Este año Emakunde ha centrado su campaña en la importancia de las redes sociales en la lucha contra el feminismo. Vemos a menudo imágenes de niñas y adolescentes hipersexualizadas, como si fueran objetos en las redes sociales que a menudo se llenan de comentarios despectivos o críticos con el aspecto. Una realidad a la que la doctora de la Universidad de Deusto, Estíbaliz Linares, le pone nombre. Es "violencia simbólica", señala y genera daños "muy profundos".
"Violencia simbólica"
Estíbaliz imparte talleres a jóvenes y reconoce que el tema del culto al cuerpo es el tema "estrella". "En cuanto hablamos de este tema del cuerpo, explota. Es muy significativo, esa vulnaribilidad física", subraya. "Se generan estereotipos y junto a esto hablamos de clasismo, racismo, hegemonía visual", asegura y advierte de que luchar contra esto requiere un trabajo muy profundo. "Es la mayor de las violencias. Odiarte a ti misma y tu cuerpo. Con las redes sociales esa exposición ha aumentado", lamenta.
La repercusión del machismo en el mundo digital es muy relevante, explica porque se transfieren todas "las violencias de la vida offline a la vida online" pero, matiza, el eco social es mucho mayor y esos daños se agrandan en la red. "Cuando hablamos de una chica que le ha pasado la foto a un chico que por ejemplo es erótica y la ha pasado sin permiso nos enfrentamos al ciberacoso sexual y sexista que es muy dañino porque es constante y continuado", explica. No sólo eso, sino que se suele culpabilizar a la mujer y poner el foco en ella. "Eso genera que el bucle sea muy difícil de romper", reconoce.
"El machismo ha existido siempre", asegura y es algo que está en nuestras casas, es estructural, afirma Estíbaliz. De ahí que sean necesarias, subraya, transformaciones. "Los talleres hacen un clic en su cabeza pero luchamos contra algo muy potente. Debemos seguir transformando", insite.
"Hace falta educarnos antes de educar"
Para quien se mueve habitualmente en la red, esa violencia simbólica es una constante. Izar Lizarralde, estudiante del periodismo lo sabe bien desde que escribe el blog 'Mamajarana'. "Desde que empecé a moverme en redes sociales he visto cómo hombres se han metido con lo que decía incluso metiéndose con mi imagen que no tenía nada que ver con mi mensaje con insultos como bollera o feminazi", afirma.
Reconoce que cuando escribes en las redes sociales, "expones mucho y es a lo que te arriesgas". "Muchas veces te responsabilizas y te responsabilizan y se toman libertades al hacer comentarios", señala. "Yo tuve que hacer un parón en redes porque me pillaron en muy mal momento. Quizás yo tenga más fuerza y esté hecha ya pero si eres una chica sin experiencia y sin apoyo podemos llegar a situaciones extremas", advierte.
Sin embargo sí cree que se ha avanzado gracias a los talleres y las redes que ofrecen información. "Se está implementando esa educación feminista pero faltan muchas clases de sexualidad e igualdad", afirma y considera que sería interesante incluir en a hombres en los talleres para "abrirles los ojos, ponerles las gafas moradas".
En este sentido la estudiante de periodismo Nerea Vicente reconoce que las redes sociales están teniendo un papel muy importante. "Parece que se puede decir cualquier cosa. Se puede insultar e incluso esta semana han salido tuits hablando casi de violar a la hija de Pedro Sánchez que tiene 15 años", lamenta.