Aroma a sangre. Ojos de tiburón. Agallas. Sabor metálico en la boca. El cuello, como maromas tensas. Miles de sinapsis excitadas. Piel de gallina. Hormigas masticando el pellejo. Olor a sangre. Peio Etxeberria y Jon Mariezkurrena encuentran la vía de agua, el camino, la solución al rompecabezas de Bera: asedio a Martxel Iztueta. Acoso y derribo. La única escapada posible. Jokin Altuna: espectador desde los cuadros alegres, epílogo de tortícolis. ¡Eureka! Más todavía con el 21-16 en el marcador y las malas sensaciones del zaguero de Berriozar, que terminó este domingo el partido con diez pelotas perdidas y muchas dudas al entrar en posiciones retrasadas; no así cerca del frontis, donde pudo gozar con la derecha para enseñar la mili a su joven rival. En cualquier caso, los problemas en la diestra engordaron una colección de escapadas fuera de guion y dieron vida a Altuna e Iztueta en un partido con bastante más emoción que brillo. Una pena, teniendo en cuenta a los cuatro gladiadores sobre un Eztegara hambriento de emoción.
A contrapelo. Con el viento de cara azotando el rostro afilado de Peio Etxeberria y Mariezkurrena II, mandíbula desencajada por las circunstancias personales, se pusieron manos a la obra. El 21-17 fue un tanto muy trabajado en el que el delantero de Zenotz terminó con una dejada al txoko tras un gancho, mas lo importante estuvo en el camino, no en la línea de meta. Iztueta pagó los platos rotos del traqueteo. Rostro lívido. Mirada desenfocada. El tercer punto del Masters CaixaBank: tan cerca y tan lejos. Pidieron descanso los colorados como bombona de oxígeno para el joven tolosarra, debutante en un campeonato de tamaña magnitud.
El dolor de la mano de Mariezkurrena II se mitigó con la sensación de que existía luz al final del túnel. Colmillos afilados. Vello erizado en la nuca. Palabras de aliento. La diestra mermada de Jon volvió a tomar perfil de martillo pilón. Yendo de cara a por la pelota, más cómodo, el navarro sacó a relucir su verdadero yo: pegador, versión hipertrofiada. Mordisco a la yugular. Ceño fruncido.
Muchos errores
Iztueta, incómodo todo el partido con errores de zurda, se derrumbó en el tramo final. La derrota, aunque dura, amarga y terrible, más todavía con el 21-16 favorable, forma parte del aprendizaje. Por algo Baiko optó por rodarle en verano durante el Masters junto a Altuna, componente de la otra empresa y el mejor del cuadro. Solo cabe levantarse, olvidar rápido y centrarse en la siguiente cita. No hay más.
Mariezkurrena percutió atrás y Peio Etxeberria esbozó un millón de razones en una gran defensa. El 21-19 fue un saque de llevar. El 21-20 supuso el quinto tanto en juego del zaguero de Berriozar, un gran zarpazo con la diestra. El 21 iguales fue el segundo saque del zenoztarra.