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“A mi hija de 7 años le cayó un lapo y ya no quiere ir al campo”

Los aficionados de la grada familiar de Anoeta protestan por la poca seguridad y el escaso control que tiene la zona visitante, de donde no para de caer de todo
Ultras del Valencia, en el partido jugado recientemente en Anoeta

Nunca llueve a gusto de todos. Un dicho que encaja a la perfección con el tema, sobre todo si lo que cae de arriba son colillas, escupitajos y demás guarrerías. Esa es la queja de varios de los inquilinos de la grada familiar de Anoeta (el fondo norte), que están sufriendo las consecuencias de tener por encima la zona reservada para la hinchada visitante.

Este periódico se ha puesto en contacto con Ibon, uno de los socios que ha denunciado su situación en repetidas ocasiones sin que la Real haya tomado cartas en el asunto: “Esto viene de atrás, desde la remodelación del campo. Me puse en contacto con la Real el año pasado en el partido del Athletic, que fue el primer partido que se llenó la grada de arriba de visitantes. Nosotros estamos justo debajo. Yo voy con mi hija, que ahora tiene 7 años, y arriba, cuando metieron el gol, se subieron en la minivalla, porque medirá un metro y medio, y empezaron a tirarnos cosas, gestos ofensivos, escupirnos, y, claro, un escupitajo le cayó a mi hija. Súper desagradable”.

Desgraciadamente por ahora sus protestas vía telefónica o email cayeron en saco roto: “Me puse en contacto con la Real y aquí viene la historia. Les llamé unas cuantas veces, porque el año pasado pasó también con el Betis, en la Europa League, que vinieron unos ultras pero no me acuerdo quiénes eran. Llamé unas dos o tres veces a las oficinas y me dijeron que lo mejor era mandar un mail. Les mandé uno explicando todo, no me contestaron; les mandé otro y de repente me dijeron que me iban a llamar. Lo hizo, supuestamente, el jefe de seguridad de la Real. Estuve hablando con él y le dije cuál era la problemática que teníamos y me dijo que tenía razón, me pidió disculpas y me dijo que lo iban a solucionar lo antes posible poniendo más seguridad”.

La última visita del Betis fue una de las más desagradables que recuerda este aficionado que conoció Atotxa y que acumula casi quince años de socio: “Fue escandaloso. Aparte de los cantos ofensivos y la gente que vino, me parece increíble que les dejaran entrar y llamé a las oficinas para comunicarlo. Me dijeron que no era la primera persona que había llamado y que sí. ¿Por qué les dejáis entrar si son ultras neonazis y sabéis que vienen? Y me puso la excusa de que es la responsabilidad de la Ertzaintza. Que yo sepa tienen derecho de admisión y que si no quieren no dejan entrar. Luego ya me puso una segunda excusa que era que si hacían eso, creaban enemistad con un equipo de Primera División. O sea prefieren eso a que a tus aficionados les escupan y les tiren cosas. Nos escupieron, nos tiraron cosas desde arriba, gestos súper ofensivos, cánticos neonazis y eso ya fue la gota que colmó el vaso. Nos pusimos varias personas en contacto con la Real y tienen que tener muchos emails porque sé mínimo de siete u ocho personas que se han quejado de lo mismo”.

El malestar entre los hinchas se multiplica por la inacción y las respuestas que reciben por parte del club: “Uno de mis amigos llamó y habló con uno de las oficinas y le respondió que ya sabemos cómo es la afición del Betis. ¿Nosotros tenemos que soportar eso cuando estamos pagando a la Real y se paga a la seguridad que no está haciendo su trabajo? Y le dicen pues espérate el jueves, que vienen 3.000 de Manchester. Es que es de risa. ¿Por qué no se pone ahí Aperribay en un partido de esos y que le escupan a él? Para que vea lo que pasa y lo que cae desde arriba”.

