77.000 trabajadores en Navarra, pendientes de una subida salarial ante una inflación disparada

"La negociación colectiva está muy revuelta y bloqueada", indica Alfredo Sanz, secretario de Acción Sindical de CCOO en Navarra. "Lograr el compromiso de la patronal de pagar el IPC se ha convertido en el caballo de batalla para acordar en los convenios", añade Xabier Ugartemendia, responsable de Acción Sindical de LAB a nivel nacional.

En estos momentos unos 77.000 trabajadores y trabajadoras en la Comunidad Foral están pendientes de una subida salarial, en un escenario de alta inflación –un 8,4% en abril en España, según el dato adelantado por el INE–. Estos asalariados dependen de convenios sectoriales que actualmente se encuentran en plena negociación iniciada en 2022, aunque algunos convenios suman varios años paralizados sin alcanzar un pacto.

En Navarra, sindicatos y patronal deben intentar llegar a acuerdos en el convenio del metal, que engloba a 40.000 empleados y empleadas; hostelería, con 16.000 personas trabajadoras; construcción y obras (12.000); oficinas y despachos (mil); y madera (1.100). A estos se añaden otros convenios que comenzaron a abordarse el año pasado como talleres (4.500); fontanería y calefacción (1.200); y almacenistas de frutas, verduras, patatas y plátanos (200). Además debe constituirse en 2022 la mesa de almacenistas de alimentación (mil asalariados), según los datos de CCOO.

A estos convenios sectoriales se une la conflictividad que se está generando en el seno de empresas que deben acordar con sus plantillas convenios o pactos que exclusivamente se aplican en esos centros de trabajo. "Valoramos positivamente que este año haya comenzado con huelgas en compañías como Torrespapel en Leitza, Agrozumos en Lekunberri, General Mills en San Adrián o en ISNN", cita Imanol Pascual, coordinador de ELA en Navarra. Esta última semana han vuelto a secundar un paro las empleadas de residencias por un convenio sectorial; los jardineros de Pamplona o la plantilla de Isri (antigua Asientos Esteban), etc.

La movilización va creciendo y ninguno de los sindicatos la descarta, aunque discrepan sobre cuándo. UGT y CCOO quieren explorar todas las posibilidades antes de salir a la calle; y ELA y LAB consideran inevitable la organización y confrontación para lograr arrancar compromisos a las empresas.

Este 1 de Mayo los sindicatos van a manifestarse por la defensa de unos salarios que no pierdan poder adquisitivo, por atajar la precariedad, por una mayor igualdad entre hombres y mujeres y por el reparto del empleo, entre otras reivindicaciones. "Las personas asalariadas no pueden volver a pagar esta crisis tras padecer la de 2008", reitera Marisol Vicente, secretaria de Política Sindical de UGT.

¿qué va a ocurrir? Sanz (CCOO) pronostica que la patronal no va a mover ficha hasta después de verano cuando los analistas prevén que va a producirse un descenso del IPC. Tanto este sindicato como UGT son flexibles en estudiar fórmulas para que las plantillas reciban ese IPC distribuido en varios años. "Debemos impedir que una vez pactado un acuerdo las empresas no lo apliquen alegando causas económicas", remarca Sanz. Por su parte, Vicente recuerda que el Acuerdo de Negociación Colectiva, pendiente en Madrid entre CCOO, UGT y CEOE, puede impulsar las mesas de los convenios provinciales.

En esto discrepan ELA y LAB. "El pacto de rentas usa las mesas de diálogo social para aumentar salarios por debajo de la inflación. Defendemos incrementos del IPC, incluso un pacto para repartir los beneficios empresariales", dice Pascual. Desde LAB, Ugartemendia es contudente: "En Madrid siempre empeoran condiciones. Tenemos potestad para negociar en Navarra".

Aunque la situación actual se percibe candente, el Ministerio de Trabajo ha informado que hasta marzo 25.174 personas trabajadoras en Navarra han visto que su salario ha crecido una media de un 3,23% con la actualización o rúbrica de sus convenios, por el 1,48% de hace un año.