5 de noviembre de 1989
hay dos situaciones curiosas relacionadas con el Deportivo Alavés. Vamos primero con la última. El club en el año 1996, cumpliendo con la Ley del Deporte 10/1990, tuvo que convertirse en SAD. Los siete mil socios aproximadamente que tenía la entidad por entonces –abril de 1996–, tuvimos la oportunidad de comprar dos acciones por cabeza. Esa premisa no se cumplió y el Deportivo Alavés dejó de pertenecer a su masa social.
Por aquellas fechas y posteriores –ya han pasado más de veinticinco años–, cualquier albiazul y alavesista que se preciase, de manera socorrida manifestaba: "Soy socio y accionista del Deportivo Alavés". De haberse correspondido el número de personas que exteriorizaban tal cantinela con la realidad, la historia del Glorioso –en las últimas dos décadas y media–, quizás se hubiese escrito de otra manera. ¿Mejor o peor? ¡Diferente!
El desarrollo de la primera situación curiosa tiene lugar el domingo 5 de noviembre de 1989. El Deportivo Alavés disputa un partido oficial, en el vitoriano barrio de Abetxuko. El modesto conjunto local recibe, en su humilde terreno de juego de Ametxa, al 'Glorioso'. Siguiendo al equipo albiazul se desplaza un buen número de seguidores, registrando el campo de la barriada gasteiztarra una –acaso la mayor– de las mejores entradas de su historia.
Días, meses y años después –hoy exactamente se cumplen treinta y dos años de aquel encuentro– en cualquier reunión entre albiazules, el que quiere demostrar un currículo nítido de alavesismo indica: "Yo estuve en Abetxuko". De ser cierta esa aseveración, por parte de tanto seguidor del Deportivo Alavés, nos encontraríamos que Ametxa tenía un aforo que haría palidecer al de Estadios míticos como Maracaná, Wembley o San Siro.
Pero este partido tiene otras lecturas, para el entorno alavesista. Con todo el respeto del mundo para la ADC Abetxuko, entonces presidida por José Alcalde, este encuentro significa para el Deportivo Alavés, para sus socios, directivos, seguidores y aficionados un punto de inflexión en su historia y una lección que nunca se deberá olvidar.