La Dirección General de la Policía Nacional ha abierto un expediente disciplinario al agente detenido por la muerte violenta del médico Rafael Piorno Fermoselle, de 76 años y candidato del PP en varias elecciones municipales al Ayuntamiento de Roquetas de Mar (Almería).
Así lo ha confirmado en declaraciones a los medios el delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, quien ha señalado que dicho expediente -que puede conllevar la expulsión del investigado del cuerpo policial- será definitivo cuando haya una sentencia inculpatoria.
En este sentido, ha explicado que en la policía hay "un sistema regulado perfectamente donde se habla de faltas leves, muy graves, y con unas sanciones que pueden llegar hasta la separación del servicio de forma inmediata desde que se produzca ese expediente".
Fuentes judiciales han señalado a EFE que de la investigación se desprende que el policía y otro investigado habrían viajado a Almería desde León con un plan preconcebido que habría ideado el agente.
Además, según otras fuentes, utilizaron como coartada la venta de la vivienda del facultativo, que aunque estaba jubilado seguía pasando consulta en ella.
Así cerraron una cita y se presentaron en el inmueble sobre las 15:45 horas del pasado 23 de agosto, dos días antes de que se descubriese el cadáver del médico. Llegaron en una furgoneta, propiedad de la pareja del policía; una mujer también detenida en esta causa pero que, por ahora, se encuentra en libertad provisional.
Agredió al médico en un primer lugar con una táser
Al parecer, el investigado fue el primero en acceder al domicilio simulando querer visitar la misma como falso comprador. Habría usado un arma eléctrica táser para agredirlo sin pensar que el médico se defendería con un cuchillo.
Se inició entonces un forcejeo entre ambos en el que, presuntamente, el investigado habría asestado tres puñaladas en el cuello y a la altura de los hombros a la víctima.
Posteriormente entró al domicilio el policía nacional, ataviado con un atuendo que impedía reconocerlo, dado que era paciente de la víctima y temía ser identificado.
Los investigadores creen que entre ambos maniataron con unas bridas al médico para evitar que pudiese pedir auxilio, por lo que murió sin recibir atención.
Asimismo, consideran que intentaron limpiar los restos de sangre en la vivienda, además de hacer desaparecer cualquier vestigio o indicio que los relacionase con el delito.
También habrían sustraído diversas prendas de ropa del fallecido, algunas de las cuales usó el investigado para salir de la vivienda.
Al día siguiente, ambos regresaron a León.
Según las fuentes consultadas, este relato confeccionado a partir de la investigación habría sido reconocido durante su declaración judicial de este jueves por el investigado leonés, aunque con "determinadas matizaciones".