El pasado verano el Baskonia reformaba de forma drástica su juego interior. Un icono como Ilimane Diop ponía fin a su etapa como azulgrana y junto a él se producían otras dos salidas más, la de Youssoupha Fall , tras concluir sus tres temporadas de contrato, algo ya previsto, y la de Tonye Jekiri, esta fuera de todos los cálculos del club.
De este modo, el Baskonia se quedaba sin un cinco puro en su plantilla, una figura que siempre había contado en sus filas. Ahí están casos de jugadores históricos como Oberto o Splitter a principios de siglo y otros más recientes como el griego Ioannis Bourousis en la temporada 2015-16, el francés Vincente Poirier en los cursos 2017-18 y 2018-19, Michael Eric en la temporada 2019-20, que acabó con el Baskonia como campeón, o los casos ya citados de Jekiri y Fall en la campaña 2020-21.
El fiasco de Bargnani
Siempre había una referencia interior en la plantilla. Un faro que iluminara la zona. Y es que salvo el curso 2016-17, el de la fallida apuesta por Andrea Bargnani, el conjunto gasteiztarra siempre ha contado con un jugador referencia en la pintura. Ese curso, bajo la batuta de Sito Alonso, el Baskonia sobrevivió sin esa figura, ya que el italiano, número uno del draft en 2006, no pudo brillar en Vitoria, lastrado por las lesiones y acabó finalmente cortado, dejando de nuevo cojo la nómina de interiores del equipo.
De hecho, esa campaña, al igual que en esta, el conjunto azulgrana careció en su plantilla de un cinco puro y fuerte que impusiera su dominio en las cercanías del aro, ya que la batería de pívots estaba formada por jugadores con querencia a jugar abiertos y aprovechar su lanzamiento exterior como Voigtmann, Shengelia y Tillie.
Los únicos que se acercaban ligeramente a la zona caliente eran el ala-pívot georgiano, gracias a su espectacular juego de espaldas, y en menor medida el canterano Ilimane Diop, aún con una escasa presencia en esos momentois en la rotación del Baskonia.
Sufrimiento este curso en la zona
Pues bien, el Baskonia busca ahora tener en plantilla a ese cinco fuerte capaz de pelear de tú a tú con los poderosos y fornidos interiores de los transatlánticos de la Euroliga.
Esta pasada temporada, el conjunto gasteiztarra ha sufrido mucho para frenar a equipos con jugadores grandes en sus filas. La sangría en el rebote y los puntos recibidos de interiores grandes y fuertes ha sido la tónica general de un curso, en el que se ha echado de menos un jugador de peso, capaz de hacer frente a jugadors como Tavares y Poirier en el Real Madrid, Pleis en el Efes o Sanli en el Barça. Ha habido más. Muchos más.
Ahora, una vez reemplazado a Alec Peters por Daulton Hommes, el juego interior del Baskonia está a la espera de ese cinco fuerte para cerrar la nómina de pívots azulgranas. De momento, Joan Peñarroya cuenta en su plantel con cuatro interiores, pero ninguno de ellos reúne este perfil. Enoch, sí que es letal en ataque desde la cercanía del aro, pero le falta todavía fortaleza física para frenar las acometidas de pívots más grandes, mientras que Costello, aún habiendo jugado en ocasiones este curso de cinco, es más un cuatro, que hace daño gracias a su capacidad para jugar abierto y aprovechar su buena mano desde los 6,75 metros.
Completa la nómina de interiores el canterano Tadas Sedekerskis, un jugador potente, todoterreno y capaz de ayudar en el rebote, en defensa con jugadores grandes y anotando desde la media y larga distancia, pero que es también un cuatro. Además, con el lituano aún habrá que esperar que rol le asigna el nuevo inquilino del banquillo azulgrana.
La llegada del pretendido ogro para la pintura abriría el abanico de posibilidades del juego de ataque en el Baskonia. Y es que además de ganar fortaleza en el rebote y más defensa, su presencia intimidatoria en la zona rival ayudaría mucho a la hora de generar espacios para el resto de jugadores. Un cinco de calidad atraería la atención de la defensa rival, lo que puede ser aprovechado por jugadores como Fontecchio, Giedraitis o el recién fichado Hommes, todos ellos jugadores con buen bote y notable dribling para atacar el aro y anotar en defensas de uno contra uno. Eso sí, para que eso ocurra el Baskonia necesita recuperar la figura de un cinco poderoso.