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Política

Agur al facilitador de acuerdos con los propios y los extraños

El domingo Ortuzar pasa el relevo a Esteban tras 12 años al timón del EAJ-PNV, con una aureola de posibilista. Así le describen diferentes líderes políticos
Andoni Ortuzar saluda al lehendakari Imanol Pradales.
Andoni Ortuzar saluda al lehendakari Imanol Pradales. / EP

Tras doce años de mandato, Andoni Ortuzar apura sus días al frente de la Ejecutiva de EAJ-PNV. El próximo domingo pasará el testigo a Aitor Esteban en la Asamblea General y oficializará su adiós como timonel del partido. Culmina así una trayectoria jalonada de muchas decisiones y actuaciones con las que ha llevado a la nave jeltzale a la cima institucional a mediados de la década anterior en la que sus siglas coparon las principales instituciones de la CAV que a su llegada a Sabin Etxea estaban compartidas con EH Bildu y el PP y que con su impronta recuperó para su formación. Todo ello pese a que ha tenido que navegar por mares procelosos como la gestión del fin del terrorismo de ETA, el procés catalán o las crisis económicas, o la amenaza de la hegemonía jeltzale por el ascenso de EH Bildu en el último ciclo electoral. Ha sido una de las personas con más poder en Euskadi y como tal ha tenido que afrontar un sinfín de negociaciones con los propios y los extraños. Algunos de ellos y ellas han compartido con este diario su visión del Andoni Ortuzar con el que han porfiado en la primera línea de la política vasca. Cada uno con sus matices, pero coincidiendo en que ha sido precursor de una manera campechana de hacer política, con humor y una cintura política que le ha convertido en un genuino facilitador de acuerdos.

Perfil

Los autores se han basado para sus reflexiones en estos tres aspectos:

  • ¿Qué relevancia y legado político deja Andoni Ortuzar? 
  • ¿Cómo ha sido su relación política y personal con él? 
  • Una palabra que define o caracteriza a Ortuzar. 

El gasero avanza. Por Imanol Pradales, lehendakari

Andoni tenía solo 14 años cuando entró en la todavía ilegal EGI -era el año 1976. Ahora apura sus últimos días al frente del Euzkadi Buru Batzar, una responsabilidad que nunca imaginó que debería asumir. Su trayectoria profesional y política se ha guiado siempre por una máxima: contribuir al crecimiento y al progreso de nuestro Pueblo. La razón de ser del PNV: Aberria eraiki, alderdia indartuz.

Andoni es un político con mayúsculas, que ha dado un paso al frente cada vez que se le ha pedido, con un protagonismo decisivo en momentos clave de nuestra historia reciente. Entró en el Gobierno vasco en 1987, donde desplegó la red de acción y relaciones exteriores que han permitido a Euskadi abrirse al mundo y tejer alianzas estables. La Euskadi Global de hoy bebe de aquella siembra junto con el lehendakari Ardanza.

Posteriormente lideró la transformación de EITB. Le conocí personalmente entonces, cuando impulsó un nuevo Máster de comunicación en colaboración con la Universidad de Deusto en Donostia, donde yo comenzaba a trabajar. Recuerdo aquel encuentro como una lección magistral en la que Andoni desplegó sus dotes comunicativas y nos animó a formar a las y los estudiantes en las claves de la nueva era digital que se abría paso hace casi 25 años. Su etapa, primero al frente del BBB y luego del EBB, en tándem con el lehendakari Urkullu, ha sido fructífera para el País y para el partido. Conviene recordar el drástico impacto que tuvo la crisis financiera de 2008 en la actividad económica y el empleo, con una tasa de paro llegó a alcanzar el 16%, más del doble de la actual. Recuerdo a Andoni explicando la necesidad de “hacer virar el gasero poco a poco”, proceder al “aggiornamento” y a la modernización de un partido que, pese a haber ganado las elecciones vascas de 2009, se vio relegado a la oposición. 

Agradezco la confianza que me demostraron en aquel momento de cambio, confiando en mí para participar en el proceso Think Gaur Euskadi 2030. En menos de un lustro, el PNV pasó de gobernar solo en la Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, a recuperar el Gobierno vasco, las tres Diputaciones Forales, las tres capitales de la CAV, y el Gobierno de Navarra a través de Geroa Bai. Unas cotas de responsabilidad institucional sin precedentes. Euskadi remontó la crisis, redujo las desigualdades y creció en competitividad y bienestar.

