Tres enfermeras fueron agredidas con patadas y puñetazos en la localidad italiana de Foggia, en un nuevo ataque en el hospital que se ha convertido en los últimos días en el centro de una oleada de violencia contra los profesionales de la Sanidad italiana sin precedentes en la última década.
La agresión tuvo lugar anoche en la sala de urgencias por un paciente que llegó al hospital Policlínico Riuniti de Foggia en estado de ansiedad y fue arrestado por los Carabineros (policía militarizada), informaron los medios locales.
El autor de la agresión, que es un joven de 18 años, fue trasladado a la cárcel acusado de lesiones personales contra personal médico y resistencia a funcionario público, según las mismas fuentes.
Ese mismo centro fue escenario de otro violento ataque el pasado miércoles, cuando parte del personal sanitario tuvo que atrincherarse en una habitación, después de que cerca de 50 familiares y amigos de una joven fallecida durante una operación entraran en un quirófano para agredirles.
El vídeo del suceso, en el que se ve a los a los trabajadores sanitarios bloquear la puerta de la sala con escritorios y cajoneras, mientras algunos sangran, se hizo viral de inmediato en las redes sociales y la fiscalía ha abierto una investigación, después de que médicos y enfermeros asegurasen que habían temido por sus vidas y que recibieron "amenazas de muerte".
Los sindicatos de personal sanitario Anaao Assomed y CIMO Fesmed han convocado una manifestación en Foggia para el próximo lunes 16 para protestar por la falta de "condiciones mínimas de seguridad" para llevar a cabo su trabajo diario.
"La violencia contra los trabajadores sanitarios es inaceptable. Las últimas imágenes que llegan de Foggia están más allá de los límites. Necesitamos una reacción unida de todas las fuerzas políticas y sociales en defensa de quienes trabajan cada día en el Servicio Nacional de Salud", dijo la Federación Italiana de Médicos Generales.
Según el presidente nacional del sindicato de enfermería Nursing Up, Antonio de Palma, "nunca se había registrado, en los últimos 10 años, una escalada de violencia tan brutal y exasperante" y exigió "la presencia del ejército en los hospitales".
De Palma reveló que sólo en el mes de agosto se produjeron "34 episodios de violencia, física y psicológica, ¡durante 31 días!" y reclamó la presencia de las fuerzas del orden en los hospitales ya que "hasta hoy, en ninguna instalación sanitaria, hay agentes de policía en horario nocturno".