Aintzane Ezenarro reivindica las políticas de memoria al margen de quién gobierne

La alternancia política puede llevar aparejada la tentación del revisionismo legislativo, por el que las leyes aprobadas durante una legislatura queden laminadas si el color del partido en el gobierno cambia de cara al siguiente mandato. Este afán por dejar la pizarra en blanco ha sido exhibido con orgullo por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que si llega a la presidencia del Gobierno español se ha comprometido a acabar con los síntomas de lo que califica como sanchismo. Así, ha elevado a la categoría de promesa electoral la derogación de la Ley de Memoria Democrática y de la Ley Trans, al tiempo que ha avanzado una revisión profunda de las leyes de eutanasia y de educación.

En este sentido, la directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora, Aintzane Ezenarro, realizó ayer miércoles una encendida defensa de las políticas de recuperación de la memoria democrática, que según ella deben “seguir adelante” con independencia de “qué partido gobierna”.

En una entrevista en la cadena Ser, puso en valor el trabajo desarrollado en Euskadi en materia de memoria durante “más de dos décadas”. “Tenemos una institución, tenemos un grupo experto en la materia, que trabaja con mucha implicación, y también tenemos suficiente financiación”, destacó. Aseguró que esta labor es posible porque hay “una apuesta política decidida para que esto sea así”, lo que permite tener “contacto individualizado con todas las familias” de personas que fallecieron en Euskadi o de vascos que fallecieron fuera de Euskadi en el transcurso de la Guerra Civil.

Ezenarro expresó su deseo de que en el futuro “estas políticas puedan seguir aquí en Euskadi y también a nivel estatal”. Mientras la Ley de Memoria Democrática fue aprobada por las Cortes Generales en 2022, es inminente que Euskadi tenga su propia Ley de Memoria Histórica y Democrática, que supondrá un paraguas que acogerá todas las políticas desplegadas en esta materia.

Defendió que “la memoria democrática es patrimonio de todos” y no puede depender de “qué tipo de gobierno” esté en vigor en cada momento. “Ya hemos empezado tarde”, advirtió, pero “recuperar la memoria democrática es un deber de todos los demócratas”.

La directora de Gogora explicó que no se trata de “recuperar la memoria de un bando o de otro”, sino de la “recuperación de la memoria democrática, de que nunca se tuvo que levantar contra un gobierno legítimo y mucho menos esa represión brutal que hubo incluso después de la guerra”. Defendió que hay que “sacar a la luz” lo ocurrido y devolver los restos de las víctimas a sus familiares, unas políticas que “no deberían estar al albur de qué partido político gobierna”, insistió.

Más coordinación

Ezenarro defendió además que la declaración de Gernika como Lugar de Memoria por parte del Estado tiene “una carga simbólica muy importante”, después de “muchos años” desde las instituciones vascas y la ciudadanía “reclamando un gesto al Gobierno de España por lo que pasó”. En todo caso, dijo esperar que “de cara al futuro haya un poquito más de coordinación” entre las dos administraciones, ya que la propuesta inicial era limitar este reconocimiento a la Casa de Juntas, lo que “no tenía mucho sentido” porque la villa “fue bombardeada en su conjunto”.