Esta fase de estabilidad, prosperidad y acuerdos no ha estado exenta de dificultades. A Andoni le ha tocado dirigir el gasero en aguas revueltas: la pandemia, el Brexit, la guerra de Ucrania, la crisis de las democracias liberales o el ascenso de los populismos, en un marco político estatal y europeo inestable y frágil con gobiernos de todos los colores. También los desafíos del cambio climático, las transformaciones tecnológicas, el envejecimiento o los movimientos migratorios. Factores de desgaste político ante los que, con el liderazgo de Andoni, hemos acertado a dar respuesta. No ha sido producto de la casualidad.

Recuerdo el esfuerzo de reflexión de tantas y tantas personas en el proceso “Ser. Vivir. Convivir”, que tuve la oportunidad de coordinar junto con el EBB con motivo del 125 aniversario del partido. Fruto de este espíritu de contraste, autocrítica y mejora permanente, hemos logrado seguir avanzando, fortalecer los servicios públicos, y, sobre todo, incrementar las capacidades políticas de Euskadi.

De Andoni muchos destacan su cercanía. Y es así. Creo que el agua cobriza y mineral de Sanfuentes le otorgó en su juventud un don de gentes que sabe desplegar con maestría. Empatiza con las personas generando confianza y vínculos duraderos, incluso con quienes no comparten sus ideas. Autoexigente consigo mismo y con quienes le rodean, ha sabido trabajar en equipo, contagiando entusiasmo y energía sin renunciar a pasarlo bien. Es directo, apuesta por los demás, no impone su visión y deja a las personas que encuentren su propio camino. Pero cuando se trata de mojarse, tampoco le tiembla el pulso. 

Más allá de su talante afable, en Andoni siempre he visto un animal político, con ideales claros y un gran instinto para leer el momento, además de ser capaz de desplegar una enorme capacidad para tejer consensos y lograr beneficios para nuestro Pueblo.

Comprometido y generoso hasta el final de su etapa en el EBB, cede el testigo de un partido fortalecido en lo ideológico, institucional y político que nos deja como legado más y mejor Euskadi. Andoni y el partido emprenden una nueva etapa. El gasero sigue avanzando hacia la libertad plena de nuestro Pueblo. Jelkide, abertzale eta lagun, izan zarelako, gara, eta izango dira! Eskerrik asko! 

Nos veremos en el camino. Por Arnaldo Otegi, secretario general de EH Bildu

Ortuzar conversando con Otegi.

Ortuzar conversando con Otegi. EP

Creo recordar, si la memoria no me falla, que tuve ocasión de conocer personalmente a Andoni Ortuzar en la antigua sede de EITB de Durango, cuando ostentaba el cargo de director general. Durante muchos años y debido a nuestras respectivas responsabilidades políticas, hemos mantenido una relación fluida más allá de la legítima disputa política en la defensa de nuestros respectivos proyectos políticos. En los últimos años esa relación (la mayoría de las veces desarrollada con la discreción necesaria y fuera del foco mediático) se ha intensificado notablemente. Y no debiera de sorprendernos, puesto que una relación fluida entre los representantes de las dos grandes familias abertzales de Euskal Herria no solo es necesaria, sino que es absolutamente imprescindible. En la cultura política de la izquierda independentista vasca que yo represento, mantener siempre vías de diálogo y colaboración forma parte de nuestro ADN político. Nuestro pueblo también debe de saber que, a pesar de las discrepancias políticas, por encima de declaraciones políticas más o menos agrias, no solo hemos mantenido un espacio de diálogo honesto, sino que hemos construido un espacio de confianza política que no podría haber existido sin la apuesta decidida de Andoni para que así fuera.

Creo sinceramente que los abertzales en nuestro país no podemos seguir estando en la suma cero. Creo sinceramente que ese espacio de confianza que habíamos logrado construir nos estaba permitiendo desbrozar el camino para alcanzar acuerdos en diferentes ámbitos de interés para nuestra vieja nación vasca. El mérito de haber construido durante años de innumerables encuentros la confianza suficiente como para encontrar, más allá de la confrontación política del día a día, cimientos para construir acuerdos de más largo alcance no habría sido posible sin el concurso de Andoni, entre otros. Ahora toca aprovechar el camino andado y los avances que habíamos ido dibujando.

