Las vacaciones de Semana Santa tocan a su fin –este lunes es día laborable en 11 comunidades del Estado– y Pamplona las despide abarrotada de turistas. Hoteles que rozan el lleno, tours completos mañana y tarde y problemas entre los peregrinos para encontrar cama en los albergues de la ciudad. A la capital navarra le sobran encantos para enganchar al visitante, pero el recorrido del encierro sigue siendo el rey. Los casi 900 metros que separan los corrales de Santo Domingo de la Plaza de Toros se convierten en un reclamo ineludible para las fotos de recuerdo.
El sector hotelero ya pronosticó el pasado miércoles una muy buena Semana Santa. Su previsión apuntaba al 85% de ocupación, cifra que refleja “el interés de los turistas por descubrir los encantos de la ciudad de Pamplona y sus alrededores”.
Este domingo confirmaban los buenos augurios: “La Semana Santa ha ido muy bien. Incluso en algunos casos se han superado las expectativas, el viernes y sábado superando ese 85% de ocupación. El tiempo ha acompañado y eso ha animado las reservas de última hora”, ha explicado Sara Martínez, presidenta de la Asociación de Hoteles de Pamplona, entidad que aglutina a 26 alojamientos del centro y Comarca y suma 1.800 habitaciones con 3.000 plazas. En cuanto al perfil del visitante, “principalmente es turismo nacional”, ha destacado.
A falta de las cifras oficiales en la Oficina de Turismo de Pamplona apuntaban este domingo a un incremento de turistas respecto a 2022. “El año pasado todavía hubo alguna restricción con la pandemia. Este año la gente se ha animado más a salir y a moverse”, ha asegurado Álvaro Alonso, que también considera viernes y sábado como los días de mayor afluencia.
En la oficina han detectado que “el turismo proveniente de Bizkaia y Álava se ha incrementado notablemente. Tenemos los clásicos de Madrid y Barcelona. También ha venido mucha gente de Tarragona y Girona, y este año ha destacado mucho Valladolid. Dicen que están huyendo de la gente que se concentra en su ciudad con las procesiones. Y se interesan mucho por toda Navarra, de norte a sur”, considera Alonso.
Entre los visitantes internacionales, como siempre y por cercanía abundan los franceses, “están viniendo muchos más turistas alemanes y, en cuanto a los peregrinos internacionales hay un poco de todo; de EEUU, México, Reino Unido o Italia”.
¿Qué demanda el turista?
Más allá del recorrido del encierro, que “tienen muy interiorizado”, los visitantes piden información de “los monumentos, las murallas, un atractivo bastante importante, y lo gastronómico. Es algo que piden mucho, desde qué es lo típico aquí para ir al mercado o a alguna tienda especializada y comprarlo, hasta dónde me voy de pinchos y que no sea una trampa turística. Que eso de la trampa aquí en Pamplona no existe”, asegura.
Muchos visitantes “a Pamplona le dedican un día entero y el resto es para conocer Navarra”. Destacan “por supuesto el Valle de Baztan, la ribera con las Bardenas, especialmente para los franceses, y Olite. Por Olite pasa todo el mundo”. También “gusta mucho cuando se les informa de la zona de Estella, Viana y Puente la Reina, que lo hacen en un día. Y la zona de Sangüesa, Castillo de Javier y Foz de Lumbier. La Selva de Irati se mueve más en otoño, pero también ahora”, diceAlonso.
En Ultreia, el Centro de Interpretación del Camino de Santiago situado en la calle Mayor, los informadores Mikel Alcoz y Elena Sánchez también han notado “más peregrinos que el año pasado. Los alojamientos, sobre todo los albergues, nos han comentado que se han llenado estos días. Tanto en Pamplona como en los siguientes pueblos de Navarra. Los peregrinos han tenido problemas para encontrar alojamiento”.
Una masificación, opinan, que se produce “porque hay gente de aquí que tiene ahora vacaciones y aprovecha para hacer unas etapas camino, y coincide con que empieza ahora también comienza la temporada del camino en general, y viene mucha gente de fuera. Estadounidenses, coreanos, franceses, alemanes... Y nacionales, sobre todo gente de Madrid y catalanes. Muchos vienen a casas rurales de la zona y bajan un día a conocer Pamplona”.
Los turistas
Después de conocer el Valle de Ansó y alojarse en Jaca, un autobús con vecinos de Valladolid ha desembarcado este domingo en Pamplona para pasar el día antes de regresar a su ciudad. “Teníamos muchas ganas de conocer Pamplona”, ha destacado una nutrida cuadrilla compuesta por Belén y Carmen Esteban, Jesús Fraile, Francisco Camazón, María Martínez, Isabel Rodríguez y Miguel Ángel Marcos, todos de Cigales.
En su pueblo, de 5.400 habitantes, “se hacen encierros pequeños y lo máximo una novillada. No tenemos opción a estas cosas. Esto es la catedral”. “Que quede claro que queríamos conocer las calles del encierro, que las vemos por la tele”. También tenían interés en “saborear la gastronomía. Lo primero, comer y beber”.
En la misma excursión viajaron Emilio Toquero y Lorenza Alfonso, matrimonio que tenía “curiosidad, porque no hemos estado de jóvenes, siempre lo hemos visto por televisión, y es lo que nos guía a venir”, dijeron sobre el recorrido del encierro. De paso, querían “ver el ambiente, comer bien y disfrutar, porque además Pamplona es una de las mejores ciudades en cuanto a limpieza. A mí me gusta el orden, los edificios antiguos... esto atrae y me gusta”, ha comentado Emilio.
Por San Fermín, los madrileños Manuela Fernández y Raúl Gañán se levantan “todos los días para ver el encierro, y queríamos hacer el recorrido hasta la plaza. Y luego a recuperar líquidos, porque son 800 metros. Tendremos que repostar”. Ellos han estado alojados en Lesaka y venían a Pamplona “a ver el ambiente, pasar el día y probar los pinchos”.
De regreso a Bilbao de sus vacaciones en Jaca, a Gaizka y Lourdes les “tocaba parar aquí por curiosidad, desayunar, dar una vuelta, ver el recorrido de los toros y seguir”. Y los coruñeses Arancha Pena y Pablo Rodríguez comenzaron en Saint Jean Pied-de-Port su ruta en furgoneta e hicieron “parada exprés en Pamplona. Vine hace diez años haciendo el Camino y más adelante a fiestas. Quería enseñarle el recorrido del encierro”, ha dicho Pablo.
La madrileña Olga Hernández, acompañada por su marido Eduardo Sobreviela y sus hijos Sergio y Álvaro, tenía “muchas ganas de conocer la Selva de Irati. Les he traído un poco a regañadientes, porque no les gusta mucho andar. Le he matado a rutas”. Se han alojado en Isaba, han conocido Ochagavía, Belate... y han parado en la capital para ver el recorrido de los toros: “Somos muy aficionados al encierro”.
Desde Barcelona han llegado Isabel García y Lola Oliva. La primera trabajó en Pamplona ocho años y engañó a su amiga para visitar Navarra. “No le ha costado mucho engañarme”, ha asegurado Lola. Han pasado sus vacaciones de ruta por Baztan. A Lola le parece “una tierra fantástica; la naturaleza, la gente... todo”. En Pamplona Isabel quería que su amiga viera “un poco todo. El Caballo Blanco, la catedral, la taconera... lo que nos de tiempo”. “Esa es la idea. Aprovechar mucho el tiempo. Y tapas y vinitos, faltaría más”, dijo Lola, que promete repetir por San Fermín: “Esa fiesta hay que vivirla al menos una vez en la vida”.