Por muchas campañas que lance la DGT, por muchos puntos del carné que se puedan perder, por más radares móviles, controles sorpresa e incluso drones grabando que se pongan, hay gente que considera que las carreteras son circuitos de velocidad en los que las señales horizontales y verticales están puestas de adorno. Y luego pasa lo que pasa.
Se ha podido comprobar en Mallorca, en una carretera comarcal de montaña de doble sentido llena de curvas y sin arcén en plena Sierra de Tramontana. Un conductor hace caso omiso de la línea continua que hay en la carretera y quiere disfrutar de la aceleración de su coche deportivo adelantando a otro vehículo de forma temeraria, porque además lo hace llegando a una curva, con lo que la visibilidad era muy limitada y ponía en peligro su vida y la de otros conductores.
Un coche que viajaba por detrás grabó todo con la cámara, y al dar la curva pudo ver cómo el deportivo se había empotrado contra una pared natural destrozando el guardarraíl de madera y el coche que iba inmediatamente detrás se paraba a socorrerlo. Se ve que no pudo frenar a tiempo, aunque por suerte no involucró a más vehículos. La imagen final del vídeo demuestra que el conductor salió ileso, pero el coche desde luego que no.
El vídeo ha sido compartido por la cuenta de Twitter SocialDrive, especialista en mostrar imprudencias e imágenes insólitas al volante, y en apenas tres horas ha alcanzado 250.000 visualizaciones, con muchos tuiteros celebrando aquello de “las imprudencias se pagan”.