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Vida y estilo

A esta edad hay que dejar de beber cerveza según los expertos

Diversos estudios aseguran que abandonar esta práctica a cierta edad es muy aconsejable para nuestra salud

Actualizado hace 3 horas

En muchas culturas, compartir una bebida es una costumbre muy extendida. Una cerveza al atardecer o una copa de vino en una cena, además de la sensación placentera, son un pilar sobre el que se sustentan los encuentros sociales.

No obstante, detrás de este hábito se oculta una realidad que los expertos en salud avisan: el consumo excesivo de alcohol puede tener consecuencias terribles, sobre todo para el cerebro.

El neurólogo Dr. Richard Restak, en su obra ‘Complete Guide to Memory: The Science of Strengthening Your Mind’, analiza cómo los hábitos de consumo de alcohol dañan nuestras capacidades tanto mentales como emocionales.

Una persona bebiendo cerveza

Una persona bebiendo cerveza Carlos Canales Ciudad

Consecuencias del consumo de alcohol

El impacto del alcohol en el cerebro es notable incluso con cantidades moderadas, pero se vuelve particularmente preocupante cuando el consumo es habitual o excesivo. 

Según investigaciones recientes, las repercusiones abarcan desde problemas de memoria hasta afecciones graves como la demencia. Aquí exploramos algunos de estos efectos.

Pérdida de memoria

El alcohol interfiere con la capacidad del cerebro para formar y recuperar recuerdos. Las personas pueden olvidar eventos recientes, conversaciones importantes o detalles básicos del día a día, lo que puede generar frustración y afectar las relaciones interpersonales.

Deterioro cognitivo

El abuso del alcohol está vinculado a problemas de concentración, disminución de habilidades para resolver problemas y decisiones impulsivas. Con el tiempo, este deterioro puede consolidarse, afectando la calidad de vida y la autonomía de la persona.

Mayor riesgo de demencia

Algunas investigaciones han señalado que el consumo excesivo y prolongado de alcohol aumenta la probabilidad de desarrollar demencia. Esto afecta la memoria, el juicio y la funcionalidad diaria, es un desafío creciente en sociedades con poblaciones envejecidas.

Impacto emocional y social

El alcohol puede aumentar problemas emocionales como la depresión y la ansiedad. Además, su abuso suele llevar a conflictos en el ámbito familiar o laboral, derivando en aislamiento social, un factor que, a su vez, evidencia los problemas cognitivos.

Alternativas para socializar sin alcohol

A pesar de la presencia del alcohol en las actividades sociales, no es indispensable para disfrutar de momentos pare el recuerdo. Existen opciones que permiten tener relaciones sanas, al igual que promueven el bienestar físico y mental:

Bebidas sin alcohol

La creciente popularidad de cervezas, vinos y cócteles sin alcohol brinda una experiencia similar en sabor, sin los riesgos asociados al consumo de etanol.

Actividades culturales

Asistir a un concierto, visitar una galería de arte o disfrutar de una película son formas de compartir tiempo de calidad con amigos.

Naturaleza y ejercicio

Organizar caminatas al aire libre o practicar senderismo fortalece tanto los lazos sociales como el cuerpo.

Talleres y clases

Cursos grupales de cocina, manualidades o danza ofrecen oportunidades para aprender y conectar con otras personas en un entorno creativo.

Juegos de mesa y clubes de lectura

Estas actividades fomentan la interacción y el intercambio de ideas, ideales para encuentros relajados.

Voluntariado y retiros de bienestar

Ayudar a otros o participar en programas de mindfulness no solo genera bienestar personal, sino que también refuerza los lazos comunitarios.

Un cambio cultural muy necesario

La relación entre el alcohol y la socialización es un reflejo de tradiciones y valores culturales que, en muchos casos, necesitan ser revisados. Aun así, esto no implica demonizar el consumo moderado, sino fomentar una actitud consciente y responsable.

El reto está en promover alternativas que reemplacen al alcohol como centro de las reuniones sociales, y que al mismo tiempo enriquezcan nuestras relaciones y bienestar. Las opciones existen, y cada vez son más las personas que eligen priorizar su salud sin sacrificar su vida social.

Reflexión final

Disfrutar de una bebida puede ser una experiencia placentera y culturalmente enriquecedora, pero es fundamental estar atentos a los riesgos que entraña su abuso.

Desde la pérdida de memoria hasta el deterioro cognitivo, los efectos del alcohol en el cerebro son un recordatorio de la importancia de la moderación y el autocuidado.

Al adoptar alternativas saludables para socializar, no solo cuidamos nuestra mente y cuerpo: también enviamos un mensaje positivo a quienes nos rodean.

Después de todo, las conexiones humanas no dependen de lo que está en nuestro vaso, pues son cosa de la calidad del tiempo que compartimos.

2024-12-11T16:06:03+01:00
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