La tradicional feria de San Blas ha vuelto este jueves al municipio de Abadiño a lo grande. Tras el parón del pasado año por la pandemia, desde primera hora, han sido muchos los visitantes que han llegado a la localidad con la intención de dar una vuelta por la feria agrícola y ganadera.
La jornada ha comenzado con nubes y cuatro grados de temperatura. A medida que avanzaba la mañana el sol ha hecho acto de presencia dando paso a unas condiciones meteorológicas muy propicias para disfrutar de la feria. Con un circuito delimitado y marcando los sentidos para evitar las aglomeraciones, una vez más, ha quedado claro que para los productores la de San Blas es la feria por excelencia.
Entre las veteranas, no ha faltado a su cita anual Ana Añibarro que ha llegado desde Orozko con el propósito de endulzar los paladares de los más golosos con su repostería. "Llevo cerca de treinta años viniendo y Abadiño es una plaza muy buena. Después de dos años muy complicados por la pandemia estamos deseando recuperar las ferias y la gente se nota que estaba deseando venir", valora satisfecha desde su puesto.
En la misma línea, se ha mostrado Gaizka Olabarrieta que se ha acercado con sus verduras cultivadas en Bergara. "Hace diez años compré un caserío y empecé a trabajar la tierra y a dedicarme a ello. Teníamos ganas de poder exponer y vender nuestros productos en las ferias ", explica el productor satisfecho con su regreso.
Ha reaparecido también en Abadiño Gorka Flores con sus quesos traídos de Arbizu. "El bisabuelo ya hacia en casa y hemos ido cogiendo el testigo la familia. Llevamos cuatro años viniendo y la gente siempre responde; tenemos muchas ganas de volver a las ferias y poco a poco ir recuperándonos", se ha mostrado optimista.
Feliz con el regreso
Otro de los productores que no ha faltado a la cita abadiñarra es Joseba Villacorta. Vecino de Elvillar, lleva una década tomando parte en San Blas con su rica miel. "Son ya más de veinte años trabajando con colmenas y tenemos una producción ecológica. Mi familia hacía una apicultura más rústica y yo di el paso a unos parámetros más técnicos Me dedico a estar en el campo, pero las ferias son importantes porque nos permiten mantener una relación mucho mas directa con el consumidor", valora feliz con el regreso.
Uno de los grandes atractivos de la popular feria abadiñarra es por su muestra ganadera, que ha reunido a en torno a 150 cabezas de ganado. Este año no se ha habilitado el recinto de venta y todos los asistentes aprovecharon la jornada para exhibir sus animales. No han faltado los bueyes de Karlos Ibarrondo y las vacas de Asier Bilbao, entre otros ejemplares.
Uno de los benjamines participantes en la feria ganadera ha sido Jon San Vicente. A sus 25 años, ha acudido desde Otxandio con un lote de media docena de cabras azpigorris. "En el caserío siempre hemos tenido animales y con dieciocho años me animé con este proyecto. Abadiño se convierte en un escaparate y si alguno quiere comprar puede venir a casa; se hacen buenos contactos", asegura satisfecho el joven.
Un año más, y ya van cinco, junto a la muestra de ganado se ha instalado el stand de Euskal Artzain Txakurraren Adizkideak. Se trata de una entidad que trabaja para evitar la desaparición de esta raza. En esta jornada varias de sus integrantes han acudido a San Blas con varios ejemplares para dar a conocer el laborioso proyecto que vienen realizando desde hace tiempo.
En lo que a tradición se refiere, no han faltado los puestos de rosquillas y cordones. Y es que han sido muchos los que no han querido marcharse sin comprar algunos cordones de San Blas, protectores para el catarro. "Mi tía lleva más de treinta año viniendo y yo vengo a ayudarle. La de Abadiño es una de las ferias más importantes del calendario; es muy importante recuperarla", asegura el bilbaino Eduardo Ballesteros.