La tecnología que domina nuestra vida se ha convertido en una gran aliada a la hora de cuidarnos y de hacer deporte. Hay dispositivos de muñeca o aplicaciones descargadas en el móvil que nos informan, minuto a minuto, de aspectos como la cantidad de pasos dados, el recorrido que hemos realizado con sus desniveles correspondientes, el tiempo que hemos empleado o las calorías consumidas durante nuestra caminata.
Algunas app, incluso, están siempre pendientes de nosotros y, nunca mejor dicho, nos siguen los pasos de cerca. En función de nuestra actividad, nos animan a alcanzar nuevos retos o nos dan un toque de atención si llevamos varios días sin hacer ejercicio. Vamos, casi como un entrenador personal, pero virtual.
Todo esto puede ayudar a que nos motivemos a la hora de hacer deporte o, cuando menos, a llevar un control sobre el ejercicio que realizamos. La finalidad de caminar varía de unas personas a otras y va desde intentar perder unos kilos, a mejorar nuestra salud o simplemente mantenernos en forma.
¿Y cuál es la cantidad de ejercicio recomendado?
Hasta hace poco tiempo existía la extendida creencia de que si caminábamos 10.000 pasos diarios tendríamos una vida más saludable. Pero, este mito ya ha sido puesto en cuestión en diferentes ocasiones, puesto que no tiene ninguna base científica.
Un reciente estudio liderado por Amanda Paluch, epidemióloga de la Universidad de Massachusetts Amherst, concluye que la recomendación de pasos diarios se sitúa entre 6.000 y 8.000, dependiendo de la edad. Caminar más no nos resultará perjudicial, pero tampoco nos garantizará una mayor longevidad.
Resultados de esta investigación, publicados en The Lancet Public Healt, concluyen también que quienes caminan a diario tiene hasta un 53% menos de probabilidad de morir frente a quien no camina nada.
En cuanto a los mayores de 60, sitúa el menor riesgo de mortalidad entre los 6.000 y los 8.000 pasos. Sobre la población más joven, señala que pueden caminar más, pero nada garantiza que vayan a vivir más por andar 10.000 pasos en vez de 8.000.
Otro estudio del equipo de Paluch, publicado en la revista JAMA, reduce hasta un 70% el riesgo de muerte prematura si se camina al menos 7.000 pasos diarios. También concluye que caminar más deprisa tendrá beneficios, pero no influirá en un menor riesgo de mortalidad.
¿Y de dónde sale la cifra de los 10.000 pasos?
El origen de esta cifra no hay que buscarlo en la ciencia, sino en el márketing y en la empresa japonesa Yamasa Cloc kan Instrument Company. Tras las Olimpiadas de Tokyo de 1964 la firma comenzó a comercializar un podómetro llamado Mampo-kei y cuya traducción es 10.000 pasos. Así, la compañía fijó el reto en esos 10.000 pasos no por una evidencia científica, sino solo por el hecho de ser una cifra redonda y un reto alcanzable.
El objetivo era tratar de combatir el elevado índice de sendentarismo en la población japonesa. La campaña fue imitada por otros países y la cifra de los 10.000 pasos se mantuvo por todo el mundo.
También es importante apuntar que la cantidad de ejercicio no lo es todo y que también hay que tener en cuenta su calidad. Así, a veces podemos suplir cantidad con calidad y hacer que menos sea más.
Tratar de concretar la cantidad de pasos para que nuestra vida sea más saludable es importante para que más personas se sumen al reto de conseguir esa vida más saludable. Siempre será más atractivo si el objetivo se considera alcanzable. Y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su campaña Cualquier movimiento cuenta, siempre será mejor hacer algo de ejercicio, aunque sea poco, que no hacer nada.