Hace no mucho dibujó un puente artístico entre México y Vitoria impulsando un viaje de ida y vuelta gracias a la participación de ilustradores de ambos lados del Atlántico. Pero ahora, Xerenthiu Llamas Mangin propone una exposición individual, una producción propia que ha bautizado Calaveras & Monstruitos. Desde ayer por la noche hasta el próximo 11 de noviembre, sus creaciones se adueñan de Abetxuko a través de las paredes de La Taska de las Abuelas.
La artista mexicana, que crea ilustraciones bajo el nombre de Tinta Embrujada, propone en esta ocasión una producción que “hace guiño a una canción bastante retro de los Fabulosos Cadillacs”, un tema que no tiene nada especial más allá de que “suena bien” y que ha estado acompañando a la autora durante el proceso creativo de esta muestra, como ella misma explica.
“Ahora el concepto de la muerte y las calaveras son un elemento muy recurrente de la cosmogonía mexicana, pues la muerte que viven los mexicanos es una muerte que festeja la vida. Siempre se le ve con cariño a ese proceso y al pasar por el duelo de una pérdida, la forma de enfrentar ese dolor es celebrar el paso de esos seres queridos y celebrar que seguimos existiendo”. En ese contexto, se toma como referencia, por un lado, la calavera, un concepto que “viene asociado a una figura literaria de origen popular mexicano que se redacta en prosa libre y tiene un tono satírico”. Por otro, aparece el concepto de los monstruos como “aquello que no es políticamente correcto”.
Siguiendo esas dos variables, la artista crea personajes con características peculiares, mezclando lo humano con insectos, uniendo la naturaleza a la anatomía de la persona, sirviéndose de lo colorido junto a lo siniestro, “encontrando ese aspecto de belleza dentro de la otredad o lo grotesco, lo cósmico con lo terrenal, el inconsciente, lo mágico y lo visceral que puede ser la esencia de la naturaleza y la vida misma. Quizá este sea solo un reflejo del crecer en un contexto en el que la vida puede ser efímera o rodeada de la violencia que es consecuencia de un estado fallido e incompetente que no protege a sus ciudadanos”. Ahora, eso sí, es el momento de la mirada, y de las reflexiones, de los espectadores.