He dicho que, como es lógico y legítimo, teníamos y tendremos grandes discrepancias en términos políticos, pero creo que es más constructivo hoy poner el acento en el esfuerzo de estos últimos años por no ocultar las diferencias, pero poniendo el acento en los posibles acuerdos.

Concluyo con una reflexión en términos personales: más allá de la política creo que puedo decir que durante estos años también hemos labrado una intensa relación personal. Probablemente el agudo sentido del humor nos ha ayudado a ambos a respetarnos desde la discrepancia y a la búsqueda de encuentros necesarios para nuestro país.

No puedo sino significar y reconocer su figura como presidente del EBB deseándole en lo personal lo mejor en esta nueva fase. Estoy seguro de que nos seguiremos viendo. Besarkada handi bat!

Confianza y complicidad. Por Eneko Andueza, secretario general del PSE-EE

Ortuzar junto a Andueza en una imagen de archivo.

Ortuzar junto a Andueza en una imagen de archivo. EP

Creo que el principal mérito que puede presentar Andoni Ortuzar ante la sociedad vasca es que ha sido consciente de que el nacionalismo no puede gobernar las instituciones de Euskadi sin entenderse con otras sensibilidades. Además, ha mantenido al PNV a cierta distancia de experimentos como el Procès catalán, incluso cuando algunos sectores de su partido miraban con cierta simpatía lo que estaba sucediendo en Cataluña y abogaban también en Euskadi por una alianza entre las formaciones nacionalistas para impulsar una respuesta institucional similar a la planteada por ERC y Junts.

Me he llevado bien siempre con Ortuzar. He tenido una relación de confianza y de cierta complicidad, consecuencia, creo yo, de esa coincidencia en entender que este país es plural, diverso. Es una persona que tiene buen carácter, que encaja bien las críticas, que siempre defiende lo que considera que debe ser pero que, al tiempo, es flexible en las negociaciones. Puedo decir que nos hemos entendido bastante bien, incluso, en los momentos en que las relaciones entre los dos partidos se tensaban.

Si tuviera que definirle en una palabra, yo diría un poco lo que se dice de él, que es campechano. Creo que tiene esa capacidad de las personas con don de gentes y que, al tiempo, están seguros de lo que hacen y tienen capacidad para transmitir esa tranquilidad.

Un Fórmula 1 en la carrocería de un R-5. Por Juan Mari Atutxa expresidente del Parlamento Vasco y exconsejero de Interior del Gobierno vasco

Juan Mari Atutxa junto a Andoni Ortuzar en una rueda de prensa.

Juan Mari Atutxa junto a Andoni Ortuzar en una rueda de prensa. EP

Andoni es una persona hecha a sí misma con trabajo y esfuerzo. Vivió en primera fila la transformación de su Sanfuentes natal desde la economía mixta rural e industrial que vivió en su primera juventud a la sociedad moderna que ha nacido de ese proceso de cambio. Allí se forjó un carácter optimista, innovador, constante y comprometido y un estilo desenvuelto, próximo, muy personal. Una forma de ser y hacer que es “modelo EAJ-PNV”. Somos un movimiento social, diferente, inexplicable para muchos analistas políticos que ni entienden ni asumen esa diferencia.

Un paseo con Andoni Ortuzar por sus raíces Borja Guerrero

La ciudadanía vasca aprecia esa virtud y Andoni la encarna muy bien. Por eso, con Andoni a los mandos, EAJ-PNV alcanzó sus máximas cotas de poder institucional y ha resistido mejor que la mayoría el test de resiliencia que una década convulsa ha planteado a las fuerzas políticas y que ha enviado a la oposición a la mayor parte de las que gobernaban en muchos estados europeos. Ha demostrado además que tan importante como saber llegar y estar, es saber marcharse. Su nombre y su trayectoria son ya parte trascendental de nuestra historia.

