“Impresionante”. “Una experiencia brutal”. “Apoteósico”. “Excelente”. Han sido algunas de las positivas expresiones que han empleado las personas que salían de la plaza de la Virgen Blanca, tras celebrar el retorno a las fiestas de mano del txupinazo y la Bajada de Celedón. Se han hecho esperar, tres años desde la última celebración en 2019, y los gasteiztarras han dejado bien claro, desde el primer momento, que no van a desperdiciar ni un minuto de las mismas.
Después de la explosión inicial, la alegría ha desbordado cual río las calles adyacentes a la céntrica plaza de la capital alavesa. Y lo ha hecho casi de forma literal porque los miles de jóvenes que han discurrido por la calle Diputación y Prado de vuelta al hogar lo han hecho sin prisa, disfrutando del instante, con sus ropas totalmente sucias y deseosos de seguir mojándose. Así, han reclamado a gritos, saltos y abrazos multitudinarios agua a las personas agolpadas en los balcones. Había ganas de eso. De abrazarse, de reencontrarse, de reír y de disfrutar por fin con los amigos, amigas y seres queridos.
“Muchas ganas”
Es una de las frases más repetidas por los ciudadanos. Una cuadrilla de neskas ha interrumpido su ducha “balconera” para atendernos. Se trata de un grupo de amigas gasteiztarras, ávidas de fiesta, que han ejercido de anfitrionas de dos compañeras de clase de la Universidad de Salamanca. “Esto es una puta locura. Teníamos muchas ganas de que llegara este día y vamos a celebrarlo a tope”, han manifestado entusiasmadas.
No en vano, según han anunciado, esta noche van a hacer “gaupasa hasta llegar a las vaquillas”. Leire y Sofía, de Palencia y Extremadura, calificaban como de “experiencia brutal” el inicio de las jaias. A modo de vestuario, aconsejaban ir “con ropa vieja para tirar” a la Bajada de Celedón. Lo han dicho sonrientes y caladas hasta los huesos. “Ahora para casa, a tirar la ropa, ducharnos y salir de gaupasa”, han gritado casi al unísono antes de proseguir con sus demandas de agua.
También empapados y uniformados de negro, una veintena de colombianos disfrutaba del “buen rollo” de las fiestas y gente de Gasteiz. Ha supuesto su estreno en jaias y tenían “mucha expectación” por ver cómo “un muñeco se convertía en hombre”. Así lo ha explicado, Jorge Sánchez, quien comparó el ambiente vivido ayer en Vitoria con “la feria de Cali” por “la felicidad que hay en la ciudad”.
Iniciar a los txikis
Aunque la mayoría de los asistentes a La Bajada son jóvenes, también hay espacio para muchas familias que quieren “iniciar” a sus hijos en el jolgorio vitoriano. Es el caso de Javier y Ana, quienes acompañados por sus menores Iker y Adrián, han gozado del “momento más grande de todas las fiestas”. Era “la primera vez” que acudían todos juntos al txupinazo y lo han observado “un poco a resguardo, fuera del follón”, agolpados en la esquina de Virgen Blanca con Diputación.
“Un momento muy especial” que tampoco se quisieron perder Ainara, Sergio y su txiki de dos años, quienes disfrutarán de la fiesta “de día” en los espacios infantiles. “Este año nos toca ir a Arriaga y a las barracas”, relató conforme Ainara.
Todos los planes tienen cabida durante los próximos seis días en Gasteiz. Por lo visto y escuchado, deseos no faltan por hacerlo.