El abono gratuito para los trenes de Renfe se ha puesto hoy en marcha en todo el Estado y Gipuzkoa no ha sido una excepción. La jornada ha transcurrido con relativa tranquilidad en las estaciones del territorio, donde estos nuevos documentos gratuitos se han entremezclado con las tarjetas Mugi de quienes no cumplen las condiciones para adquirir estas otras.
Un contexto económico de inflación e incremento en los precios de bienes de primera necesidad, así como en carburantes, hacía prever una acogida positiva de la medida y un aumento en el uso del transporte público por parte de la ciudadanía, aunque la mañana de este jueves parecía contar con un volumen parecido de viajeros.
Y es que era difícil saber si el movimiento de pasajeros que sobre las 10.00 horas había en estaciones como las de Ordizia se debía al abono gratuito o a aprovechar una de las últimas jornadas soleadas en la playa antes del comienzo de curso o la vuelta al trabajo. Un goteo incesante de personas se han ido subiendo a los vagones a lo largo de todo el recorrido de cercanías, para terminar bajando, en su mayoría, en Donostia, un movimiento especialmente habitual en época estival.
Una de estas personas camino a disfrutar de la playa era Olaya Salguero que, sin embargo, es una de las personas que no se ha sacado el abono gratuito “porque hay que tener un requisito de 16 viajes y yo no sé si lo voy a cumplir”, ya que hace un uso “más puntual” de este transporte público. Eso sí, ha defendido la implementación de la iniciativa, siempre y cuando no afecte a la frecuencia de los convoyes y la calidad del servicio.
Uno de los objetivos de esta medida de ahorro es el de atraer a personas usuarias de coches particulares hacia el transporte público, que las instituciones gubernamentales argumentan que se trata de un modo más sostenible de moverse. Y, a juzgar por los testimonios recogidos por este periódico, puede que suceda.
Es el caso de Jaione, esta mañana acompañada por su madre y su padre, de avanzada edad; las tres se han sacado el abono en la estación de Donostia, con la asistencia de una trabajadora de la compañía ferroviaria. “No he sido una habitual hasta ahora”, comentaba; “vengo muchas veces en coche a trabajar, porque no tengo un horario muy conveniente. Pero es posible que lo pruebe más a menudo”, comenta Jaione respecto al servicio de cercanías. Ella también ha considerado esta como una medida necesaria para ayudar a la ciudadanía, pero se plantea “si es para eso o para intentar tapar algo”.
Otro viajero esperando al tren en la estación de Donostia era Javier Estévez, que ya es usuario del transporte público, pero pasará de utilizar el Topo a coger trenes de Renfe. Aunque actualmente se encuentra de baja laboral y se traslada a la capital guipuzcoana para ir “a la mutua a hacer la rehabilitación”, ha admitido que cuando se incorpore a su puesto de trabajo “voy a intentar venir en tren, aprovechando la oferta”. Además, ha calificado como “muy buena” tanto la iniciativa de los tickets gratuitos en Renfe, como la rebaja del 50% en los viajes con Mugi en Euskotren y autobuses en línea. “Son cosas que motivan a usar el transporte público”, ha afirmado.
A pesar de lo beneficioso de la medida, el modo de comunicarla ha tenido algunas carencias, según las personas consultadas. Si bien Jaione ha apuntado a que las cosas estaban “muy bien” explicadas, Olaya ha insistido en que hay “dudas por todos lados”; “la gente de mi edad, que somos jóvenes, no saben muy bien qué tienen que hacer, cómo pedirlo y demás”, ha añadido. La confusión llega al punto de que, cuando fue a sacarse la tarjeta Mugi a un estanco el día previo, había personas que creían que la gratuidad en los viajes se extendía a todos los transportes públicos, no solo a Renfe.
Tampoco queda claro si todas las personas usuarias han llegado a descubrir que el abono gratuito no tiene exactamente los mismos privilegios que la Mugi. Así como con esta última se puede coger cualquiera de los convoyes de cercanías o media distancia de manera indistinta, los nuevos tickets valen únicamente para uno de los servicios (los de una fianza de 10 euros son para los de corta distancia y los de 20 euros para los de media), y están sujetos a una línea concreta.
No obstante, cuando este periódico se encontraba en la estación de Ordizia a media mañana, la mayoría de las personas se montaron en el tren de media distancia de las 10.08 horas en vez de esperar al cercanías que llegaba diez minutos más tarde. Queda la duda de si todas las viajeras seguían usando la Mugi o no.
Tras las primeras impresiones de este jueves, queda esperar al transcurso de las próximas semanas para comprobar si el beneficio para el bolsillo será suficiente para que la ciudadanía guipuzcoana haga un mayor uso del transporte público y si este responderá en términos cualitativos en el servicio en caso de un aumento en la demanda.