La luz es un recurso natural y energético muy valorado en nuestra vida cotidiana, pues es necesario para muchas actividades. A veces, ocurre que su consumo irresponsable y despistes puedan provocar que en muchos hogares alaveses la factura sea disparatada.
Por ello, es fundamental saber qué hay que hacer para llevar a cabo un uso práctico e inteligente de este bien tan preciado como es la luz. A modo de solución, tenemos un producto de Ikea que pretende resolver este problema.
Una idea brillante
La bombilla LED ‘SOLHETTA’ es el mejor remedio para tu casa. Este artículo dura aproximadamente 25.000 horas y consumen un 35 % menos de energía que las bombillas convencionales, por lo que su garantía está más que asegurada por muchos años.
El foco de SHOLETTA ilumina a plena potencia tan pronto como se enciende, lo que transforma tu vivienda de un ambiente cálido. Asimismo, la superficie se mantiene fría, pudiendo elegir una versión regulable para ajustar su luz a la hora del día.
Este artículo está disponible en muchas formas y tamaños, en función de cada lámpara y las necesidades de iluminación. Según sus colores, dimensiones y cantidad de lúmenes que posea cada una, su precio oscila entre los 3 y los 10 euros.
Instalación y luz LED
Al igual que la gran mayoría de bombillas que podemos encontrar en el mercado, en el caso de SHOLETTA la instalación no iba a ser diferente. Basta con desenroscar la anterior bombilla de la lámpara que deseemos cambiar, hasta que logremos encajarla sin dificultad.
Estas bombillas usan tecnología LED, es decir, Light-Emitting Diode (Diodo Emisor de Luz). Como el nombre indica, están basadas en el diodo, un componente electrónico de dos puntas que permite la circulación de energía mediante él en un solo sentido.
Al tratarse de un semiconductor, deja pasar los electrones y genera una radiación electromagnética en forma de luz, la cual puede variar en intensidad y una amplia variedad colores.
Bombillas LED.
Su origen se remonta a principios del siglo XX, pero no fue hasta finales de los 90 hasta que ganó reconocimiento. Es más, el primer LED con emisión en el espectro visible fue desarrollado en 1962 por la firma General Electric.
Con el paso de los años, fue mejorando su servicio, hasta que los investigadores Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nakamura desarrollaron la bombilla que conocemos a día de hoy
Gracias a su trabajo, fueron galardonados con el Premio Nobel de Física en el año 2014.
El ahorro de luz
No cabe duda de que ahorrar luz y hacer un uso inteligente de la misma es uno de los desafíos que tiene pendiente nuestra sociedad. La cantidad de energía que se consume en el mundo anualmente es de unos 85 billones (85.000.000.000.000) de kiloWatios por hora.
Unas cifras impresionantes que, lejos de ser una gran noticia, requieren de una profunda reflexión. Todo se debe a una serie de razones bastante lógicas.
- Ahorro económico: Reducir el consumo de electricidad puede ocasionar facturas de energía más bajas, sobre todo en el largo plazo, pues el ahorro acumulado puede ser significativo.
- Sostenibilidad ambiental: La generación de electricidad implica la quema de combustibles fósiles, contribuyendo a la emisión de gases de efecto invernadero y al cambio climático. Al reducir el consumo de electricidad, minimizamos la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero.
Una persona enciende un interruptor de luz.
- Conservación de recursos: La electricidad, generalmente, proviene de recursos naturales como el carbón, el gas natural, la energía hidroeléctrica y la energía nuclear. Al reducir el consumo de electricidad, se reduce la presión sobre estos recursos y se prolonga su disponibilidad de cara a futuro.
- Menos dependencia energética: Al reducir la cantidad de electricidad que se consume, se reduce la necesidad de importar energía, mejorando la seguridad energética.