Es otoño y el invierno no se encuentra muy lejos, el tiempo de momento aguanta. Son días con algo de fresco, con algo de lluvia pero con temperaturas todavía agradables. Los aficionados al senderismo, a la botánica, la naturaleza y a la gastronomía suelen tener en otoño su temporada alta poder recorrer montes y bosques para observar y recoger las setas de temporada que brotan entre la hierba y los árboles.
De hecho, el llamado turismo micológico se está convirtiendo en un nicho de atractivo para las zona rurales, que ven en la creación de parques micológicos una nueva oferta de turismo activo lleno de posibilidades.
También se pueden recorrer campos no acotados de libre acceso para buscar los preciados hongos que darán nuevos aromas a los guisos y platos. Pero aunque haya que pagar en los parques micológicos por poder recolectar una cantidad limitada de setas, es muy práctico porque también ofrecen salidas con guía para aprender a reconocer las diferentes especies, a distinguir cuáles son las tóxicas y cuáles no, organizan actividades relacionadas con este mundo, desde talleres de fotografía a culinarios.
Espacios seteros para visitar
Dado que el puente de Todos los Santos ya está cerca, estos son algunas de las zonas seteras que destacan por su riqueza, su variedad o por su servicios. Si se tiene intención de acudir a un parque de este tipo será conveniente informarse previamente de las condiciones, de obtener el permiso para acceder o para participar en las actividades previstas. En muchos de ellos se señalan rutas y recorridos que se pueden seguir.
En Aragón
Sin duda, una de las zonas más destacadas es alrededor del Moncayo donde se pueden encontrar más de 500 especies de hongos. El Centro Micológico San Martín de la Virgen del Moncayo prepara una intensas jornadas micologicas para el puente de Todos los Santos, entre el 29 de octubre hasta el 1 de noviembre. Atención al programa, ya que muchas actividades son gratuitas. En general se puede recoger libremente hongos y setas En cuanto a cantidades, en el Moncayo aragonés, en zonas que no sean de aprovechamiento micológico regulado (cotos) se permite recolectar un máximo de 3 kilos, o un volumen aparente de 10 litros, por persona y día. Atención a la zona soriana del Moncayo, ya que se encuentra acotada prácticamente en su totalidad y es obligatorio solicitar un permiso para la recolección de setas. Informarán en el ayuntamiento correspondiente.
En Cantabria
En esta pequeña provincia son los valles de Saja, como Valderredible y Campoo; los bosques como los de Monte Hijedo, los de Viaña y los del Monte Aá las zonas más destacadas para practicar turismo micológico. Así, en Selores se ofrece La experiencia micológica en el Valle del Saja todos los fines de semana del otoño.
En Euskadi
En esta zona se puede encontrar variedades como el Boletus Edulis, pinícola y hongo negro en los Parques Naturales de Gorbea (entre Álava-Bizkaia) y en el de Peñas de Aia (Gipuzkoa). El de Gorbea es un espacio protegido de más de 20.000 hectáreas y aunque dentro del parque hay varias zonas ricas en setas, es muy valorado el hayedo de Altube.
En Navarra
En la Comunidad Foral destaca el Parque Micológico de Ultzama, aunque no es el único, que trabaja para cuidar y regular la recogida. Son 5 euros el precio del permiso por persona y día que se debe solicitar en la Oficina de Recepción de Visitantes de Alkotz. Allí encontrarás variedades como las palometas, las gamuzas, las trompetas y las carboneras que se refugian entre hayas y robles. Son 6.000 hectáreas con un punto de información y servicios de guías. También se puede acudir al Parque micologio de Erro-Roncesvalles, cuyo centro de interpretación esta en Bizakarreta-Guerendiáin.
La Rioja
Dentro de esta pequeña región la mejor zona es la de Moncalvillo aunque tampoco se puede olvidar el Barranco Hayedo y San Antón, de Ventosa, y en Sotés El Horcajo. El de la Sierra de Cebollera, con más de 23.000 hectáreas y a 50 kilómetros de Logroño, está reconocido como parque natural. En el centro de interpretación del parque informan de las áreas reguladas, así como de los permisos necesarios y rutas para recoger setas. En el corazón mismo del parque natural se encuentra el municipio de Villoslada de Cameros, uno de los lugares de encuentro en La Rioja de los aficionados a esta actividad.
Cómo recolectar
Aunque entre cada parque y coto suele haber diferencias en la normativa, el objetivo es preservar el entorno y las propias setas para que todos puedan disfrutar de la zona, de las actividades micologicas y crear una actividad sostenible.
Por ello, la cantidad que pueden recolectar los aficionados por día y persona está limitado para evitar la sobreexplotación y que los propietarios de los setales, quienes los cuidan durante todo el año, y también pueden aprovecharlos como un recurso agrícola más.
La norma básica es no coger lo que no se conozca. Aunque en el parque haya un servicio de identificación, es más prudente dejarlas donde estén. Además, dejándolas se contribuye a que los hongos mantenga su función natural, se reproduzcan y el ecosistema no se dañe más de lo previsto.
Son mucho los lugares que recomiendan, incluso imponen que solo se cosechen los ejemplares plenamente desarrollados, da igual el tamaño, para que así sea más fácil su identificacion definitiva, ya que muchas variedades se parecen entre sí y algunas puede ser tóxica. También para que tengan la oportunidad de soltar sus esporas.
Este último aspecto, el de las esporas, afecta también al recipiente en el que se guarden el botín del día. Debe ser una cesta abierta y bien ventilada para que las esporas puedan esparcirse a lo largo del camino y tener la oportunidad de crecer, manteniendo así la riqueza micológica de la zona.
En cuanto a si usar navaja o arrancarla a mano, seguir las instrucciones que ofrezca la administrador del parque. Puede depender de la especie de seta, de su forma de crecimiento o de detalles necesarios para identificarla.