Para muchas personas, las mascotas son uno más de la familia. Dan vida, alegría y aprendemos a ser más responsables y a querer a estos animales como a nada en el mundo. Hoy en día se pueden tener muchos tipos de mascotas, pero los clásicos nunca fallan. Perros, gatos, pájaros o peces son los más comunes y los que todo niño ha preguntado alguna vez si pueden tener.
En el caso de los primeros, son realmente los reyes de las mascotas. Cariñosos, leales y llevan la etiqueta de ser el mejor amigo del hombre. Esto puede ser una creencia popular (aunque esté más que comprobado), pero también existen muchas otras a las que nadie les ha puesto en el punto de mira, hasta ahora. En esta ocasión hablaremos del mito de los años perrunos. ¿Es verdad que un año de perro son siete de humano?
Adiós al mito
Es muy fácil generalizar sin comprobarlo científicamente. Desde siempre hemos escuchado que la forma más fácil de averiguar cuántos años humanos tiene nuestro can es multiplicar su edad por siete, pero esta fórmula matemática, un tanto anticuada, ha quedado desbancada.
Una investigación de la Universidad de California ha desmentido este cálculo. Parece ser, y tiene mucha lógica, que la edad real de nuestro perro está condicionada por su fisiología, su genética y su raza. A esta investigación también se han añadido los descubrimientos de la científica británica Naomi D.Harvey.
Ambos estudios, aunque por separado, han llegado a la misma conclusión: hay un método más exacto para averiguar la edad. Este consiste en dividir por peso y tamaño los distintos grupos de perros (años humanos = 16 x In (edad cronológica del perro) + 31), y conseguir así una tabla que enseña gráficamente cuál es la edad aproximada de tu perro.
Los cuatro grupos de perros
- Razas pequeñas (aquellas que pesan menos de 10 kilos)
- Medianas (entre 10 y 22 kilos)
- Grandes (entre 23 y 40 kilos)
- Gigantes (por encima de los 41 kilos)
Envejecimiento progresivo
Aunque la fórmula anteriormente mencionada sea una gran ayuda para calcular la edad perruna, lo que sí que es cierto es que los perros, indiferentemente de la raza, pasan por cuatro fases de desarrollo: cachorro, adolescente, adulto y senior.
Aunque esta división ocurre en todos los peludos de cuatro patas, no sucede de la misma manera ni al mismo tiempo, es decir, cada perro (esta vez sí dependiendo de la raza) pasa por cada fase en distintos años de su vida.
Las razas más pequeñas suelen tener una etapa de cachorro más corta y envejecer más lentamente por lo que viven más, mientras que con las razas más grandes sucede lo contrario: su etapa de cachorro y adolescente es más larga y su etapa senior llega antes.
También es generalmente conocido que los perros de gran tamaño tienen una esperanza de vida más corta que los de razas medianas o pequeñas. Esto se debe a que por genética y los años de evolución, los perros grandes han sido criados a un ritmo demasiado rápido para la adaptación natural de su sistema inmunitario. Simplificado, significa que tienen las mismas defensas que un perro de menor tamaño para un cuerpo de mayores dimensiones.
Los dientes pueden ser una pista
No solo cálculos y fórmulas matemáticas van a determinar la edad y la fase de vida de nuestro perro. La manera más natural de ver cómo están y saber qué necesitan es mirarles a ellos con detalle. Tanto la muda del pelaje como la dentadura pueden ser una pista de la etapa en la que se encuentra nuestra mascota.
Según Zooplus, estas son las fases más notables en el desarrollo dental de un perro.