Nuestra relación es la que mantienes con una persona a la que aprecias, en la que confías, que sientes próxima y que siempre responde. Solo una vez me dio “calabazas” cuando intenté, durante un almuerzo en febrero de 1991, incorporarlo a mi equipo en la consejería de Interior. Euskadi ganó, con su negativa, un enorme responsable de acción exterior. Fue revolucionario poner en marcha lo que hoy es un verdadero departamento de exteriores del Gobierno vasco o iniciar la transformación digital que dirigió en EITB, como ha sido innovador su estilo y liderazgo como burukide de EAJ-PNV. Me gusta su claridad, su sinceridad y ese humor socarrón que te hace reír y te pone a pensar. Que convierte la anécdota más divertida en una pieza de alta política.

En una palabra, le definiría como un idealista pragmático, un estratega de alto nivel, una inteligencia política de primer orden, un negociador constante y hábil camuflado en la piel de una persona cercana, accesible y llana. Por eso algunos ven un “R-5” en lo que, en realidad, es un Fórmula 1.

El humor como arma política. Por Uxue Barkos, expresidenta de Nafarroa (Geroa Bai)

Ortuzar abrazándose con Uxue Barkos tras la investidura como presidenta de Nafarroa en 2015.

Ortuzar abrazándose con Uxue Barkos tras la investidura como presidenta de Nafarroa en 2015. Archivo

Andoni ha pivotado el PNV en momentos históricos como el fin de ETA o el momento de la DUI declarada por el entonces president catalán Carles Puigdemont. Pero sobre todo es el dirigente que demostró que los jeltzales no solo deciden gobiernos en España, también los tumban.

Mi relación política y personal partió del hecho de que Andoni y yo somos periodistas. Creo que los dos habremos coincidido en buscar un titular periodístico para momentos compartidos de intensidad política: en 2015 el Gobierno de Geroa Bai en Nafarroa; en 2017 la Declaración Unilateral de Independencia catalana y los intensos momentos previos; o tantos avatares en la política vasca en general y la navarra en particular en estos últimos años.

Si tuviera que reseñar una anécdota recuerdo aquella comida en Gernika en 2016, en la que constatamos que en Catalunya no había plan B.

Un rasgo que le ha caracterizado es el sentido del humor como arma política, sin duda su fuerte.

Con Andoni empezó todo. Por Jordi Turull, secretario general de Junts per Catalunya

Ortuzar reunido con Jordi Turull, dirigente de Junts per Catalunya.

Ortuzar reunido con Jordi Turull, dirigente de Junts per Catalunya. EP

Para mí, Andoni siempre será un activo político independientemente del cargo que ocupe. Siempre será una voz que hay que escuchar. Con su acción política ha conseguido llevar a su partido a un nivel de influencia importantísimo y a la sociedad vasca a grandes cuotas de progreso y bienestar. Y todo ello, sin renunciar ni un milímetro a su compromiso con la nación vasca, con mantener viva la identidad nacional y con el deseo de obtener la máxima o la plena soberanía.

Creo que el mayor legado es su manera de entender la política y los valores que impregnan su actuación. Me refiero a una concepción que parte de confiar en la gente, de saber que la fuerza de nuestras naciones proviene de la iniciativa de la sociedad más o menos organizada y no de un boletín oficial del Estado; apoyar desde las instituciones las iniciativas en el campo social, económico y cultural, buscar sinergias público-privadas o fomentar valores como la cultura del esfuerzo y no del subsidio. Y la valentía para tomar decisiones políticas pensadas para que vayan bien y no para quedar bien. En esto creo que tenemos grandes coincidencias que, adaptado cada uno a la realidad de su territorio, hace que en muchas cosas y delante de muchas propuestas, coincidamos. Porque priorizamos los logros para nuestras naciones y ciudadanos y no las victorias partidistas o de bloques ideológicos.

Hace tiempo que nos conocemos Andoni y yo. Hemos compartido muchos momentos y siempre lo he notado cerca en lo personal, incluso cuando en momentos muy duros, como cuando estuvimos en prisión, algunos compatriotas míos nos menospreciaban. Ese es un gran indicador de la cualidad humana que todos le reconocen.

