Bizkaia

Aholku Sarea, un faro para los migrantes

Cuesta y Colado miran por un ventanal del Ayuntamiento de Bermeo. Foto: I. Fradua

EMPEZARON a la par que Aholku Sarea, que dio sus primeros pasos hace más de diez años. Y desde entonces, por las manos de Mayra Colado García (Cite-CC.OO.) y Susana Cuesta (Cáritas Bizkaia), dos de las empleadas de la red en Bizkaia, han pasado infinidad de historias. Algunas duras, complejas y difíciles de resolver. Otras, que han terminado en esa meta que quienes acuden a la entidad desean hollar. "Muchas historias duras, sí, pero también compensa que una persona haya logrado el permiso de residencia y ver la felicidad en su cara", aluden al unísono cuando son preguntadas por su labor diaria. "Somos un faro para las personas que cambian radicalmente su mundo, que salen de su país para ganarse la vida y llegan a una ciudad extraña", apuntan. No en vano, en sus trabajos han hecho "de todo. Lo principal es ofrecerles asesoría en materia de extranjería, pero también les hemos ayudado en múltiples cosas. Incluso de su vida diaria".

"Una persona que migra es una persona resiliente", asegura Cuesta, quien no admite la idea de que sean personas frágiles a las que la vida se le ha puesto todo fácil. "No sabes lo que han debido de dejar atrás, y lo duro que es recorrer tantos países para recalar aquí y empezar una nueva vida". Superar escollos está a la orden del día de los migrantes. El asesoramiento "es integral", repiten, ya que pueden necesitar un asesoramiento jurídico que los solicitantes "no pueden llegar a comprender. ¡Imagínate a un senegalés al que le llega una citación y no entiende el idioma!", ejemplifican. También están las consultas más mundanas, como acceder a un alquiler o formalizar un documento, "a los que les ayudamos en lo que podemos". "Abarcamos todo", ahonda Colado. "No sabes lo dificultoso que puede llegar a ser para un migrante realizar un trámite que es normal para cualquier ciudadano", avalan. La modificación de la Ley de Extranjería ha facilitado "un poco" la labor, pero consideran que debería de haber "un cambio de raíz" mucho más ambicioso y que, por ejemplo, no desemboque en que una persona deba estar "hasta tres años para conseguir unos papeles que le permitan trabajar".

"Somos un equipo. Una no puede saber de todo, pero siempre encontramos a algún compañero que nos echa una mano o sabe a dónde derivar al solicitante". Esa rapidez de reflejos "es más que necesaria". Un equipo que, además, trabaja en coordinación. Y que consigue que las personas migrantes puedan alcanzar su objetivo de vida, ya sea obtener el permiso de residencia o una reagrupación familiar. "Siempre recordaré el caso de un hombre que consiguió reagrupar a su familia. ¡La de besos que me dio según llegó a la oficina con su familia! Para ellos es una alegría inmensa", remarca Colado. En otros casos, consiguen que las personas "salgan de la calle y encaucen su vida. Que logren un trabajo, que sus derechos sean respetados, que vivan en una casa...", asevera Cuesta. "Mejoran sus condiciones de vida", resumen. Por eso es "tan importante" tener un punto de referencia, un Aholku Sarea "desde el que pueden empezar a decidir sobre sus vidas".

Y es hay veces en las que la Administración es sumamente farragosa para los ciudadanos. Y más si cabe para las personas migrantes. La tendencia, asimismo, será seguir atendiendo a personas migrantes. La inmigración es una rueda que no para, que aunque pueda ser cíclica, no se detiene jamás. La hubo en el pasado, la hay en la actualidad y la habrá en un futuro. Tanto Colado como Cuesta no dudan en apuntar que es un fenómeno intrínseco a la propia condición humana. Pero ellas seguirán siendo los ángeles de la guarda de los migrantes.

"Algunos migrantes necesitan apoyo de todo tipo. Y tratamos de hacer su vida más fácil"

Susana Cuesta

Cáritas Bizkaia

"Ver la cara de alegría que tienen cuando han conseguido su objetivo no tiene precio"

MAyra Colado García

Aholku Sarea

30/01/2022