A la SD Amorebieta se le tuerce hacer historia con una permanencia que sigue siendo posible

Había una gran ilusión por acudir a Ipurua, a la par que se era consciente de la enorme dificultad que entrañaba el desafío de sacar algo de provecho en el derbi ante uno de los grandes candidatos a lograr el ascenso y consiguiente retorno a la máxima categoría. Pero el Eibar no tuvo un mal día, y tampoco clemencia de la SD Amorebieta, a lo que venció y goleó, convenciendo así a sus parroquianos.

La 'manita' encajada en el duelo de cercanías supuso un muy severo correctivo, tanto por no ser capaces de alterar el casillero propio cuando ocasiones para ello hubo pero hasta la madera acabó por ser esquiva, como por la alta resolución armera ante el marco de Jonmi Magunagoitia, acertando además en momentos que resultaron determinantes para minar el estado anímico de los azulones, que, cuando veían que volvían a meterse en partido, el conjunto de Joseba Etxeberria les asestaba otro duro mazazo.

Natos sufridores

A Jandro Castro y la muchachada que entrena no se les caen los puntos de las manos, al contrario. Y de resultados como el último cuesta reponerse, pero no dejan de ser solo tres. No deja de ser solo un partido. Y que aún hay vida, y que pondrán todo de su parte hasta que las matemáticas contemplen lo contrario, en el caso de que así acabe siendo.

Sabido era que en esta segunda experiencia en la división de plata, buscando superar su techo histórico no alcanzado en 2022, no iba a resultar un caminar plagado de rosas, por lo que este plantel, primero a las órdenes de Haritz Mujika, y más tarde a las del asturiano, tenía desde el primer día del curso plena conciencia de lo que se iba a encontrar. Ni más ni menos que esto, ahora que llega el final. Y habiendo estado a nueve puntos de la salvación, ahora se está a cuatro tras haber sido capaces únicamente de obtener uno de los últimos nueve habidos en juego.

A la derrota encajada en territorio guipuzcoano se le suma el 0-3 ante el Valladolid mediatizado por la expulsión de Félix Garreta antes del descanso, y en medio el meritorio empate rascado en Burgos. Cuando peor pintaba con el 2-0 para los de Bolo, surgió la inspiración de Jon Morcillo y sus dos goles, decisivos como el de Zaragoza, en otros tantos minutos. Saldrán mejor o peor las cosas, pero el de El Plantío fue inequívoco síntoma de que este grupo no se rinde ni lo va a hacer. Son natos sufridores.

Este domingo, fundamental

Antes se encadenaron siete partidos sin dejar el marco a cero, desde aquel triunfo en Andorra gracias al gol de Unai Bustinza. Desde entonces y hasta la visita del cuadro pucelano, pese a encajar cuando menos no se perdía. La buena puntería daba para sumar, incluso de a tres. Pero la capacidad goleadora se ha venido secando, al punto de que solo el zurdo cedido por el Athletic ha conseguido perforar la portería enemiga.

La clasificación, curiosamente escalonada, ahora mismo sin empates, deja al Amore a un punto, con 38, del farolillo rojo que los andorranos ostentan, y a otro, por arriba, del Villarreal B, que es precisamente este domingo (14 horas) el visitante que acoge Lezama. Cita fundamental para reengancharse a la pelea que continuará las tres jornadas restantes, en Tenerife, que esta en tierra de nadie, el sábado 18 (21h), en casa ante el Espanyol que se está jugando el retorno a Primera, y, el primer fin de semana de junio, en casa ante un Mirandés que ha cogido aire pero que, con 44 puntos, queda a un partido del abismo. Eldense, con 43, y Huesca, con 42, marcan la permanencia, por 41 del Alcorcón, que a día de hoy viajaría a la Primer RFEF. Albacete, con 45, y Zaragoza, con 46, no están todavía exentos de pasarlo mal.