El siglo XXI obliga a repensar los conceptos fundamentales de la política. La idea de la democracia está en juego, banalizada y convertida en una palabra genérica y vacía. Se debe volver a la raíz de la experiencia de la democracia como la participación de una pluralidad de actores, iguales y distintos, interactuando en un espacio físico. Así lo defendieron las filósofas Adriana Cavarero y Donatella Di Cesare en el diálogo Repensar la democracia, dentro de los Encuentros 72-22.
Cavarero afirmó que la historia es “imprevisible” y cambia de rumbo mediante aquellos eventos de “manifestación pública” que “interrumpen el transcurso normal del tiempo y tienen consecuencias políticas”. La democracia en su origen tiene que ver con estos acontecimientos, que Cavarero llamó “momentos de apertura” y describió como una “epifanía de la libertad”; una condición humana de las personas, capaces de dar comienzos como “manifestación de libertad”.
“Usamos la palabra democracia de una forma muy general, banal o anodina, y eso la vacía de sentido”, afirmó la filósofa, para quien en este momento de crisis es necesario “esforzarse para ver la esencia profunda y semántica de la democracia y de la revolución”, dos palabras íntimamente ligadas mediante la misma experiencia.
“ La experiencia de ser libre está íntimamente ligada con crear o comenzar algo nuevo ”
Adriana Cavarero - Filósofa
La experiencia de la revolución y de los que participan en estos eventos provoca que “sus acciones se unan e interactúen”, lo que representa “un momento de redescubrimiento de la política”. “La experiencia de ser libre está íntimamente ligada con crear o comenzar algo nuevo”, expresó Cavarero, ya que “hemos venido al mundo como algo nuevo y podemos empezar algo porque somos comienzos”. Así, el sentido de la revolución es “una actuación de la experiencia de ser libre y crear un nuevo comienzo”.
Así, la filósofa propuso la idea de la democracia surgente: “Cuando percibimos la emoción y el sabor de la libertad, de crear algo nuevo, entramos en una fase inicial altamente generadora que nos lleva a la democracia surgente, que consiste en tener capacidad de generar y producir para construir una subjetividad nueva”.
“Considero importante pensar la política por medio de emociones positivas que construyan”, manifestó Cavarero, con lo que Di Cesare se mostró de acuerdo. “Hay música en la política, escenarios sonoros distintos, y nuestro oído puede distinguir la música mala de la buena”, aseveró la primera.
“ Las reglas de mercado y las políticas de seguridad ponen en tela de juicio la democracia ”
Donatella Di Cesare - Filósofa
Di Cesare afirmó que “las reglas de mercado y y las políticas de seguridad ponen en tela de juicio la democracia, convertida en una etiqueta vacía”. Nos encontramos ante una “desilusión y desasosiego democrático”, que provoca una falta de participación muy peligrosa. “Desde el punto de vista liberal se plantea el problema de la eficiencia y la estabilidad, un enfoque normativo que propone procedimientos para que la democracia funcione”, explicó la filósofa, que afirmó no “reconocerse” en esa corriente.
Al contrario, Di Cesare se posicionó a favor de la democracia radical, opinando que “la democracia no es un régimen político como otro”. Una corriente que pretende reactivar una democracia “que estriba en la anarquía y no se deja encasillar en las redes de las instituciones y del estado” y que supone “un desafío muy grande”.
Para Di Cesare, el problema actual radica en que “estamos delante de dos variaciones de la democracia que pueden converger: la tecnocracia y el postfascismo”. La política capitalista se centra en una gobernanza administrativa que no tiene visión ni propone alternativas.
“El populismo es el resultado de un pueblo que no tiene el poder y se siente impotente”, como es el ejemplo de la actualidad, en la que “somos seres pasivos que aceptamos una amenaza nuclear diaria”, lamentó Di Cesare, para quien “el totalitarismo no es una forma de despotismo, sino que nace de la democracia y de la idea de un líder salvador como figura de curación contra todo lo externo”.
Ante estos problemas “es importante volver a encontrarnos democráticamente y participar personalmente en estos eventos”, concluyó la filósofa. – Diario de Noticias