El letrado se muestra esperanzado de que el Tribunal admita repetir el juicio y le declare no culpable tras las múltiples irregularidades del caso
¿Cuál es la situación actual tras la presentación del recurso de apelación?
—Nuestro principal argumento es que el juez fue parcial. Presentamos cuestiones relativas a las pruebas presentadas entorno al testimonio del único testigo presencial que dice que vio a Pablo (Ibar) en el coche de la víctima. Su declaración fue que había visto a un hombre con pelo corto y sin afeitar. 20 días después, la Policía había detenido a Pablo y quería que fuera su sospechoso principal. Así que fueron a casa del testigo y le trajeron fotos de seis hombres distintos, y solo dos de ellos estaban sin afeitar y eligió a ambos; uno de ellos Pablo.
El testigo admitió que las escogió porque eran las únicas que se ajustaban a la descripción que había hecho. Deberían haber puesto fotos de seis personas sin afeitar, y su elección no debería haber valido porque no pudo identificar a un solo sospechoso. Además, posteriormente se hizo una rueda de reconocimiento en la cárcel, y era el único que salía en las fotos que le habían mostrado al testigo anteriormente. De hecho, admitió que le eligió porque le había reconocido a partir de las fotos de la Policía. Y hay más irregularidades.
¿De qué irregularidades habla?
—En 22 años desde su detención se han hecho dos análisis de la camiseta del autor del crimen, y en ambos se excluía por completo a Ibar. Además, demostramos que el laboratorio que custodiaba las pruebas también custodiaba otras que Ibar había proporcionado voluntariamente. El paquete de la camiseta no estaba sellado, y los policías no custodiaron bien ni las manejaron bien para impedir contaminaciones. El juez no permitió que presentáramos esas pruebas frente al jurado, por lo que no eran conscientes de la contaminación de las mismas. Y la tercera cuestión tiene que ver con el jurado.
Explíquese.
— El juez permitió un mayor control del Estado en la selección del jurado que a la defensa. Además, tenía relación con varios fiscales que habían intervenido en el caso, una era su exmujer, y otro, su antiguo jefe. Después de que el jurado deliberara durante tres días, el jurado pidió que se le entregaran de nuevo grabaciones de testimonios de expertos relativos al ADN, y el juez solo facilitó los testimonios de los expertos del Estado. Por otro lado, un miembro del jurado pidió revocar su decisión porque le habían presionado, pero no nos dejaron interrogarlo. Más tarde hemos sabido que cuatro miembros iban a votar no culpable pero fueron presionados para cambiar su voto.
¿Es esta la última oportunidad para tener un nuevo juicio?
—Si no tuviéramos éxito ante este tribunal, iríamos al Supremo de Florida. Y si no, iríamos a los tribunales federales. Pero cada paso que damos más arriba, implica menos posibilidades de éxito. Además incrementa el tiempo que pasa Ibar injustamente en la cárcel.
¿Cree que esta vez bastará para repetir el juicio?
—Tengo que ser optimista porque tengo la esperanza de que nuestro sistema no permita que estas injusticias continúen. Resulta desalentador que se hayan destruido y manipulado pruebas en el curso de este caso. Solo espero que se corrija esto y den un juicio justo a Pablo.
En el caso de que el juicio se repitiera, ¿cuál sería el mejor escenario?
—El mejor caso es que se repita el juicio, sea declarado no culpable y viva con su familia. Debemos recordar que el otro coacusado está libre desde 2012 porque un jurado admitió que había muchas irregularidades. Mi temor está en que después de haber perdido estrepitosamente en ese caso, el Estado hará todo lo que pueda para que Pablo no salga en libertad.
Ya se consiguió revocar la pena de muerte, y ahora quieren acabar con la cadena perpetua.
—Sí, ya no puede ser condenado a muerte, un jurado ya decidió que fuera condenado a cadena perpetua. En el peor de los casos podría caer otra cadena perpetua, pero nunca condena a muerte.
¿Esta apelación es un rayo de esperanza?
—Es la única que tiene.