Andoni ha sabido siempre diferenciar lo personal de lo político. Es una persona cercana y afable, pero a su vez, de convicciones firmes. Dicen que es en las pequeñas cosas donde se demuestra la grandeza de las personas. Y yo tengo grandes recuerdos de muchos pequeños gestos y momentos que demuestran su grandeza. Por poner un ejemplo, Andoni fue quién hizo de puente y facilitó el primer contacto para el deshielo entre Junts y el PSOE, entre Santos Cerdán y yo mismo. Así que podemos decir que con Andoni empezó todo.

Andoni es una persona de palabra y creo que ese es el mayor elogio que se puede dar en estos tiempos políticos que nos ha tocado vivir. Cuando Andoni se compromete con algo o con alguien sabes que va a cumplir.

La trayectoria política de Andoni Ortuzar, en imágenes EFE/EP/Deia

Visión europeísta. Por Sandro Gozi, secretario general del Partido Demócrata Europeo

Andoni Ortuzar ha sido un pilar del europeísmo vasco y un actor clave en hacer del PNV un referente en Europa, dentro del Partido Demócrata Europeo. Por ese compromiso político, es también vicepresidente de nuestro partido europeo.

En todo este tiempo, nuestra relación ha sido siempre cercana, franca y constructiva. Tengo que destacar que compartimos la visión de una Europa fuerte, diversa y unida. Sin duda, hasta donde yo he podido conocerle, la palabra que mejor define y caracteriza a Ortuzar es compromiso... con el País Vasco, con Europa, con la democracia.

“Chaval, crees que todo el mundo es bueno”. Por Juan Mari Gastaca

Aquella tarde de mayo de 1985, en plena redacción de DEIA, el curtido jefe de Política se acercó a uno de sus redactores en quien depositaba más confianza por su instinto periodístico y en ese tono humano al que acostumbraba espetó al chaval: “crees que todo el mundo es bueno”. Andoni Ortuzar encajó con una agradecida sonrisa tan intencionada recomendación. Quien lo dijo, todavía hoy sigue pensando lo mismo desde su refugio en el Bajo Aragón. Una cualidad que jamás ha sido cuestionada en su entorno más directo, ni siquiera durante los momentos más agrios.

Aquella mañana de septiembre de 1977, las campas míticas del entorno de San Miguel de Aralar acaparaban toda la expectación imaginable ante la convocatoria del primer Alderdi Eguna. Allí estaba un joven Andoni Ortuzar estrenándose como miembro accidental de un cuerpo de protección alrededor de Manuel de Irujo, en una mezcla de compromiso y de inicial servicio a su partido, en compañía, entre otros, de Iñigo Urkullu.

Aquel 15 de septiembre de 2023, el presidente del EBB acudió a hablar con Carles Puigdemont en Waterloo. Una decisión de largo recorrido por su trascendencia y más allá de su indudable interés informativo. Bien sabía él que este encuentro no agradaría especialmente al lehendakari, habida cuenta de que éste ya había manifestado sus abiertas discrepancias con la hoja de ruta personal y política emprendida por el líder independentista catalán. Con su gesto de diálogo, rodeado de indudable carga y proyección, incrustado en el marco de la incipiente incorporación de Junts al tablero de la mayoría de investidura de Pedro Sánchez, Ortuzar, acompañado por su inseparable Joseba Aurrekoetxea, evidenció con absoluta nitidez la bicefalia entre el partido y Ajuria-Enea como santo y seña de su ideario. Más de uno vio en ese momento tan significativo el manual imperturbable al que acostumbraba Xabier Arzalluz al marcar una infranqueable raya de autonomía entre la dirección del partido y quien preside el Gobierno vasco.

Aquel día 8 del pasado mes de julio, Joseba Egibar advirtió a Ortuzar de que su opción de dejar el cargo, en plena reminiscencia de la renovación de las direcciones territoriales de la organización peneuvista, podría ser un indudable factor de riesgo. Una mudanza de hondo calado para la suerte del PNV en medio de la tormenta que suponen la permanente inestabilidad del Gobierno central, las apuradas mayorías en Gipuzkoa y Araba o la amenaza latente de EH Bildu en las urnas. Fue entonces cuando se convino en aderezar un plan B. En el supuesto de que nadie levantara la mano para aspirar a dirigir el EBB, Ortuzar anunciaría su voluntad de continuar. Nadie, ni siquiera su proverbial facilidad para otear la dirección del viento, le susurró que podría haber una alternativa. Nunca imaginó el desenlace alimentado desde aquel indiciario washap nocturno en el que Aitor Esteban admitía su gratificante sorpresa por los apoyos que iba recopilando. Pero cuando atisbó el riesgo de división, siempre tuvo claro que jamás rompería la unidad por culpa de una ambición personal.

