El Ayuntamiento de A Coruña ha recibido una herencia muy jugosa a cambio de un curioso requisito: va a pasar a ser propietario de un céntrico y lujoso edificio valorado en más de 12 millones de euros (en ese precio se tasó hace diez años) pero a cambio de destinar 172.339 euros en misas.
Este curioso intercambio se debe al testamento del filántropo coruñés Manuel Piñeiro Pose, que legó a la ciudad gallega el edificio, construido en 1920 y que cuenta con 4.422 metros cuadrados, entre locales comerciales, oficinas y viviendas, todo todo renovado en este siglo.
Piñeiro, fallecido en 1940, dejó un testamento que incluía una participación equivalente a 140.000 pesetas del valor total del edificio para cumplir la manda piadosa de su alma, es decir, para misas y mantener limpia su tumba, además de los gastos derivados de ella. El resto quedó legado al Hospital Municipal de A Coruña, con la intención de mejorar la vida de los enfermos tanto en sus tratamientos como en su alimentación. Como esta institución ya no existe hoy, la herencia pasa directamente al Ayuntamiento de la ciudad.
50 años de retraso
Un Consistorio que debió haber recibido el edificio muchos años antes, concretamente en 1970, ya que el testamento dispuso que las casas no podrían venderse en 30 años y después de esas tres décadas pasarían directamente a manos municipales. Pero al parecer las albaceas no cumplieron con las demandas de Piñeiro y las peticiones del Ayuntamiento no encontraron respuesta, con lo que la herencia quedó paralizada.
Finalmente, el Consistorio coruñés movió ficha para que el legado se haga efectivo y el edificio se registre a su nombre y calculó que las 140.000 pesetas de 1940 corresponderían a 172.339 euros en la actualidad. Una cantidad ofrecida a las albaceas, pero que tampoco respondieron, con lo que el tema ha terminado en la Justicia.
El Ayuntamiento ha decidido depositar esa cantidad en el juzgado para así poder inscribir el edificio en el Registro de la Propiedad y podría ser suyo en cosa de días, aunque tendrá difícil poder darle una utilidad municipal al estar totalmente ocupado y al haber asegurado que no desalojará a nadie y que respetará todos los contratos de alquiler en vigor.