En la actualidad, Euskadi cuenta con aproximadamente un centenar de especies diferentes de mariposas. Este dato se recoge en el dossier del programa de seguimiento de mariposas diurnas que inició su andadura en 2010 contando con la participación de observadores voluntarios.
Hazi Fundazioa con la asistencia técnica de expertos de la Asociación Zerynthia y la financiación del Gobierno vasco estableció esta iniciativa en Euskadi que, con el paso de los años se ha consolidado. Además, desde 2009, se imparten talleres gratuitos de iniciación al conocimiento de las poblaciones de mariposas que, además de ofrecer a nuevas personas la posibilidad de participar como voluntarios, se han convertido en punto de encuentro para los participantes donde refuerzan sus conocimientos de identificación de especies de mariposas y comparten experiencias. Este año, la jornada se celebra hoy en el parketxe de Urkiola en horario de 10.00 a 14.00 horas. “Recuperamos este taller de formación tras dos años sin organizarlo por la pandemia. La gente que participa en los muestreos de campo se puede reunir para solventar dudas, pero también está dirigido a cualquiera que quiera unirse al programa”, explicó Txema Fernández, coordinador del proyecto.
El primer programa de seguimiento de mariposas diurnas se puso en marcha en Reino Unido en 1976. La metodología de obtención de datos del Programa del País Vasco está basada en la que se instituyó en el programa británico. Se trata de que los participantes voluntarios realicen itinerarios fijos a pie anotando el número de mariposas observadas y la identidad de las mismas. Los recorridos de 1,5 kilómetros, denominados transecto, se realizan cada quince días durante los meses de vuelo de las mariposas (de abril a septiembre). Para llevar a cabo las observaciones, a los participantes se les proporciona, entre otros materiales necesarios, una manga entomológica para que puedan capturar temporalmente los ejemplares que no logran identificar en vuelo. Bajo ningún concepto se recolectan ejemplares, sino que se retienen el menor tiempo posible hasta identificarlos, para posteriormente volver a liberarlos. Los datos de campo se anotan en unas fichas prefiguradas y después se vuelcan en ficheros Excel. “Es un trabajo que requiere su dedicación y compromiso. En toda la comunidad autónoma han participado alrededor de cincuenta personas. Pueden ser aficionados a las mariposas, un guarda o un personal de campo de alguna de las tres diputaciones forales. En Euskadi contamos con una treintena de transectos, once en Bizkaia, que son recorridos por los observadores. La información recogida es analizada por los coordinadores que las introducen en las bases de datos”, repasaron desde la organización.
“ Desde el año 2009, se imparten talleres gratuitos de iniciación al conocimiento de las poblaciones de mariposas ”
Tradicionalmente se han utilizado los bioindicadores como inestimable fuente de información sobre el estado de salud de los ecosistemas. Entre los más conocidos se encuentran las mariposas ya que, debido a su fragilidad frente a perturbaciones mínimas, reflejan más que ningún otro grupo animal las condiciones de conservación o alteraciones del medio. Ello, unido a su limitada capacidad dispersiva y a la corta duración de sus ciclos vitales, hace que reaccionen rápidamente a los cambios ambientales. Las mariposas diurnas son un grupo de invertebrados relativamente fáciles de diferenciar entre sí, por lo que personas interesadas, entomólogos aficionados y naturalistas, pueden llegar a formar parte del programa. Gracias a su colorido y vistosidad, las mariposas suelen gozar de las simpatías de gran parte de la gente, lo que facilita la participación social en programas de seguimiento y la aplicación del concepto Ciencia Ciudadana (citicen science), que requiere la participación del público en la recolección de datos de campo, que puedan ser posteriormente objeto de análisis e interpretación científica y técnica. “Este programa permite conocer que está sucediendo con las poblaciones de mariposas diurnas en nuestro entorno geográfico; nos sirven de bioindicador de cuál es el estado de salud ecológica de nuestros pastos y prados. En este sentido, las mariposas diurnas se identifican muy bien porque hay poco más de un centenar de especies y el programa permite saber cuáles van a más, cuáles a menos y que tipos tienen algún problema de conservación”, puntualizó Txema Fernández.
En cuanto a algunos datos se refiere, el indicador de pastizales de la Unión Europea reveló que entre 1990 y 2010, las poblaciones de estas mariposas se habían reducido en casi un 70 %, dato del que se desprende una pérdida dramática de biodiversidad de las praderas. La tasa europea se desaceleró en 2010-2018, en paralelo con el indicador del País Vasco. Esto podría sugerir que la disminución conocida de la biodiversidad de los pastizales en el noroeste de Europa está siendo compensada por la estabilización en otras regiones.
Dejando claro que “no se requiere ser experto en identificación de mariposas para participar en el proyecto”, gracias al programa hace cuatro años se pudo editar una guiá completa con todos los ejemplares que existen en Euskadi.