El sofá es uno de los muebles más importantes de cualquier hogar, siendo el lugar perfecto para relajarse, ver películas, leer un libro o incluso disfrutar de una siesta. Sin embargo, su uso constante lo convierte en un imán para el polvo, las manchas y los ácaros, lo que hace que mantenerlo limpio y en buen estado sea todo un reto.
A menudo, la limpieza del sofá se deja fuera de la rutina regular del hogar, ya que muchos creen que es una tarea complicada. Sin embargo, con los trucos adecuados, es posible dejar el sofá como nuevo sin necesidad de recurrir a costosos servicios profesionales.
El truco definitivo para limpiar la tapicería del sofá
Uno de los métodos más efectivos para limpiar un sofá, especialmente si no es desenfundable, es utilizando una solución de amoniaco diluido en agua templada. Este truco es sencillo y muy eficaz para eliminar el polvo acumulado y las manchas superficiales.
Para comenzar, es fundamental retirar todo el polvo y los ácaros que se acumulan en la superficie del sofá. Esto se puede hacer utilizando una aspiradora con un accesorio para tapicería, que permitirá llegar a todos los rincones del mueble. Si el sofá es grande y no puedes acceder a ciertos rincones con la aspiradora, un cepillo de cerdas suaves también puede ser útil para levantar y eliminar el polvo de las zonas más difíciles.
Una vez que la superficie esté libre de polvo, es el momento de aplicar la solución de amoniaco. Para prepararla, mezcla una pequeña cantidad de amoniaco en agua templada. Humedece un paño limpio en esta mezcla y frótalo suavemente sobre la tapicería, asegurándote de cubrir todas las áreas de arriba hacia abajo. Este proceso ayudará a eliminar la suciedad que se ha incrustado en las fibras del tejido, sin dañar el material. Es importante no mojar demasiado el paño, ya que el exceso de agua podría dañar el relleno del sofá o dejar marcas de humedad.
Después de limpiar todo el sofá, déjalo secar completamente antes de usarlo nuevamente. Una vez seco, revisa si quedan manchas persistentes. Si es así, puedes optar por un limpiador de tapicerías convencional o recurrir a una solución casera, como veremos a continuación.
Limpiar el sofá
Otros trucos efectivos para limpiar la tapicería
Además del amoniaco, existen otros trucos caseros que pueden ser muy útiles para mantener el sofá en perfectas condiciones, dependiendo del tipo de manchas que tengas que tratar.
1. Percarbonato de sodio para manchas difíciles: El percarbonato de sodio es un quitamanchas natural muy eficaz para eliminar manchas rebeldes en tapicerías, ya sea en sofás, sillas o incluso en el interior del coche. Para usarlo, disuelve 2 o 3 cucharadas de percarbonato en un litro de agua caliente. Aplica la solución directamente sobre las manchas y déjala actuar durante unos 5 a 10 minutos. Luego, frota suavemente con un cepillo de cerdas suaves, aclara con abundante agua y deja secar. Antes de utilizar este método, es recomendable probar en una zona poco visible del sofá para asegurarte de que no dañará el tejido.
En este vídeo, María Fernández, creadora de contenido en TikTok, que comparte vídeos prácticos sobre el mantenimiento del hogar y la limpieza, explica cómo dejar el sofá como nuevo. Realiza una mezcla de agua, detergente, vinagre de limpieza, suavizante y bicarbonato y, con ayuda de una bayeta atada a la tapadera de una olla, frota todos los rincones del sofá para eliminar las manchas y los malos olores.
2. Sal y limón para manchas de grasa: La combinación de sal y limón es un truco clásico para eliminar manchas de grasa sin alterar la composición del tejido. Mezcla una pequeña cantidad de sal con jugo de limón y aplícala sobre la mancha. Frota suavemente hasta que la mancha desaparezca y luego limpia con un paño húmedo. Este método es especialmente útil para manchas recientes, ya que la sal actúa como un abrasivo suave y el limón ayuda a descomponer la grasa.
3. Agua oxigenada para manchas de sudor y/o sangre: El agua oxigenada, o peróxido de hidrógeno, es otro aliado en la limpieza de tapicerías, especialmente para manchas orgánicas como el sudor o la sangre. Para evitar dañar los tejidos, es importante diluir el agua oxigenada en agua antes de aplicarla. Una vez diluida, aplica la solución sobre la mancha, déjala actuar durante unos minutos y luego aclara con agua. Al igual que con el percarbonato de sodio, es aconsejable probar este truco en una parte discreta del sofá antes de aplicarlo en áreas visibles.