde empecé como adjunto”, dice.
Tras destacar los “espectaculares” avances que se han registrado en estos años por el advenimiento de nuevas tecnologías, defiende la importancia de saber hacer una buena exploración. “Hoy en día el médico joven ha sustituido la exploración y el interrogatorio por poner una cruz en un papel para que alguien le diga lo que tiene el enfermo y esto es lamentable”, critica. Por ello, a las nuevas generaciones les “diría que vinieran conmigo a África porque allí tienes que diagnosticar sin medios y el que viene conmigo aprende muchísimo”.