Y ya hoy, finalmente, en el arranque de una semana que concluirá con su relevo en la dirección del único partido al que siempre deseó pertenecer, Ortuzar no deja de repetir a quien le quiere escuchar que se siente con la conciencia tranquila. La estación término para un nacionalista dialogante pegado al latido, la agenda y los entresijos de su pueblo. A su vez, el punto de partida para otra realidad personal y profesional por descubrir de este pactista negociador, afable, dominador de sus silencios y siempre ganador en el trato humano.

Aquel tiempo de encuentros. Por Pablo Muñoz

No puedo precisar de quién partió aquella gozosa iniciativa, aunque me atrevería a suponer que tuvo inicios sanfermineros. Por entonces el que esto firma dirigía en Nafarroa “Diario de Noticias” y supongo que actué de anfitrión. Se trataba de reunir en torno a una mesa a compañeros de oficio unos más conocidos que otros y cambiar impresiones de forma distendida, cordial, epicúrea casi. Eran otros tiempos, aún de plomo, y había que contar con la realidad de que en algun modo éramos competencia. Teníamos, sin embargo, un sólido punto de unión: dirigíamos medios que reconocían y defendían la realidad de Euskal Herria y su derecho a la decidir su futuro. En ese sentido, representábamos a medios de comunicación nacionales vascos.

Por aquellos cordiales encuentros desfilaron los directores de “Deia”, “Berria”, “Gara”, “Le Journal du Pays Basque-Euskal Herriko Kazeta”, “Euskal Herria Irratia” y los recién nacidos del “Noticias” navarro “Noticias de Álava” y “Noticias de Gipuzkoa”. Sin un calendario concreto, los encuentros corrían a cuenta del anfitrión por turno y, todo hay que decirlo, no se escatimaba en castidades ni cantidades, con los disgustos de los gerentes a quienes iban a parar las facturas.

En aquellos inolvidables trances conocí a Andoni Ortuzar, digo conocí en el sentido intenso del término porque ya era previa mi relación profesional con el entonces director de EITB. Andoni llegaba a las citas casi siempre por los pelos, unas veces por reuniones imprevistas o pertinaces, otras por atasco de tráfico, por velocidades multadas o por exceso de intensidad en sus partidos de pala con Juanjo Baños, compañero habitual de viaje. Llegaban justos, pero llegaban.

Aquellos encuentros, como puede suponerse, daban para infinidad de “off the record”s porque nunca hubo en ellos malicias de competencia sino honesto intercambio de opiniones sobre el momento político, social y deportivo ya que el Athletic era mucho Athletic y cuando había que levantar la voz Andoni era tenor potente frente a Osasuna, Real y Alavés. A pesar de que profesionalmente militábamos en dura competencia, nunca se dio momento alguno de tensión ni recelo. Y sin que se vaya a tratar de darle jabón al amigo, recuerdo el excelente sentido del humor de Andoni, su capacidad para el disfrute y su generosidad para compartir su conocimiento de la “xalxa”” política a la que podía acceder por su cargo.

Andoni Ortuzar, para quien esto firma, fue un descubrimiento por su capacidad en el análisis, su respeto cordial a la diferencia de posicionamientos, por su excelente sentido del humor y su capacidad para animar –aunque fuera a base de ironía- aquellas reuniones de comensales tan dispares. Debo agradecerle más de una orientación que me transmitió en aquellos tiempos de zozobra política.

Los encuentros, como ya queda dicho, iban por turno y convocados por el anfitrión. Andoni nos citó en Zierbena, claro, en un restaurante del puerto y creo que para alguno de los presentes fue la iniciación de degustar percebes. Al poco tiempo se supo que había sido nombrado presidente del Bizkai Buru Batzar y abandonaba la EITB. Ya embalado, pasó a presidir el Euskadi Buru Batzar. La de Zierbena fue memorable y no hubo más.

2025-03-25T06:08:03+01:00
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