Actualizado hace 5 horas
El uso del manos libres mientras se conduce ha sido, durante años, una alternativa legal y considerada más segura frente a la manipulación directa del móvil al volante. Sin embargo, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha advertido que esta tecnología no es tan inocua como parece.
Según la institución, el hecho de mantener una conversación mientras se conduce, incluso con las manos libres, puede afectar significativamente la atención y aumentar el riesgo de accidentes. Ante esta realidad, surgen preguntas clave: ¿podría prohibirse en el futuro? ¿Qué alternativas existen para garantizar una conducción segura?
Los riesgos ocultos del manos libres
La DGT ha puesto en el punto de mira los efectos adversos del uso del manos libres, basándose en estudios que demuestran cómo las distracciones tecnológicas, incluidas las conversaciones telefónicas, pueden ser peligrosas al volante. Aunque las manos permanecen libres para conducir el vehículo, la mente no está exenta de distracciones.
Hablar por manos libres durante más de tres minutos puede disminuir la capacidad de reacción del conductor, reducir la velocidad media hasta un 12% y limitar la percepción de señales de tráfico en un 40%. Estos datos subrayan que, aunque el dispositivo sea legal, no elimina el peligro de dividir la atención entre la carretera y la conversación.
¿Por qué la multitarea al volante es peligrosa?
El problema radica en cómo funciona el cerebro humano. Aunque muchos conductores creen ser capaces de realizar varias tareas a la vez, como conducir y hablar, la realidad es que la atención se divide. Esto provoca una falsa sensación de control que puede resultar mortal en situaciones inesperadas.
Diversos estudios respaldados por la DGT muestran que hablar, incluso mediante dispositivos de manos libres, activa áreas del cerebro que interfieren con las funciones relacionadas con la conducción. Este fenómeno puede retrasar las respuestas ante estímulos imprevistos, lo que aumenta el riesgo de accidentes graves.
Dependencia tecnológica: un reto para la seguridad vial
La proliferación de dispositivos tecnológicos en los vehículos, como sistemas de navegación y entretenimiento, ha incrementado las distracciones. Según datos de la DGT, en 2022 se registraron más de 88.000 sanciones relacionadas con el uso del móvil al volante. Aunque muchas de estas multas corresponden al uso directo del dispositivo, las distracciones derivadas de manos libres también son motivo de preocupación.
El mensaje de la DGT es claro: la atención plena al volante es irremplazable, y ninguna tecnología puede garantizar la seguridad si el conductor no está completamente enfocado en la carretera.
¿Será el fin del manos libres?
A pesar de que el uso del manos libres sigue siendo legal, la DGT ha reiterado en múltiples ocasiones que la mejor opción es evitar cualquier tipo de llamada mientras se conduce. Aunque no se han anunciado cambios legislativos inmediatos, el discurso de la DGT deja claro los peligros de las distracciones al volante y la necesidad de una mayor concienciación de los conductores.
Por ahora, podremos seguir utilizándolo bajo ciertos parámetros legales. Sin embargo, es fundamental priorizar la seguridad y evitar caer en la trampa de confiar plenamente en estas herramientas.
Consejos para minimizar distracciones al volante
La DGT ha emitido una serie de recomendaciones para reducir las distracciones y mejorar la seguridad vial:
- Evita las llamadas al volante: Aunque el manos libres es legal, lo ideal es detenerse en un lugar seguro antes de contestar o realizar una llamada.
- Prioriza la conducción: Mantén todos los sentidos en la carretera. La seguridad debe ser la máxima prioridad.
- Selecciona dispositivos adecuados: Si necesitas un sistema de comunicación, opta por kits de manos libres integrados en el vehículo o autorradios bluetooth, que no requieran manipulación manual.
- Evita auriculares: Está prohibido por ley utilizar auriculares al volante, ya que bloquean estímulos auditivos esenciales para una conducción segura.
Un mensaje importante para los conductores
La dependencia tecnológica es uno de los mayores retos en materia de seguridad vial. A pesar de las campañas de concienciación y las multas por manipular el móvil mientras se conduce, muchos conductores siguen cayendo en conductas de riesgo. Esto pone de manifiesto la necesidad de reforzar la educación vial para cambiar hábitos y fomentar una conducción más segura.
La clave está en transmitir un mensaje contundente: conducir requiere atención total, y cualquier distracción puede tener consecuencias fatales. Además, los avances tecnológicos no deben convertirse en una excusa para relajar la prudencia al volante.