El día de la boda suele ser un día en el que todo es maravilloso, todo el mundo está feliz y no se ven más que muestras de cariño, sobre todo entre quienes se casan, que en principio están viviendo una jornada de ensueño. Pero no siempre es así, como se ha comprobado en una boda celebrada en Uzbekistán.
Una vez terminada la ceremonia, los recién casados se encontraban encima de un escenario realizando algún tipo de juego entre ellos a propósito de un brindis propuesto por el maestro de ceremonias. Un juego al que ganó la esposa, un hecho que no le sentó nada bien a su marido.
Tan mal le sentó que, como se puede ver en las imágenes, la agredió con el puño en la cabeza con enorme fuerza ante el desconcierto de los invitados, que se encontraban presenciando una escena que debía ser divertida pero no lo fue.
La mujer, incrédula ante lo sucedido, no opuso resistencia y sólo mostró gestos de dolor, quizá con miedo después de ver el intolerable comportamiento del hombre con el que se acababa de casar, aunque sí fue atendida por otras dos mujeres, que la sacaron del escenario. Pese a la dureza de las imágenes, nadie actuó contra el hombre (ni siquiera el padrino, que estaba de pie junto a él), que permaneció ahí como si nada hubiera seguido, mientras la música y las luces seguían sonando pero con el público en completo silencio.