Los hijos del embrionario Euskaltel-Euskadi, el de la marea naranja, el de los sueños, el del equipo del pueblo, aún ondean plenos de vigencia después de que la estructura, en su máxima expresión, dejó de serla años atrás. De aquella criatura magnífica, ahora encarnada en una escuadra más pequeña y humilde, sigue bebiendo champán el ciclismo vasco. El curso que se pliega, –Tarling se hizo con la Crono de la Naciones por delante de Evenepoel, Formolo venció en el Véneto y Lutsenko triunfó en Turquía– marcado indudablemente por la huella profunda y eterna de la salida del Tour en tierras vasca, subraya aún la influencia de aquella escuadra. El palmarés vasco de la campaña evidencia la jerarquía de los ciclistas que nacieron en aquella época cuando el Euskaltel-Euskadi era el faro del ciclismo de Euskal Herria.
El legado de aquel proyecto hizo crecer a ciclistas de la talla de Ion Izagirre (34 años) o Pello Bilbao (33 años). Ambos finalizan la temporada con la alegría y la dicha meciéndoles un año para la memoria. El de Ormaiztegi recuperó el sabor inequívoco de la victoria de etapa en el Tour. En 2016 venció en Morzine y repitió pose en la última edición de la Grande Boucle. En ese majestuoso escenario, el escaparate más lujoso del ciclismo, Pello Bilbao pudo gritar su enorme triunfo en una jornada para la historia que siempre permanecerá en la biografía del gernikarra, que fue capaz, además, de ser sexto en la general. Su actuación en el Tour fue sobresaliente. Pello Bilbao asomó en el Tour Down Under con una victoria parcial y el podio en la cita australiana de enero. Por su parte, Ion Izagirre sumó al hito de repetir en el Tour, la conquista del G. P. Miguel Indurain. Las victorias de ambos en la carrera francesa les fijan en lo más alto de las actuaciones vascas.
En la temporada que acaba, Omar Fraile (33 años) recuperó las buenas sensaciones y volvió a vencer. El de Santurtzi celebró un laurel en la Vuelta a Andalucía de Pogacar. El vizcaino dio rienda a su instinto para ganar y recuperar confianza para completar un curso interesante que probablemente le sirva para continuar en la estructura del Ineos. En el mismo equipo rueda Jonathan Castroviejo (36 años), otro de los veteranos que sigue demostrando su enorme capacidad. El de Getxo se hizo con el título estatal de crono por sexta ocasión en su carrera. Finalizó el Tour en la 15ª plaza.
El estallido de Oier Lazkano
Era sólo una cuestión de tiempo el florecimiento de Oier Lazkano (23 años), una de las grandes noticias del pelotón vasco. El gasteiztarra, señalado como un ciclista de esplendoroso futuro desde aficionados, se destapó del todo con grandes actuaciones. Segundo en A Través de Flandes por detrás de Laporte después de completar una tremenda exhibición, Lazkano fijó las líneas maestras de una campaña magnífica que le ha alumbrado con fuerza. Se proclamó campeón de España de ruta con su impronta de enorme rodador. En la Vuelta a Burgos se hizo con una victoria de etapa. En Boucles de la Mayenne conquistó la general y una etapa. Sin duda, su curso merece un gran reconocimiento y, sobre todo, le sitúa como uno de los ciclistas vascos con mayor proyección. Txomin Juaristi (28 años) también se subió a la ola de la dicha. El ciclista del Euskaltel-Euskadi venció una etapa en la Volta a Portugal, que finalizó en segunda posición. Los buenos puestos marcaron la campaña de Mikel Landa (33 años), que no pudo levantar los brazos, pero demostró su capacidad para estar entre los mejores en varias carreras. Fue segundo en Andalucía e Itzulia, tercero en la Flecha Valona y quinto en la Vuelta.