Cada uno desde su mesa, pero con la puerta siempre abierta para poder recibir huéspedes de interés para Bilbao y para Bizkaia. Porque las dos ganan cuando el Tour confirma que hará escala en varios puntos del Territorio; ganan cuando el botxo es elegido como destino turístico preferente en viajes que luego se extienden a otros lugares; ganan cuando Fito elige San Mamés para un conciertazo que moverá a miles de personas,€
Muchas de estas cosas y otras más se han gestado durante la pandemia. La actividad política se ha mantenido, pero fuera de los focos y en un tono menos ofensivo; centrado más en construir y en reconstruir las heridas de la pandemia. Ahí están los ejemplos de Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, y de Unai Rementeria, diputado general de Bizkaia, que han tenido un arranque de año prometedor. El primero confirmó que la alta velocidad ferroviaria entrará soterrada a Abando y el segundo anunciaba este mismo lunes que pondrá 180 millones para la llegada de la línea 5 de metro a Galdakao y al hospital de referencia en la comarca.
Lo resumía el alcalde en una frase que encierra una aspiración compartida. Decía este martes Aburto que "tenemos proyectos, tenemos ilusión y tenemos muchas ganas de hacer cosas". Este curso es el de mayor presupuesto municipal. Y hace unos pocos días, el fondo foral Udalkutxa sorprendía con una lluvia de dinero que será distribuido entre las administraciones locales de Bizkaia. Y las expectativas de recaudación para este 2022 también apuntan en la buena dirección, a tenor de las palabras del diputado general. "A mí me apetecen todos estos proyectos que estamos haciendo. Veo ilusión, actividad, empleo,...", expresaba.
Estudio informativo de línea 4
En la agenda de los dos mandatarios, muchos proyectos que irán viendo la luz -Artxanda, Zorrotzaurre, el Bellas Artes, La Avanzada y la segunda fase de la Supersur,...- y alguno que todavía está pendiente. Por ejemplo, llevar el metro hasta Rekalde. Un proyecto financiado por ambas instituciones que sigue su desarrollo, dijo Rementeria.
Tanto es así, que está a punto de finalizarse el estudio informativo tras el proceso de participación ciudadana. Luego, cuando esté definido el trazado definitivo, se procederá este mismo año a la exposición pública y a la licitación de la redacción del proyecto constructivo. Esa es al menos la previsión con que trabajan las instituciones vascas para este proyecto.
Dinero y plazos, lastres que hipotecan la acción política. Con el Guggenheim Urdaibai, por ejemplo, el diputado general es partidario de que "si tenemos dinero público las instituciones vascas habrá que hacerlo y, si no, habrá que esperar a que nos ayuden". "Una idea no es realidad hasta que tenga los proyectos constructivos bien desarrollados con todos los límites y dinero público para hacerlo y se fijen plazos", apostillaba. Por eso insiste en que hay tiempo para saber si la Diputación compartirá gastos con el Ayuntamiento para financiar la llegada del TAV. Cuando se tengan "se buscará el dinero público", zanja sin cerrar ninguna puerta.