Al menos, los ingleses se comportaron bastante bien pese al estado en el que entraron al campo la gran mayoría de ellos: “No la liaron como los del Betis, pero en vídeos se ve que están colgados y eso no se puede porque se pueden caer y si se caen encima de ti... Y claro, que se mate él vale, pero que nos mate a nosotros…”.

Polémica

La Real es plenamente consciente de la situación, aunque todavía no parece dispuesta a asumir soluciones. Incluso Ibon aporta posibles soluciones para proteger la masa social txuri-urdin: “Yo ya les dije que no soy nadie para deciros cuál es vuestro trabajo, pero, en mi opinión, si ponéis un cristal de más de dos metros, la gente no se puede colgar. Correremos menos peligro de que nos tiren cosas. Me dijeron que lo iban a valorar, que iban a poner más seguridad en la cristalera para que no se acercaran a ella… Sé que a la Real le ha llegado, que no le está gustando nada, pero no sé si va a poner algún remedio. Tienen un mes para solucionar esto y para mí es que habrá que llegar a poner lo que tienen en Vila-real, Español o Camp Nou. Porque el campo está muy bonito como está, pero claro… Está muy bien que pongan un aro de luz súper bonito, pero ¿por qué no arreglan este tema con los de arriba?”.

Los escasos remedios que ha planteado la Real no convencen a nadie: “Dicen que van a intentar poner más seguridad en el cristal, pero no se van a poner los de Sabico en el cristal, no se van a dar de hostias contra los ultras, dirán que para eso está la policía, no ellos. O que las dos primeras filas las van a dejar vacías para que nadie se acerque al cristal, pero si se llena toda la grada, cómo pones al de seguridad ahí. La Real querrá vender todos los asientos para ganar más pasta. No me creo que vayan a quitar cien asientos de ahí”.

Estamos hablando de una familia en la que el aita acumula más de 50 años de socio, la madre más de 30 y van Ibon y su hija de 7 años que ha perdido la ilusión de acudir a Anoeta: “Últimamente no quiere ir porque tiene miedo. Y lo mismo les pasa a muchos chavales de alrededor. En la grada familiar hay mogollón de niños...”.

Este abonado considera que el haber colocado la grada visitante encima de la familiar es un error de base: “Es que me sorprendió mogollón que la grada familiar estuviera debajo. Nosotros somos socios desde hace doce años, cuando la Real estaba en Segunda. Antes de la remodelación nosotros estábamos donde está esa grada ahora, donde la visitante, nos desplazaron y pensamos, pues nos ponemos más abajo y ya está. Le dijimos a la que nos atendió a ver si iba a haber algún problema y nos dijo que no, que iban a poner un cristal súper alto. Pero en el momento que vienen descerebrados no hay ningún control y no nos dicen nada, se lo decimos a los de seguridad, nos dan la razón, pero ¿y, qué hacemos?, nos comentan”.

Contra el Alavés en Mendizorroza

Otro de los argumentos que les han expuesto desde el club es que algunos hinchas realistas también la han liado fuera y la parroquia local ha tenido que aguantarla y sufrirla: “Yo cuando he ido a ver fuera a la Real no me he portado así, no me pueden meter en el mismo saco. Y, de todas formas, tú tienes que controlar tu estadio y el resto tendrá que controlar el suyo. Yo he estado en varios estadios fuera de aquí y el marcaje de la policía que teníamos nosotros no es el de aquí. Eso me lo dijo la de las oficinas de la Real, que ella, que es trabajadora, estuvo contra el Alavés en Mendizorroza y que la policía no les dejaba ni moverse. ¿Aquí qué pasa? Es que si Sabico no está solucionando eso, tendrás que contratar a otra empresa de seguridad para que haga bien su trabajo”

Según ha podido saber este periódico, la Real no tiene intención, por el momento, de colocar un cristal más alto como demanda un amplio sector de la grada que se considera afectado por el incívico comportamiento de parte de la afición visitante. Sobre el tema de los ultras, el club realista siempre ha querido dejar claro que es responsabilidad del equipo foráneo, que incluso debe aportar un listado con los nombres de los que les han vendido entradas.

26/11/2022