Afectados por la DANA en Valencia: "Nos hemos salvado por la implicación de la gente. No ha habido coordinación"

Han pasado ya seis días desde que el cielo se abriera sobre Valencia dando paso a la mayor catástrofe natural que se recuerda. Mientras se sigue buscando a decenas de desaparecidos, los supervivientes de las zonas más afectados intentan superar el día a día. Solo tienen palabras de agradecimiento para todos los voluntarios que han llegado durante este puente y les han provisto de las necesidades más básicas. Aunque los equipos profesionales ya están desplegados, insisten, en que en los primeros días ha sido la gente de a pie la que ha cubierto sus necesidades más básicas. 

Carles: "Nunca había visto tanta descoordinación"

"No he visto esto nunca" afirma Carles desde Albalat. Lleva unas cuantas inundaciones a las espaldas porque vivió en su día la pantanada pero lo ocurrido el pasado martes supera absolutamente todo. También la ola de solidaridad que ha permitido a los supervivientes alimentarse, calmar la sed o vestirse. "Es exagerado. La gente se ha volcado", afirma pero lamenta la falta de coordinación. "Lo que está fallando es quien tiene que organizar todo. Mi hija lleva tres días en Algemesí pero por su buena voluntad. La gente trabaja pero se siente impotente. Yo que he vivido cuatro riadas de este nivel, ni en la pantanada he visto tanta descoordinación", insiste. 

"La gente está cabreadísima", insiste. "La gente está en estado de shock pero muchos muertos se podían haber evitado con un estado de alarma", afirma. "Alguien tendrá que responder sobre cómo se han hecho las cosas", puntualiza. 

Josep, Algemesí: "Se han colapsado las entradas al pueblo porque viene mucha gente a ayudar"

En esta línea desde muy cerca, Algemesí, Josep reconoce que en estos cuatro últimos días, la situación ha mejorado. Su pueblo ha sido uno de los grandes afectados. "Hace dos días que entraron camiones y han despejado las calles y se puede transitar por el pueblo. Se han ido apartando coches y todo lo que está destrozado se acumula en la calle", describe. 

Al igual que Carles habla de la ayuda de la gente de a pie. "Son gente de otros pueblos que han venido con tractores y camiones", afirma. Habla de empresas de este tipo de vehículos. Si bien afirma que ha visto ya algún camión de bomberos y algún vehículo del ejército pero insiste en que la mayoría de ayuda les ha llegado por gente de otras zonas. 

"Desde hace dos días tenemos agua, alimentos, también porque nos han traído de todo. Hay un sitio donde se dejan los suministros. La gente para con los coches y descarga alimentos, palas para ayudarnos a sacarnos esto de encima", destaca. 

Oreto Trescoli, Alcudia: "Vamos a ciegas. Hemos hecho lo que hemos podido"

Oreto Trescolí desde Alcudia donde tres vecinos han perdido la vida, nos confirma que después de estos cuatro días ha cambiado bastante. "El voluntariado ha sido impresionante", subraya y destaca la llegada de comida, agua, maquinaria agrícola. "Esto ha ayudado muchísimo. A falta de liderazgo el vecindario ha reaccionado muy bien y nos hemos salvado gracias a la implicación de la gente", destaca. 

Y es que nuevamente la mayor crítica es por la descoordinación. "Hemos ido como pollo sin cabeza. Igual están desbordados porque la magnitud de la catástrofe es la que es pero se evidencia la falta de coordinación de emergencias de este tipo de catástrofe", insiste. 

"El primer día no sabíamos cómo hacer, el coche o los trastos, se han perdido tiempo y recursos. A lo mejor con una coordinación se hubiera hecho mejor. Hemos hecho lo que hemos podido. Nos han dado comida, agua, ropa...no sabemos ni quienes son, han estado aquí cuatro días limpiando. Estamos muy agradecidos a la gente de a pie", afirma. 

A las necesidades básicas se suma la falta de información. "No hay internet. No siempre funcionan los teléfonos. No sabemos mucho de muchas cosas. Vamos un poco a ciegas. Ayer por ejemplo cuando decretaron de nuevo la alerta roja sí que usaron altavoces y todos lo escuchamos", remarca. Y lamenta la ola de rabia y odio que "no es constructiva. Ojalá no nos inunden el cerebro", afirma.